La boda de Juan Ismael y Desireé en El Carrizal, Las Palmas
En la playa Otoño Azul
J&D
04 Oct, 2014El día de nuestra boda
Mi boda fue realmente un sueño. Mejor de lo que esperábamos, ¡mucho mejor!
La semana de la boda fue mortalmente agotadora, colocar el local, amigos que vinieron de la península, ultimarlo todo, nervios a flor de piel. Sentía que el tiempo se me iba de las manos y que no le dedicaba a mi hija el necesario (teniendo en cuenta que no íbamos de luna de miel 8 días sin ella, necesarios por otra parte).
Terminé las cosas el día antes (cuando termino de hacer las cosas que quedaban) por la tarde, sobre las 7. Bajo a casa de mi madre donde paso la noche con ella, mi hija y mi hermana. Cuando llego veo nada más entrar un ramo precioso. Por un momento pensé que eran cosas de mi futuro marido, pero cuando leo la nota me doy cuenta de que me lo había mandado una amiga de Salamanca. Ya empiezo a llorar (mi miedo más grande era no poder dejar de llorar porque tuve la sensación durante los 15 días previos a la boda que tenía guardado dentro doscientos litros de lágrimas que no podían salir).
Seguir leyendo »Me tranquilizo y la llamo por el gran detalle. Es una persona muy especial.
Llega una amiga de mi hermana y otra que estaba en casa. Mi hermana sube a casa de los padres de mi futuro marido con una gorra amarilla y chaleco reflectante imitando a un cartero (además de sus dos amigas) a entregarle un paquete que yo había preparado. Ella lleva un papel de correos que rellené y el kit de supervivencia para el matrimonio y las amigas cámaras para grabarlo. Se sorprendió mucho y le encantó, ¡hasta lloró!
Cuando mi hermana llega aparece con otro paquete para mí, un kit para la última noche de soltera. Dentro había una bata, una botella de vino blanco, velas aromáticas, una taza de desayuno, unas pantuflas y lo que más me gustó 3 vales: uno de "te hacemos la cena", otro de baño relajante a la luz de las velas con vino y música y masaje a seis manos (mi hermana y sus dos amigas con una camilla para masajes que le había prestado un amigo suyo). Imagínate, me quedé tranquilita.
Al día siguiente, nuestro gran día, despierto un poco tarde porque había puesto mal la alarma, pero pensé, no pasa nada, llegando a casa de mi tía (mi peluquera) me doy cuenta de que no llevo la diadema (vive en otro pueblo). No pasa nada, tranquila, con mi música a tope vuelvo a buscarla. Cuando llego mi tía más nerviosa que yo y le digo "déjate de nervios y hazme el desayuno que una novia no puede estar sin comer”. ¡La cara de ella fue mucho!
Todo lo demás pasó deprisa, fue bonito y muy intenso. Llegué yo primero antes que el novio (por un problema de sonido no pudo aparecer antes porque él entró desde la azotea de la terraza del bar en el que lo celebramos (por lo menos vi su entrada). Mis damas de honor (mis mejores amigas), mi hermana y mi cuñada (las madrinas más guapas), mi hija y su mejor amiga (llevaron los añillos y la arena de colores que simbolizaba él, yo, la familia y los amigos, cada uno con su color y representante: mi hija, la familia, nuestro mejor amigo, los amigos, etc.). Lectura de las madrinas, votos, ceremonia de la arena, anillos, ya casados. Y ahí empezó una fiesta que no acabó hasta las tres de la mañana (teniendo en cuenta que me casé a las 12.00, fue genial).
La boda era de temática hippie, nos casamos el día de nuestro 15 aniversario en la playa donde nos conocimos. Todo fue muy romántico, entrañable y divertido. Los invitados lo pasaron súper bien, actuaron dos grupos y la verdad, ¡me volvería a casar!
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