La boda de Lluis y Debbie en Blanes, Girona
De noche Verano Amarillo 8 profesionales
L&D
29 Jul, 2022El día de nuestra boda
Fue uno de los días más maravillosos de mi vida. Sé que es algo que está muy usado, y pensaba que no lo diría, pero sí, fue espectacular, mejor de lo que imaginamos. Estuvimos un par de días en una nube, sin poder parar de mirar las fotos y vídeos que nos iban pasando los invitados. Ahora, cuando vemos algún vídeo o foto nueva, volvemos a revivir todo, y aun se me pone los pelos de punta recordando algunos momentos.
Estuvimos bastante tranquilos en general, algunos nervios los días antes (bastantes en algunos momentos, pensando que iba a llover) y ese día en momentos clave. Pero en general estuvimos felices, relajados, en compañía de la gente que queríamos y en un lugar donde todo estaba tan bien organizado por Elisabeth de Catering Empordà que no teníamos que preocuparnos de nada. Todos los invitados estaban tan a tope como nosotros, felices, radiantes, animados. Hicimos de nuestra boda una fiesta. La edad media de los invitados era bastante joven, más amigos que familia, y eso se notó en el festival que montamos.
Seguir leyendo »Nos casamos legalmente 15 días antes en una ceremonia civil con la familia más cercana y dedicada básicamente a ellos, ya que sabíamos que el día, para nosotros, de verdad, iba a ser más centrado en los amigos.
Dormimos juntos la noche anterior, era la forma de saber que íbamos a dormir, no nos apetecía cambiar de cama o estar lejos el uno del otro. Por la mañana, hacia las 11 nos despedimos y cada uno fue a prepararse. Fui a mi pelu de confianza y luego ya me acerqué a Mas Palau, donde nos casábamos. Al tener habitaciones allí, fue muy cómodo para que viniera la maquilladora del Centre Corpore, cambiarme con mi vestido precioso de Atelier de Bodas y mis zapatos de Miss Honolulu, que mi hermano me entregara el ramo de Bluebell, hacernos fotos a mí y a él, que estaba en otra de las habitaciones. Él también iba guapísimo de Atelier de Bodas.
Iban llegando los invitados, iba escuchando algo por la ventana, pero en general estaba muy tranquila, feliz, en mi mundo. Solo algunos truenos de lejos me alteraban de mi modo zen, pero al final fue solo eso, algo de nubes en el momento de la ceremonia y luego salió el sol.
La ceremonia la ofició Jaume, todo un acierto. Divertido, ameno, hizo un resumen de nuestra historia con lo que le habíamos contado por separado brutal; un 10. Los amigos y familiares que hablaron hicieron unos discursos muy bonitos y emotivos. La banda sonora la puso el Cor Sibemoll, la coral donde canta mi madre, y estuvieron geniales, le dieron un toque precioso con la música en directo junto a piano y violín.
Al terminar nos fuimos a hacer una pequeña sesión de fotos con Camera Obscura, unos cracks. Y entramos con la misma moto con sidecar de la sesión. Allí ya se empezó a marcar el estilo de la fiesta, sí más que una boda, era una fiesta.
Una playlist muy nostalgia millennial que amenizaba el aperitivo en el jardín. Los invitados quedaron encantados, no paraban de sacar platos, en todo momento estuvieron bien atendidos, y les encantó la decoración que escogimos con Ilsotec (letras luminosas y neón), un chillout de AH Rental, y unas cámaras polaroid para retratar todo. Intentamos ir a saludar a todo el mundo, quizá fue el momento más estresante, la mayoría de invitados esperaban hasta que fuéramos allí, pero otros insistían en hacerse fotos cuando estábamos con otras personas y eso me agobió un poco, pero cuando tuvimos a todo el mundo controlado, la cosa fue mejor. Entregamos un regalo ya en esa parte de la fiesta y lancé un ramo (no el mío, pero sí uno de chuches), fue un momento divertido para terminar el aperitivo.
Antes de entrar al salón, precioso con material de AH Rental y cortina de luces de Ilsotec, me recogí la pequeña cola que llevaba el vestido y me puse unas converse personalizadas de la misma web oficial. Allí ya fui yo del todo y subimos un puntito más la fiesta. La entrada al salón fue impresionante. Con la canción de Fly on the wings, con una calidad de sonido brutal, dejamos que sonaran las primeras notas y los invitados empezaran a entrar en calor y llegamos nosotros, los invitados gritando y nosotros dando vueltas por las mesas; y ya en el segundo estribillo nos pusimos entre medio de las mesas de nuestros amigos a dar saltos con ellos. Pelos de punta.
En cada entrada de plato, un poquito más fiesta. Comí poco porque quería que mi estómago me aguantara bien. A veces en las bodas me suelo encontrar mal al mezclar comidas, bebidas y no parar de hablar, bailar, y no quería que eso me pasara. Me encontré genial toda la boda, lástima que al día siguiente me hubiera llevado tuppers de todo para poder comerlo con tranquilidad en casa, ya que todo estaba buenísimo (al menos en las pruebas de menú ya comí de todo y más).
Nuestros amigos nos hicieron una sorpresa con baile incluido que terminó en una conga bastante larga. Fue la guinda del pastel. Realmente si todo fue mejor de lo pensado, fue por cómo nos sentíamos y cómo se sentían y respondían los invitados; fueron la clave de que todo fuera tan bien, el extra que no puedes anticipar ni predecir.
Sacamos el pastel con un topper de Luigi y Daisy de SuperMario (jugando con nuestros nombres) que se repartió en el café en las mesas para quien quisiera probar, ya que ya había habido postre.
Antes del postre hicimos entregas a bebés, niños y embarazos, después del pastel a los futuros novios y lo que queríamos que se casaran, y seguidamente pusimos un vídeo con fotos nuestras y de los invitados, y entregamos a hermanos y padres los regalos.
Salimos para prepararnos para el baile, todos los invitados en semicírculo y bailamos. ¡Sí, salió bien! Mezclamos tres trozos de canción y en la última hacíamos que los invitados entraran al final, todos se unieron y fue muy guay, ya que de ahí ya pasábamos a la fiesta.
Para la fiesta, la calidad del sonido del lugar, las playlists que elaboramos, luces, cañón de CO2, pulseritas de neón, obviamente barra libre... después del reggaetón old school, pasamos a un fin de fiesta apoteósico de maquineo como en las buenas discotecas. La última Happy Ending para ir cerrando fue totalmente inesperado que se creara un círculo a nuestro alrededor, todo el mundo dando palmas al ritmo de la canción... brutal.
De ahí pasamos a la piscina donde nos dimos un chapuzón con algunos amigos y nos quedamos unos cuantos a dormir. Eso me ayudó mucho a ir bajando poco a poco del subidón que llevaba, ir despidiéndome de amigas que viven lejos con mayor calma y disfrutar hasta el último minuto del día de nuestra boda.
Repetiría una y mil veces ese día, pero supongo que lo maravilloso también es que es solo un día, por suerte las fotos y vídeos se quedan para siempre.
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