La boda de Juanjo y Ana en Granada, Granada

El día de nuestra boda

La verdad es que el día fue mucho más de lo que esperaba. Ilusión, muchas ganas, familia y amigos con los que compartir nuestro gran día. Pensaba que los nervios no me dejarían disfrutarlo, pero para nada. Desde que empezó el día hasta que terminó estuvo lleno de momentos inolvidables, cariño por todos lados y muchas risas.

En mi caso, los nervios no hicieron muchos estragos, eso sí, algo tenía que pasar ese día y menos mal que fue leve. Fuimos con tiempo de sobra y decidimos esperar parados cerca de la Iglesia hasta que fuese la hora y mientras hablábamos, ya era la hora de entrar y a mi padre en ese momento se le ocurrió preguntar: “¿Oye y el ramo que yo he ido a recoger esta mañana, quién lo tiene?". Así que en ese momento tuvimos que darnos la vuelta e ir para mi casa para coger el ramo, que ni por asomo me había acordado de él. Por lo que, como una novia tradicional llegué tarde a la Iglesia.

Por lo demás todo fue fluyendo sin que nos diésemos cuenta, hasta que llegó el momento del baile que eso sí que nos daba un poquito más de vergüenza, pero al final no nos salió tan mal como pensábamos porque apenas nos dio tiempo a ensayar entre preparativos y trabajo, ya que tanto el photocall como regalitos y demás lo hicimos nosotros para que todo fuese personalizado.