La boda de Kepa y Leire en Markina-xemein, Vizcaya

El día de nuestra boda

Fue un día de mucho calor pero maravilloso. Me desperté supertranquila, tanto que me puse a hacer un bizcocho para desayunar. Al final no me salió bien, así que me duché tranquilamente y bajé a por el desayuno a la pastelería. Vinieron dos de mis amigas, una de ellas mi peluquera, y entre risas fue pasando la mañana. Cuando me quise dar cuenta ya estaba vestida y a punto de salir. Esperamos a que llegara nuestra furgoneta roja y blanca que tanto me enamoró cuando la vi y que causó la misma sensación a todos los invitados cuando la vieron.

Llegamos a la finca y empezaron ya mis nervios y cuando empecé a escuchar la música de entrada me puse a llorar como si no tuviesen fin mis lágrimas. Entonces vi a Kepa al final del pasillo y pensé: “Me caigo de bruces…”, pero no pasó y llegué entera. La ceremonia fue corta, divertida y muy emotiva, le dije unas palabras a Kepa que conmovieron a todos y me alegro porque salieron de mi alma y de repente ya estaba casada.

Más tarde fue todo más perfecto aun de lo que imaginé: la gente, abrazos por todos lados, bailes, comida, música, todo increíble. La finca, además de ser genial, todos y cada uno de los trabajadores lo dan todo por y para todos. Gracias de verdad por ser así.