La boda de Juanma y Elena en Murcia, Murcia

El día de nuestra boda

Fue un día superespecial. La noche de antes dormimos juntos en un hotel con nuestra bebé. Así que al despertar, el novio se tuvo que ir rápido porque teníamos que prepararnos. A las 07:15 llegó ya la peluquera, que la verdad que hizo un trabajo increíble y me hizo la mañana superamena. Me ayudó con todo lo que podía. Al rato llegaron mis padres y mi hermana. Mi madre y mi hermana, además, se peinaban y maquillaban allí conmigo. A las 7:30 llegó la maquilladora y empezó con mi madre. Yo aún seguía con la peluquera y escribiendo a la vez una carta para el novio. La idea es que la leyera mientras que se arreglaba. Hubo un fallo técnico y se me olvidaron cosas de la bebé en la casa donde se arreglaba el novio y mi padre tuvo que ir corriendo. Así que aprovechamos para hacer intercambio de cartas. Fue muy bonito. Llegaron los fotógrafos y yo estaba terminando de maquillarme y me estaba retocando la peluquera. Sentía que íbamos a contrarreloj, pero al final salió todo bien. Fui en el coche de camino a la iglesia con mi padre y mi bebé. Fue superespecial y ahí me comían los nervios. Al llegar la puerta del santuario estaba cerrada y los niños de arras esperándome. Coloqué a nuestra bebé en el carrito y ya estábamos listos para que abrieran las puertas. Ese momento fue superimpactante, se me paró el corazón. El novio empezó a llorar y llorar al vernos a nuestra hija y a mí. Los invitados emocionados y yo, por supuesto, también. La ceremonia y la salida fueron preciosas. A la salida fue una explosión de confeti de mariposas, pétalos, arroz y burbujas. Una pasada. Brindamos con nuestras copitas, y nos hicimos muchas fotos con la gente. Cuando se fueron todos, echamos algunas fotos rápidas y ya fuimos de camino al cóctel. Al llegar, hicimos la entrada con bengalas de humo de color que llevaban detrás nuestro cuatro primos que elegimos para ese momento. Brindamos con vino y ya comenzamos a comer y beber, no queríamos perdernos nada, jeje. En el cóctel también entregamos a los niños de arras ramos de chuches. Ya tocaba entrar al salón y disfrutar de la comida. Entramos con la canción de “Don’t stop me now”, brindamos con nuestras copas personalizadas y nos sentamos a disfrutar de la comida por fin. Durante la comida, dimos varios regalos especiales: a los padres les dimos una cúpula con la réplica de mi ramo y un marco con una foto de nuestra preboda; a los hermanos, un corazón acrílico con una frase emotiva; a los abuelos, un marco con una frase emotiva y un ramillete a juego con mi ramo; a mis tíos, una peana en forma de anillo con el ramillete a juego con mi ramo que ponía “sois los siguientes”; a mi hermana, un ramo natural, ya que yo no quería tirar el mío; a mi tía le pusimos unas velas en el postre y le cantamos cumpleaños feliz. Entre regalos, pusieron el same day edit que hizo el videógrafo con vídeos de la preboda y del mismo día preparándonos y en la iglesia. Fue brutal. Luego llegó el momento del corte de la tarta con la canción de Love of my life de fondo. Fue superbonito. Yo tenía mis muñecos de la tarta personalizados, que me encantan, y mi pareja su superespada friki. De allí pasamos a hacer el baile nupcial, que fue superemocionante, y al terminar la canción sonó Party rock, dando comienzo a la barra libre. Todos los invitados se unieron a bailarla con nosotros y fue un comienzo brutal. La candy bar estuvo puesta desde que llegamos, pero se hizo uso de ella en ese momento. También estaban puestos los libros de firmas en forma de cúpula para que la gente dejara su mensaje. El fotomatón comenzó y fue un éxito. Todo el mundo dejó la copia de sus fotos con un mensajito bonito en el libro de firmas que dejamos al lado del fotomatón. Al poco, comenzó la glitter bar, que a la gente le encantó pero muchísimo. Lo que más triunfó junto al fotomatón. Y también el 360°, que fue muy cañero. También pusimos un puesto de gofres y helados, que dejó flipada a la gente. Tenían helado de nube, Oreo y leche merengada. Yo probé el de leche merengada y qué rico, jajaja. Los gofres también genial. A la noche pudimos disfrutar de la iluminación, que quedó de ensueño. Pusimos de recena hamburguesas del McDonald's de pollo y ternera con sus patatas. Y al rato por fin fue el momento de los fuegos artificiales. Fue superbonito, se me eriza la piel solo de recordarlo. De fondo pusimos la canción de Amor de mi vida de Maluma y bailamos y cantamos mientras nos mirábamos a los ojitos. Todo un momentazo con los fuegos artificiales. También hubo muchas cositas para la hora loca como palos led, pulseras luminosas, anillos luminosos, gafas led, diademas, máscaras, mi capa led, etc. Me encantó como triunfó. Por último, repartimos Oscars a los invitados y les gustó muchísimo. Ya terminamos de disfrutar bailando y bebiendo como llevábamos haciendo todo el día. Lo pasamos increíble, estábamos llenos de emociones y superfelices de ver que la gente aguantó hasta el último momento. Hasta los niños lo estaban dando todo. No quería que se acabase el día. Ya cuando todo acabó, nos llevaron al hotel y terminamos la noche mi marido, mi bebé de 5 meses y yo durmiendo juntitos en la cama. No se puede pedir más. Ojalá repetir este día en bucle.