La boda de Laura y Jordi en Torres De La Alameda, Madrid
En el campo Verano Rosa 3 profesionales
L&J
22 Jun, 2013El día de nuestra boda
Fue un día muy especial y divertido. No faltaron anécdotas que contar, aunque en ese momento los nervios de las cosas imprevistas no son buenos.
La mañana comenzó tranquila, nos levantamos ambos en nuestra casa y en seguida sonó el timbre, venián mis suegros, cuñados, sobrinos, ¡una gran ilusión verlos porque vivimos a 600km! pero en unos minutos todo empezó a ser estresante, tenía que recibir a la florista en casa de mis padres, se me echaba el tiempo encima, mi maquilladora llamó: su marido tenía que ir al hospital urgentemente y no sabía donde meter a su niño, cada vez era más tarde y la hora de peinarme llegaba y llegaba.
Por fin me quedé en mi antigua habitación, con la peluquera y ¡qué relax! Nos vestimos y peinamos todas, llegaron las fotógrafas. Mi padre esperándome bajo las escaleras, ¡estaba guapísimo! todos se fueron a la iglesia, y el padrino y yo nos quedamos esperando al conductor del coche de novios (mi suegro) y no venía, no venía. ¡Dios mío, se había olvidado de venir a buscar a la novia! No me lo podía creer, los siguientes minutos no soy capaz de recordarlos bien sólo sé que no llegaba a la iglesia y mi novio estaba atacado. Tras solucionar el gran malentendido conseguí bajar del coche de novios en la puerta de la iglesia.
Seguir leyendo »Nos casamos en la iglesia de Torres de la Alameda, pueblo en el que vivimos, es una iglesia grande, toda de piedra y con la decoración justa, lo que hace que sea preciosa.
Después de todos los inconvenientes conseguimos casarnos. Dios, ¡qué tranquilidad! Ahora empezaba lo divertido.
La celebración fue en la Finca Espino de Torote, unos jardines enormes y preciosos que en el mes de junio estaban espectaculares. Hicimos un cóctel en los jardines del que no nos enteramos mucho por estar haciendo fotos (uno de mis errores, elegí unas fotografas insufribles) pero a todo el mundo le encantaron.
La cena fue dentro de la carpa de la finca, lo denominan así pero de carpa sólo tiene el techo, en realidad es un salón con la pared que da a los jardines acristalada. Es precioso, el suelo es de pizarra negra y las sillas de forja negra con cojines blancos. Elegimos una mantelería negra con cubreplatos dorados y la vajilla blanca y el conjunto quedó espectacular porque se podían apreciar todos los detalles de las mesas.
La comida estuvo espectacular y a pesar de que la música no era muy buena lo pasamos todos estupendamente.
Madre mía, ¡estabamos casados! En 2 días llegaba a una playa paradisíaca y después de todos los nervios la boda había quedado perfecta.
¿Fue la boda de mis sueños? Ni por asomo, pero fue un día perfecto y especial con el que siempre soñaré, ¡por supuesto!
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