La boda de Laura y Jordi en Ciutadilla, Lleida
Rústicas Otoño Rosa 4 profesionales
L&J
18 Oct, 2014El día de nuestra boda
La verdad es que fue un día inolvidable en todos los sentidos... Unos días antes de la boda enfermé y me quedé afónica... Mi marido decía que era una jugarreta de mi subconsciente porque no quería dar el "sí quiero" ¡Pero no era así, era el estrés! El mismo día de la boda tenía voz pero aún no estaba al 100%.
A las diez en punto de la mañana mis dos hijas y yo nos fuimos a la peluquería. Nos dejaron estupendas. Mi maquilladora usó sus súper poderes e hizo desaparecer mis ojeras en un santiamén. Lo negativo fue que salimos de la peluquería una hora más tarde de lo previsto y cuando llegué a casa, dejé mis hijas comiendo, mientras mi marido y yo íbamos al castillo donde teníamos que celebrar la boda civil a comprobar que el florista hubiera decorado todo tal y como le habíamos dicho. Cuando volvimos a casa, el fotógrafo ya estaba allí. ¡Dios mío! Decidí no estresarme y le dije: "Empieza con el novio, luego con las niñas y cuando yo esté más relajada, ven a por mí."- Y así fue. Me tomé un zumo y pensé que todo saldría bien, sólo tenía que dejarme llevar.
Seguir leyendo »Celebramos la ceremonia en el castillo de nuestro pueblo. Siempre habíamos dicho que en caso que nos casáramos, queríamos que fuera en este lugar y así fue. Un sueño hecho realidad. Estábamos en Octubre y nadie esperaba que hiciera el calor que hizo. Lo que tampoco nadie esperaba fue que el novio llegara en tractor... O que los anillos estuvieran hechos de gomitas (nos los hicieron nuestras hijas con todo su cariño para el gran día).Todo el mundo nos dijo que la ceremonia fue sencilla, dulce, emotiva y llena de pequeños detalles que la hicieron distinta y especial. Los invitados iban guapísimos y todo estaba saliendo incluso mejor de lo que habíamos imaginado. Excepto que mi vestido quedó hecho un asco: terminó con un montón de hierbas pegadas en la falda de tul... Que por suerte me ayudaron a quitar unas mujeres del pueblo antes de subir al coche para irnos al restaurante.
Una vez en Pla del Bosc, en Bellpuig, todo fue fantástico también. Los invitados devoraron el aperitivo y resto de comida. Fue una cena tranquila, por suerte, pues una vez sentada en la mesa presidencial, cuando vi que todo estaba yendo genial, de nuevo tomé conciencia de mi ser y me di cuenta que... ¡Tenía fiebre! Tenía que aguantar como fuera... Ibuprofeno y aquí no ha pasado nada.
Pastel, detalles y baile. Un baile que quedó un poco pobre porque mi madre se había torcido el tobillo durante la ceremonia en el castillo y lo tenía muy hinchado. Aun así, bailó un poquito.
Ya veis que una boda sin anécdotas no es una boda... Y la nuestra la recordamos por todas ellas y sobretodo con un sentimiento muy especial por haberla podido celebrar junto a nuestras dos hijas después de 15 años de novios. En una palabra: ¡Irrepetible!
Servicios y Profesionales de la Boda de Laura y Jordi
Otras bodas en Pla del Bosc
Ver todas
Otras bodas en Lleida
Ver todas
Hotel Gran Sol Solsona
Hotel Gran Sol Solsona
Palau de Margalef
Inspírate con estas bodas
Deja tu comentario