La boda de Juanjo y Susana en Cartagena, Murcia

¡Me subo a la carroza y ya nos encaminamos a la iglesia! No, pasamos por mi casa la mía y la de mi recién marido y vemos que aún no ha salido, los nervios se ponen a flor de piel y pienso qué puede estar pasando. ¡Y sí, es que yo ya lo sabía que él es muy tardón! ¡Pero mi suegro vio a la carroza pasar y salieron corriendo nosotros nos escondimos en un ladito y ellos pasaron super rápido!

¡Ya todo fluyo por sí solo la iglesia fue fantástica con nuestro gran coro rociero! Las lágrimas caían a todo el mundo, lágrimas de sentimientos alegrías y lágrimas de recordar a personas que no estaban. Cuando acabó la misa salimos y no podíamos creer que veíamos era la reliquia del coche del padre de mi marido lleno de globos y nosotros que pensamos que tendríamos un Ferrari en la puerta. ¡Nos hicieron una broma! ¡No importa. estábamos felices y nos pusimos a sacar todos los globitos del coche para poder subirnos!

Al llegar al restaurante fue mágico, todo el mundo esperando con un globo en la mano a que llegásemos y cuando entramos los soltamos todos juntos dejando el cielo lleno de globitos blancos, que significaban nuestra alegría, nuestra pureza, nuestro por siempre y para siempre.

El cóctel fue precioso, todo amenizado con otro coro rociero dedicando canciones y mandando flechazos de amor a nuestros padres, mis hermanos, abuelas, a todos, todo fluyó magníficamente.

Cuando llegó la hora de entrar al restaurante primero entraron todos los invitados y de repente apagaron las luces (los pobres se quedarían como diciendo qué pasa) pero se bajó un proyector enorme en el cual empezó a sonar un vídeo de nuestra preboda con la magnífica canción de ‘Deja que te bese’ de Alejandro Sanz y Marc Anthoni, el vídeo fue muy gracioso y a la vez emotivo y agradeciendo a todo el mundo que había decidido acompañarnos. ¡Al terminar el vídeo entramos y todo el mundo estaba en pie aplaudiéndonos y el metre esperándonos con unas copas para brindar! ¡Un momento de nervios, pero precioso!

La cena fluyó magníficamente, todo el mundo hablando hasta con gente y familiares que no se conocían, todo el mundo se echaba fotos con todos, cantaban como locos: ¡la novia la novia y el novio el novio! Hasta que llegó la hora del postre después de haber dado todos los regalos nos sorprende una música que nosotros no habíamos pedido, pensamos se han equivocado, ¿qué es esto? Y aparecen mis primos y mi hermano con unas gafas de sol y un pinganillo imitando a unos espías y veo que vienen camino hacia mi tirándose por los suelos. Me cogen en peso y me hacen como una raptada me dejan en una silla y todo el mundo se levanta trayendo al novio y todos, todos se pusieron a bailarme. Fue una sorpresa increíble. ¿Cómo todos los invitados sin conocerse habían planeado un baile? ¡Increíble pero cierto según dicen seguían a mi prima que es coreógrafa! Pues salió magnífico, muchas risas, por fin después de tantos regalos, me dejarían poder probar el coulant de chocolate.

¡Al terminar cortamos la tarta y nos dirigimos a nuestro gran baile! ¡No es que fuese un gran baile, pero estar bailando con mi reciente marido fue para mí el mejor de los bailes que había hecho jamás! ¡Un precioso vals y todo el mundo alumbrándonos con unos palitos de luz! ¡Al terminar todo el mundo aplaudió y comenzó la fiesta! Todo el mundo bailó hasta casi el amanecer sin zapatos acabemos en la zona chill out mucha gente tirada en las grandes camas, hasta que empezaron a irse y yo y mi marido nos miramos y dijimos: ¡aquí comienza nuestra vida un para siempre! No daremos detalles de la noche de bodas, aunque llegamos muy muy borrachos he de decir, pero sí diré que hicimos un precioso crucero por el mediterráneo el cual si ya estábamos enamorados volvimos más enamorados aun, ¡aunque era imposible! Pero sí, Roma y sus encantos son únicos.

¡Hasta aquí mi crónica, espero que os haya gustado y os dejo unas fotos! ¡Solo os digo disfrutad fel día B como si fuera el ultimo porque ya no vuelve es 1 vez y es mágica! ¡Muchos abrazos!