La boda de Juan Luis y Sara en Lachar, Granada
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J&S
21 Dic, 2019El día de nuestra boda
El día de mi boda fue mágico.
Y sí, nos llovió. A pesar de llevar huevos a las clarisas nosotros, nuestras amigas solteras... nos llovió, pero el momento de mi entrada a la Iglesia y nuestra salida no cayó ni una gota y pudimos disfrutar el momento, y creo que si no hubiera llovido no hubiera sido un día tan lleno de magia.
En realidad, estábamos muy nerviosos por la lluvia y cuando me desperté a las 8 para ir a la peluquería y vi que llovía a cántaros me dije: "Sara, es tu día y la lluvia no lo va a estropear", así que me puse mi mejor sonrisa y me fui a la peluquería. De camino le mandé un WhatsApp a mi chico y le dije: "Buenos días, amor. Ni la lluvia, ni nada estropeará nuestro día, no te preocupes. Estoy deseando verte. Te amo". Su respuesta aun me emociona, pero me la guardo para mí.
El momento de vestirme fue un poco caos, pero no lo cambiaría por nada del mundo; mi sobrino correteando, mi sobrina llorando porque le picaba la manga de vestido y se lo quería quitar, mi tío echándome un ibuprofeno porque creía que me dolía la garganta, mi primo haciéndome recados de un sitio para otro, mi hermana vistiéndome, mi madre y mi abuela mirándome emocionadas... y ya empezó a llegar la familia y amigos, y cada vez que entraban en la habitación se derramaba una lagrimita. Hasta que llegó el momento y me quedé sola. Todos se habían ido a la Iglesia a esperar mi llegada, me miré al espejo y pensé: ¿se puede ser más feliz? Cogí a mi hermana de la mano (ella fue mi padrino) y nos montamos en el coche para ir a la Iglesia.
Seguir leyendo »A mi llegada a la iglesia, estaba Almudena Bulanni, mi wedding, esperándome en la puerta para empezar la aventura de día que nos esperaba por delante. Me preparó la cola, el velo (hacía muchísimo viento) y se puso de acuerdo con los músicos para que subieran el tono de la canción "Canon de Pachelbel¨ y abrirme la puerta para entrar. Cuando escuché cómo subía el volumen de la canción, se abrieron las dos puertas enormes, vi la Iglesia más bonita del mundo adornada por Floristería Yolanda y vi a mi futuro marido en el altar esperándome, pensé que estaba en un sueño, os lo prometo... Cuando me fui acercando a él y vi su cara de emoción, felicidad, amor... solo me salía sonreír, estaba como en shock, pues yo soy de llorar, pero ese día solo podía sonreír. No sé si a alguna más os ha pasado. Mientras él no paraba de llorar.
La ceremonia fue lo más emocionante que he vivido nunca. El sacerdote, Don Hermes, es el mejor sacerdote que he conocido nunca, hizo una boda preciosa, amena, con toques de humor que jamás olvidaremos. Me armé de valor y le leí una carta a mi chico, ya se lo avisé al sacerdote, que me diera paso y que si yo le hacía un gesto raro era porque no sería capaz, pero me dio paso y se la leí. Todos sentados en silencio y yo de pie leyendo, creo que no se quedó nadie sin echar una lagrimita.
Durante la ceremonia había una soprano, un violinista y un pianista. La voz de Anne no puede ser más maravillosa, cada vez que cantaba subíamos al cielo con su voz. Al terminar la ceremonia y salir de la Iglesia, unos amigos nos pusieron una traca de cohetes mientras nos tiraban pétalos, arroz y confeti; fue precioso.
De camino al restaurante, ya casados, en nuestro coche "Austin Princess", mi ya marido y yo no parábamos de decirnos lo guapos que estábamos uno al otro y abrazarnos. Dijimos lo felices que estábamos por lo bonito que había sido todo en la ceremonia y nos moríamos de ganas de seguir con todos nuestros seres queridos nuestro día.
Al llegar a La Mamunia, la lluvia quiso hacernos compañía, así que allí estaba Almudena con los paraguas más bonitos del mundo esperándonos para que no nos mojáramos. Los invitados correteando, pasando por el único arco que no llovía y pudimos sacar alguna foto mientras me decían: "Sara, tranquila, novia mojada, novia afortunada". Creo que no hubo un invitado que no me dijera la frase, y yo feliz, os juro que no me molestó la lluvia ni un segundo. Así que, si el día de vuestra boda llueve, o los días anteriores veis previsión de lluvia, no sufráis. Sí es cierto que los días previos a la boda donde había un 90% de probabilidad de lluvia lo pasamos regular los dos, pero ese día dijimos, tanto sufrir para nada, si al final la lluvia ha hecho este día más bonito aún.
Nos hicimos unas fotos dentro del salón que estaba preciosamente adornado por Atrezzo. Nuestra idea era hacernos fuera en los jardines, pero nada, las fotos en exterior las dejamos para la postboda. De todos modos, no queríamos perdernos ni un minuto del cóctel para estar, hablar y saludar a cada uno de nuestros invitados.
Llegó el momento de entrar al salón para el almuerzo, mientras yo me transformaba el vestido (llevaba una falda de tul y me la quité para mi entrada al salón). Pusimos nuestro vídeo de la preboda en Ibiza hecho por Pablo de Lavetafilm. Creo que no he visto un vídeo más bonito en mi vida... todos los invitados me dijeron que se habían quedado embobados viéndolo. Cuando terminaron de verlo empezó a sonar la canción de "Hasta mi final" de Il Divo, y cuando subió el volumen en el minuto acordado con el DJ, se abrieron las puertas y aparecimos los dos cogidos de la mano al son de aplausos y voces más que de la música, fue otro momento superbonito.
Durante el almuerzo hubo varios regalos y detalles. Después de comer el entrante, nos fuimos a la parte de atrás de donde estaba la mesa presidencial, que hay una zona pequeña para guardar los regalos. Empezó a sonar la canción de Alejandro Sanz y Paolo Valessi "No quiero hacerme grande", (es una canción que mi hermana y yo cantábamos de pequeñas a pulmón), y Juan Luis salió por un lado y yo por el otro; él le dio el regalo a su hermana y yo a la mía. Era un lienzo con una foto y una frase acompañada de una carta. No podíamos parar de abrazarnos y llorar.
Después de comer el último plato, volvimos a la parte trasera para coger los regalos para nuestras madres, ahí nadie pudo contener las lágrimas cuando escucharon la canción "Por ti" de El Canto del loco, y nos vieron aparecer a cada uno por un lado con un ramo de flores y abrazar a nuestras madres como si fuera nuestro último abrazo. Le entregamos el ramo de flores junto con una pulsera de plata que decía "Gracias mamá, porque solo tú me das todo sin esperar nada a cambio" y una carta.
Entre platos me fui levantando y entregando a mis mejores amigas su regalo, una carta personalizada a cada una con nuestras historias y una pulsera de plata con el símbolo infinito. Nuestros abrazos y lágrimas no paraban. También quise tener un detalle con las mujeres embarazadas y con los niños recién nacidos; les regalamos un babero con nuestro logo en el que ponía yo también estuve en la boda. A algunos familiares, tíos, primos… les escribimos unas cartas con las que no paraban de llorar, a cada uno con nuestra historias y agradecimientos desde pequeños, pues son pilares grandes en nuestras vidas.
El corte de tarta lo hicimos con la canción de Oficial y caballero; una tarta preciosa y riquísima de zanahoria. Brindamos, nos besamos, nos llenamos de tarta...
En el momento que terminó el brindis, apareció de la nada Fabian Rivero con su saxofón tocando la canción de "Baila conmigo", entonces todos los invitados saltaron de las sillas y empezaron a bailar y mover las servilletas y nosotros hicimos entrega de los muñecos de novios con una carta a 3 parejas de amigos especiales que aun no se han casado. Fue un momento precioso y superdivertido.
Cuando terminó el almuerzo, cogí el micro y leí una carta de agradecimiento a todos los invitados que decía:
"Bueno, quiero empezar dándoos las gracias a todos por venir, sé que este día también es importante para vosotros porque todos los que estáis aquí nos queréis de verdad.
Gracias a los que habéis hecho un esfuerzo por venir, sabéis que sin vosotros este día no habría sido igual. Sabéis quienes sois.
Gracias a nuestras madres por cuidarnos como si aun fuéramos sus niños pequeños. Aunque os rabiemos mucho, sabéis que sois la pieza más importante de nuestra vida.
Gracias a nuestras hermanas por estar ahí siempre dispuestas a darlo todo por nosotros, por darnos esos sobrinos que hacen que nuestra vida sea más bonita aun.
Y gracias a la vida por regalarnos estos momentos, porque, aunque la cuesta ha sido muy empinada, ha merecido la pena subirla y tener estas vistas que sois vosotros.
Os queremos."
Tras terminar de leer esto, dije que tenía algo importante que decir a una amiga, y leí lo siguiente a mi mejor amiga:
"Gracias, amiga, por permanecer a mi lado día a día después de 30 años.
Gracias por estar ahí cada mañana para darme los buenos días. Por ser la primera en saber mis inquietudes y mis alegrías.
Gracias por entenderme como nunca nadie lo hace, gracias por vivir conmigo esta aventura llamada vida. Porque, aunque nos separe un mar, no hay distancia que esté lejos entre nosotras.
Porque solo una amiga como tú tiene guardadas 2000 fotos mías en su móvil porque le da pena borrarlas. Porque con nuestros audios convertimos un día regular en uno maravilloso.
Y por supuesto, mi ramo es para ti, porque solo tú me conoces mejor que yo."
Y fui hacía su mesa y le llevé mi ramo de flores, nos abrazamos y no paramos de llorar.
El postre nos lo comimos antes del corte de tarta, y mientras nos lo comíamos, pusimos un vídeo con fotos desde pequeños, fotos con todos los amigos y familiares, para que ellos se vieran y disfrutaran del vídeo. Al final pusimos un trocito del vídeo de la pedida de mano y volvieron las emociones y aplausos. También pusimos una frase de agradecimiento al final del vídeo para todos los invitados. Tras todas las emociones que hubo en el almuerzo, llegó la hora de la fiesta.
Solté mi pelo y mientras mi maquilladora me retocaba después de tantas lágrimas, todos los invitados se fueron para la sala donde era la fiesta y nos hicieron un pasillo para esperarnos. Nosotros aparecimos desde el pasillo que había fuera, el cual lo habíamos llenado de bengalas grandes frías que se iban encendiendo a nuestro paso. Cogidos de la mano y emocionados con aplausos y voces de alegría de todos los nuestros, nos pusimos en posición y empezó nuestra canción "Que lo nuestro se quede nuestro" de Carlos Rivera. Habíamos ensayado y nos salió un baile muy bonito, pero en mitad del baile, mi ya marido no pudo resistirse y empezó a besarme y me cogió en brazos y empezó a darme vueltas en el aire. Las voces y palmas sonaron más que nunca y seguimos nuestro baile hasta que en el minuto 2.20, que fue donde planeé todo, terminó la canción y apareció de nuevo Fabian Rivero con su saxo con la canción "El twist", y todo el mundo saltó a la pista y no paramos de bailar, reír, cantar y saltar en todo el día y toda la noche.
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