La boda de Juanjo y Maria en Arbuniel, Jaén

El vestido, solo me lo habían visto mi madre y mi hermana, y uno de los momentos más bonitos de ese gran día, fue cuando estaba toda mi familia esperando a que saliera, juntamente con el padrino, que tenía preparado el ramo para darme y unas palabras bonitas para dedicarme.

Para un día tan especial, decidimos hacer, de nuestra pasión, la protagonista de todos los detalles de la boda. Por eso, el vino, el corcho y los tonos burdeos se podían presenciar en cualquier rincón. Desde el ramo, con tonos burdeos, las flores de la iglesia y del banquete, los detalles del coche, la invitación, el sitting plan y muchos otros detalles que transformaron el banquete, en un lugar mágico.

¡La boda en general, estuvo llena de sorpresas! Pero sin duda alguna, me quedo con la sorpresa que mi marido y mis amigos me prepararon. Pusieron una de mis canciones favoritas, y uno a uno, en fila y recorriendo todas las mesas, llevaban una rosa blanca en la mano y me la iban dando, de tal forma que terminé con un ramo de rosas blanco enorme. Pero eso no fue todo, sino que al final de la larguísima cola de amigos, estaba mi marido, con un gran ramo de rosas rojas. ¡Me emociono solo al escribirlo!

Y qué decir de la fiesta, teniendo en cuenta que contábamos con unos 230 invitados, la mayoría de ellos jóvenes... ¡Ya os lo podéis imaginar!

Sin duda alguna, no olvidaremos nunca ese día. ¡La temática, el lugar, la familia y los amigos hicieron de nuestro sueño, una realidad! Podría contar mil millones de detalles más y anécdotas que pasaron durante el banquete, pero es que cada vez que pienso en la boda (que es muy a menudo) se me niegan los ojos.