La boda de Juan Luis y Carolina en Salamanca, Salamanca
Rústicas Otoño Granate 9 profesionales
J&C
01 Oct, 2022El día de nuestra boda
¡Hola a todos! Ha pasado ya más de un año desde nuestra boda y aún seguimos en una nube. Vuelvo por aquí para intentar devolver toda la ayuda que recibí por parte de la web, la app y sobre todo de esta comunidad mientras organizaba la boda... Y, sobre todo, para dar las gracias una vez más a todos nuestros proveedores, nuestro gran acierto.
Por eso, este "post" no es por nosotros, sino por ellos, para que podáis conocerles y elegirles porque nuestro día, lo hicieron y lo salvaron ellos. Tengo que empezar diciendo que yo soy una persona con las ideas muy claras y esto puede que a veces no sea fácil...Tuvimos la suerte de contar con un equipo de gente maravilloso, que nos entendió desde el primer momento y no solo hicieron su trabajo, sino que además adoptaron todos un papel de wedding planner, coordinándose unos con otros para ayudarnos en absolutamente todo, tanto antes como durante y después.
No voy a escribir mucho sobre los preparativos, a pesar de ser una de las partes más bonitas de la boda y que yo disfruté muchísimo. Soy arquitecta, me gusta hacer ilustraciones, maquetar carteles, dibujar y el diseño en general. Además, soy una persona muy ordenada y organizada, por lo que toda la organización y coordinación de la boda, lejos de ser un trabajo o esfuerzo como muchos dicen, para mí fue una fantasía. Desde todas y cada una de las pruebas del vestido con Lucía de Miguel, los zapatos con Javier Gonzalo, las flores en Mayo Flor Salamanca o las pruebas de peluquería y maquillaje con Lourdes y Pepa, hasta la decoración de la Finca El Villar de los Álamos, la elección de la música con Geventos y Duo Fueye, las pruebas de menú con Lilicook Gastrobar o la organización de fotos y vídeo con Lutton Gant Photography y Criseri Audiovisual.
Seguir leyendo »Cuando empezamos con toda esta aventura, teníamos dos cosas claras: queríamos la Catedral Vieja de Salamanca, donde se casaron mis padres, y todos los proveedores tenían que ser locales o de cercanía. Respeto mucho a los profesionales de ciudades grandes como Madrid, pero oye, no todo está allí y cada ciudad tienen grandes profesionales del sector.
Con estas premisas nos pusimos manos a la obra y no pudo ser más acierto: trato familiar, conexión inmediata, millones de sugerencias y ayuda a todas horas. Y ahora, os extrañará por qué al principio del texto he puesto que ellos "salvaron" nuestro día. Pues bien, el día empezó genial, cada uno en el sitio donde nos arreglábamos, con nuestras familias, flores, brindis... Todo retratado por Lutton Gant y Criseri. Las invitaciones, los carteles, el save the date, etc., lo hice yo y lo llevé a imprimir a una imprenta del barrio. Todo, desde el primer momento, con el color granate predominando... ¡El color de mis zapatos! La gente no se daba cuenta... Pero todo iba ligando desde el momento cero: sobres, textos, flores, decoración… ¡Granate! Bueno, con eso, y con los viajes, nuestra pasión. Así, toda la papelería de la boda, desde el save the date, tenía camuflado un avión de papel, el seating plan eran ciudades en las que habíamos estado juntos y las minutas eran pasaportes.
Pues bien, así nos arreglamos, yo con mi vestido y tocado de Lucía de Miguel y mis zapatos Javier Gonzalo (lo único que vino de Madrid, porque fue amor a primera vista con ambos desde hace años), aunque Lucía me ayudó a darle a mi vestido mi toque "charro" incluyendo los botones Charros, símbolo de mi ciudad, los pendientes de mi abuela que se puso mi madre en su boda, el anillo de pedida de Joyería Cid y toda la casa llena de flores de Mayo Flor Salamanca.
Juanlu con su familia, en el Hotel Puerta Catedral, con chaqué, zapatos, calcetines, tirantes... Todo de Elegant Badajoz (él es de allí).
La noche de antes dormimos separados y le dejé en la mesilla un pañuelo bordado de Due Joyitas "Nos vemos en el altar". Además, ese día le regalé a mi madre una bata, para que se arreglara conmigo, a mi hermano, la corbata con una frase de una canción bordada en su interior y a mi padre otro pañuelo como el de Juanlu, donde ponía: De tu mano mis primeros pasos y de tu brazo al altar".
Llegó la hora y fuimos a la catedral, ¡qué momento más emocionante el de ir en el coche con mi padre y mi hermano, mis chicos! Y qué decir del momento de llegar, ver a toda tu gente asintiendo emocionados mientras caminas hacia el altar y le ves, allí a lo lejos... Juanlu, esperando, más tieso que una vela y con una cara de emoción que no le había visto nunca.
La ceremonia fue preciosa. La ofició un sacerdote con el que mi familia ha tenido trato desde siempre y participaron muchos de nuestros amigos y familia, como testigos o lectores. Además, me guardé una de las peticiones para hacerla yo, recordando a todos los familiares importantes que echábamos en falta y que nos habían dejado recientemente. En recuerdo a ellos, especialmente a mis abuelos, llevaba una medalla colgando de mi ramo que ponía: un trocito de cielo me acompaña y sus nombres.
La música de la ceremonia corrió de la mano de Dúo Fueye, unos profesionales como la copa de un pino que descubrí precisamente gracias a bodas.net. Cuando terminó a ceremonia, los invitados cogieron los autobuses que teníamos esperando y se fueron al Villar de los Álamos, mientras que nosotros dos, junto con mi padre que hacía de chófer, nos quedamos haciendo algunas fotos por mi bonita ciudad. Aquí viene el motivo de salvación. Una vez terminada la sesión de fotos, subimos los tres al coche y nos dirigíamos a la finca, cuando tuvimos un accidente de tráfico que, por suerte y con distancia temporal, quedó en un susto. Por este motivo, todo se retrasó. El cóctel se alargó porque tardamos en llegar, la gente estaba inquieta... Y aquí vienen nuestros maravillosos proveedores. Geventos no paró de pinchar música en ningún momento, manteniendo a la gente animada y Lilicook Gastrobar no paró de servir comida y bebida para que a nadie le faltara de nada. Por otro lado, Lutton Gant estuvo con nosotros, haciendo llamadas, avisando a la familia y apoyándonos en todo momento. A partir de aquí, las emociones que de por sí genera una boda, se multiplican por mil.
Gracias a todos ellos el día salió según lo planeado. Nadie paró de bailar, de reír, de hacerse fotos, de comer, de beber... No faltó de nada y todos nuestros invitados tienen un bonito recuerdo. Ya un año después, y pensando más en frío, cada día nos reafirmamos en la buena decisión de buscar proveedores de nuestra zona que, a lo mejor, no son los que sacan las influencers en sus perfiles de Instagram, todavía, pero son grandísimas personas y profesionales como la copa de un pino que, como os he dicho al principio, hicieron un esfuerzo extra para ser el apoyo que necesitábamos en momento de poca lucidez para que todo saliera adelante. Y esto no se consigue solo con el trabajo de ese día, sino gracias a todo el tiempo que nos dedicaron antes de la boda, dedicando a conocernos, a saber nuestros gustos, ideas, preferencias, qué personas eran importantes para nosotros para hacerles protagonistas, qué musica nos gustaba o cómo queríamos que salieran las cosas. Así que, por todos ellos, escribo esto, y os recomiendo encarecidamente que los elijáis, porque son los mejores. Una y mil veces más, gracias a todos.
Espero que esto sirva para ayudar a alguien... ¡Disfrutad de la boda desde el momento cero hasta el final, incluyendo la organización!
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