La boda de Judit y Pau en Alcalà De Xivert, Castellón
En el campo Verano Morado 9 profesionales
J&P
13 Jul, 2024El día de nuestra boda
Se suele decir que el día de tu boda es el día más bonito de tu vida. Siempre he pensado que era sólo un decir… Hasta que llegó el día de la nuestra. Mes y medio después, aún siento una gran felicidad cuando recuerdo ese día. Recuerdo estar como en un limbo, una sensación constante de alegría durante todo el día.
La boda “oficial” fue en el ayuntamiento de Vinaròs el día 12 de julio, un día antes de la celebración. Vinieron sólo los familiares cercanos, los testigos y algunos amigos, y nos casó en el salón de plenos del ayuntamiento una concejal que actualmente forma parte de la oposición. Ya al día siguiente, después de comer, nos dirigimos a la Masía Serra d’Irta. Allí estaba previsto que tuviera lugar todo en el mismo sitio: la preparación del novio y la novia, la ceremonia “no oficial”, el cóctel, la cena, la fiesta y la noche de bodas. La masía también sirvió para que se pudieran quedar los invitados que venían de fuera de la provincia, ya que varios venían de Barcelona, otros tantos de Euskadi, uno de Madrid y uno de Asturias, aunque algunos familiares y amigos del pueblo también se quedaron a dormir allí por comodidad.
Seguir leyendo »A partir de las 15h ya empezamos los preparativos. Primero se vistió el novio, con un traje de Giner Ba, en una de las habitaciones, mientras las fotógrafas (Arnau & Cutanda) iban haciendo fotos. En otra de las habitaciones, la novia empezó a peinarse y maquillarse con el Racó de Laura, para posteriormente vestirse con el vestido de Paola Carolina.
Mientras la novia se vestía y arreglaba (que por supuesto tardó mucho más que el novio), el novio salió a recibir a los invitados. Algunos llegaron en coche, otros con el autobús de Autos Mediterráneo. Dudaba si salir o esperar a que llegue el momento de la ceremonia, pero me pareció mejor idea ir hablando un poco con ellos y saludándolos, ya que a alguno de ellos hacía mucho tiempo que no veía. Una de las decoraciones que vieron al entrar era un mosaico con una foto nuestra, hecha con más de 400 fotos, las cuales eran fotos de todos y cada uno de los invitados con alguno de nosotros dos. La verdad es que ese detalle les encantó, y estuvieron mucho tiempo buscándose en el cuadro.
Llegó el momento de la ceremonia. Fue al aire libre, debajo de una olivera enorme, con música amenizada por LoQua, un excelente cuarteto de cuerda formado por músicos de la zona, quienes al principio tocaron la música de Up! (Michael Giacchino) y de El Castillo Ambulante (Joe Hisaishi), mientras los invitados se sentaban. Las sillas y el “escenario” estaban decorados por la floristería Qué bonitas son las flores. El tiempo acompañó muchísimo, la verdad, pues estaba ligeramente nublado, lo suficiente para que el sol no moleste, pero sin que esté el cielo oscuro ni que vaya a llover. Además, no hizo nada de calor durante el día ni tampoco frío a la noche.
La ceremonia la ofició la hermana de la novia, a la que le mando un abrazo enorme porque para mí es ya como si fuera una hermana propia. Entonces entró el novio, con la música de la película Dragonheart (Randy Edelman), la cual, además de ser una de las bandas sonoras más bonitas de la historia, fue la película de mi infancia, por lo que tenía un gran significado emocional para mí. A continuación, entró la novia, con un mix entre la Marcha Nupcial (Félix Mendelssohn) y la canción de La vie en rose (Édith Piaf). Ambos entramos con los dos padres a la vez, ya que queríamos romper con la tradición patriarcal de la novia con el padre y el novio con la madre. Después de la presentación de la hermana de la novia, quien se lo preparó todo fenomenalmente, llegaron los discursos. En orden hablaron el hermano del novio, la mejor amiga de la novia (quien era una de las testigos), el mejor amigo del novio (quien era el otro testigo) y finalmente un amigo en común, con quien ambos compartimos piso en Barcelona durante dos años. A continuación, llegó el momento de los votos, acompañado de la canción de Perfect (Ed Sheeran), seguido de una firma simbólica con la música de la Comarca de El Señor de los Anillos (Howard Shore). Para acabar, hicimos una salida rodeados de pétalos y burbujas (el arroz estaba prohibido, y con razón), con la canción de la película Grease, We Go Together (Michael Gibson).
A la salida de la ceremonia, nos tenían preparado una sorpresa, ya que aparecieron varios miembros de la Muixeranga de Vinaròs (de la cual el novio es el vicepresidente), y realizaron alguna figura básica tanto con el novio como con la novia. Después, tocaron las fotos mientras los invitados se dirigían al cóctel. Hicimos una sesión rápida por los jardines de la masía, sin estar demasiado tiempo, ya que posteriormente tendremos una sesión postboda, y ese día era para disfrutarlo con los invitados, no para perder demasiado tiempo.
El cóctel fue alrededor de la piscina. La verdad es que los entrantes estuvieron espectaculares, o eso me decían los invitados. Después del cóctel, las fotógrafas fueron llamando a los familiares y amigos por grupos, para ir haciendo las fotos grupales. A medida que hacían la foto, iban entrando ya al banquete y se iban sentando. Una vez estaban todos, entramos nosotros al banquete con la música de Viva la Vida (Coldplay). En cada sitio, los invitados tenían varias cosas. Lo primero, un llavero con su nombre (que a su vez sirvió de marcasitios), creado por Inloff. Después, un pequeño frasco de cristal con un mensaje personalizado para cada uno de los invitados. Los mensajes hablaban de recuerdos con algunos de ellos (sobre todo si son familiares que conocemos desde la infancia), anécdotas, cosas divertidas y, en definitiva, cosas que puedan hacerlos reír, sorprenderlos y emocionarlos. A más de la mitad les saltaron las lágrimas, así que podemos considerar que la misión está cumplida. Por otra parte, tenían una carta con la bandera y el nombre de un país. Esto era un juego para que tuvieran que encontrar a otra persona que tuviera el mismo país (no durante la cena, sino luego en la fiesta). Los países no estaban puestos al azar, sino que intentamos juntar a personas que más o menos tienen cosas en común, para que se conocieran. Por último, tenían una nariz de payaso, la cual compramos a la Fundación Theodora, quienes se dedican a acompañar y hacer reír a los niños hospitalizados.
Llegó el momento del discurso. Hablé de la familia de la novia (a quienes llamé mi nueva familia), a mi familia de toda la vida, y a mis amigos (a quien les dije que eran mi tercera familia). La verdad es que fue un momento muy emocionante, porque cada una de las personas de esa sala tiene su vida, su trabajo, viven en sitios distintos… Y es muy difícil coincidir todos, pero ese día allí estaban todos. Y estaban por nosotros. Acabé el discurso haciendo algo que nadie se esperaba. A mí, que no me gusta el champán ni el cava ni nada de esto, mi familia siempre me habían criticado por brindar con agua, así que me vengué y les hice brindar a todos con agua. Fue un brindis muy divertido, entre las risas y la sorpresa de la gente. Tal como dije en el discurso: “Dicen que brindar con agua da mala suerte. Nos casamos en día 13, la mala suerte está para desafiarla”.
Después empezó ya por fin la cena. Dorada de primero, sorbete de mango, y carrillada de segundo. Luego de postres un brownie de Ferrero y la tarta nupcial con sabor a limón. Entre los distintos platos hicimos algunos regalos. El primero fue un ramo de flores y un marco de fotos con inscripción para nuestras dos abuelas, las únicas que nos quedan. Esto tenía que ser lo primero porque la abuela de la novia (de 97 años) ya se la llevaban a casa en taxi después del cóctel. Luego, también un marco con foto y dedicatoria para los padres, un bolígrafo dedicado para los testigos y un lápiz con su nombre de colores para los niños, todo cortesía de Inloff. Por último, un pequeño detalle para una de las invitadas que va a ser madre próximamente (previsiblemente en septiembre). Ya al acabar, durante el postre, hicimos varios regalos especiales. En la web de Bodas.net pusimos un quiz con preguntas nuestras, y a los que mejor puntuación obtuvieron les regalamos algunos detalles como peluches, libros y demás.
Después de la cena, vino el baile. La verdad es que nos salió bastante mal, porque ninguno de los dos sabemos bailar como es debido, pero a nadie le importó. El baile fue una mezcla de tres canciones. Empezamos con un vals, llamado Potter Waltz (Patrick Doyle), de la película Harry Potter y el Cáliz de Fuego. Después se convertía en una bachata, la canción Bailando Bachata (Chayanne). Y acabábamos con una canción de rock, Walk of Life (Dire Straits). Después del baile, empezó la fiesta, que también fue alrededor de la piscina. Un pequeño detalle. Les prohibimos a todos los invitados fumar en todo el recinto, tanto durante el cóctel como la cena como la fiesta. Nos daba igual que estuviéramos al aire libre, ambos somos no fumadores y antitabaco, por lo que no queríamos que nos arruinaran nuestra fiesta con su olor a humo. Quien quisiera fumar, tenía que salir fuera de la masía, que la puerta estuvo abierta toda la noche.
Al DJ le pasamos una lista con canciones, tanto para el cóctel como para el baile, aunque las del baile no cumplió del todo con lo esperado, aunque eso ya lo detallé en la reseña de la Masía Serra d’Irta. Aun así, sonaron bastantes canciones de grupos valencianos y catalanes, y también otras canciones más antiguas y nuevas, de estilos variados. Intentamos alejarnos de lo típico, sobre todo del reggaeton, aunque alguna había. La lista fue formada tanto por propuestas nuestras como por canciones que sugirieron los invitados en la web de bodas, así cada invitado hubiera tenido al menos una canción que haya elegido.
Obviamente, haciendo una fiesta alrededor de una piscina, llegado el momento nos lanzamos al agua. La novia no quiso, cosa lógica con su vestido, pero el novio, quien ya se había quitado el chaleco, la corbata y otros adornos de más, se lanzó de buen grado con varios de sus amigos y una de sus amigas. Casi ninguna chica se lanzó al agua porque supongo que no querían mojarse sus vestidos ni que se les fuera el maquillaje, pero una de ellas, quien no llevaba vestido ni maquillaje, bien a gusto que se tiró también. Supuestamente, no podíamos hacer uso de la piscina porque en ese caso teníamos que contratar a un socorrista, pero nos dijeron que no había ningún problema en saltar al agua y luego salir enseguida. La verdad es que se estaba de lujo dentro del agua, y luego simplemente nos secamos a temperatura ambiente mientras bailábamos en la fiesta.
El primer bus de vuelta salió a las 2, y el segundo a las 5. El resopón se sirvió a las 4, que consistió en porciones de pizza y en horchata con fartons (de los mejores fartons que he probado nunca). La barra libre, por otro lado, acabó a las 4, aunque la fiesta duró hasta las 5. Dudábamos si alargar la barra libre durante toda la noche, pero no sólo no fue necesario, sino que incluso podríamos haber contratado menos horas de barra libre, ya que nuestros amigos prácticamente no beben nada de alcohol.
Acabada la fiesta, los invitados se fueron, excepto los que se quedaban a dormir allí en la masía. Algunos nos bañamos entonces un rato en la piscina (teníamos permiso a partir de las 5, puesto que entonces ya no era responsabilidad suya). Rápidamente nos fuimos todos a la cama, pues estábamos muertos de cansancio.
A la mañana siguiente, después de dormir unas 3 o 4 horas solamente, tocó recoger las cosas que eran nuestras y cargarlas en los coches. Volvimos a casa y dormimos durante casi todo el día. Había sido una noche mágica pero agotadora. Teníamos que descansar, pues dos días después teníamos que coger un avión camino a Japón para nuestra luna de miel. Pero eso ya sería otra historia…
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