La boda de Juan y Gabriela en Canet De Mar, Barcelona
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J&G
12 Oct, 2024El día de nuestra boda
Los preparativos de la mañana
El día comenzó con una mezcla de emoción, nervios y alegría. Juan y yo decidimos no vernos desde los dos días anteriores, yo estaba en nuestra casa y él en casa de sus padres.
Yo desde muy temprano, empecé los preparativos, acompañada de mi mamá que viajo desde Colombia para compartir este día y mi tía que también vino para maquillarme. Mi peluquera también llegó a primera hora, mientras yo intentaba calmar los nervios desde las 6 de la mañana.
Los fotógrafos fueron primero a encontrarse con Juan, lo acompañaron a arreglarse junto a su familia, como siempre ellos están listos mucho más rápido que las mujeres, pero tuvo un momento especial porque los fotógrafos le llevaban un regalo de bodas: una foto con su padre pegada a su corbata como recuerdo que desde el cielo nos iba a estar acompañando.
Yo mientras tanto me desplace al lugar de la celebración para terminar de cerrar temas de decoración y para encontrarme con los fotógrafos y terminar de arreglarme allí con ellos.
Seguir leyendo »Cuando finalmente llegó el momento de ponerme el vestido, nos dimos cuenta de que el cinturón que habíamos elegido un año antes para decorar mi vestido no estaba por ninguna parte (misterio hasta ahora como desapareció sin decir nada jajaja) Esto nos puso más nerviosas todavía, pero gracias a la encargada del lugar pude darle la vuelta a la situación y disfrutar de nuestro día sin que pequeños detalles nos afectaran de más. Terminé de arreglarme y salimos para la iglesia, con pequeñas gotas de lluvia avecinándose, pero yo sabía que no había nada que yo pudiera hacer para controlar las cosas y decidí confiar en Dios y en que todo resultaría de la manera en que tuviera que ser.
Al llegar a la iglesia con todos los invitados y Juan preparado, sentí una mezcla de alegría y emoción, pero también un poco de nostalgia al pensar en todo lo que habíamos vivido para llegar hasta este día.
Antes de entrar a la iglesia mi papá me tomó de la mano, creo que estaba más nervioso que yo y sin culpa pisó mi vestido dejando una gran mancha en la cola, pero nuevamente, estando allí de pie, lo unico que me importaba era caminar para encontrarme con los ojos de Juan ante el altar.
El tuvo una entrada hermosa con su mamá de la mano y luego entré yo, primero con mi papá y luego con mi mamá quien me entregó. La iglesia entera estaba llena del aroma a flores de Lirio que en el cielo nos regalaron para adornarlo todo (fueron literalmente un regalo de alguien desconocido, pero coincidencialmente es mi flor favorita) El lugar tenía un aire mágico, lleno de amor y expectativa, pero sobre todo estaba él absolutamente guapo en un traje color vino.
La ceremonia
Mi corazón latía con fuerza mientras daba mis primeros pasos, sintiendo la mirada de todos nuestros seres queridos sobre nosotros, pero ahí el protagonista era Dios y la ceremonia para unir nuestras vidas con él.
La ceremonia fue todo lo que habíamos soñado, la música y palabras que acompañaron la ceremonia nos llegaron al corazón. Cuando finalmente dijimos "sí, quiero", sentí una felicidad inmensa. ¡Estábamos casados! Todos los nervios desaparecieron y lo único que quedaba era la alegría pura de compartir ese momento con la persona que más amo. Entregamos una ofrenda a la virgen y salimos de la iglesia cuando la lluvia había pasado y todos nuestros invitados nos celebraron con bombas de jabón que habíamos dado a todos para ese momento.
El banquete y la celebración
Después de la ceremonia, nos dirigimos hacia Villa Minerva de nuevo, pero ahora como esposos. Nos llevaron en su coche clásico, tomándonos el tiempo de estar juntos mientras nuestros invitados iban de camino y eran recibidos con bebidas y comida, de las preparaciones más ricas que hemos probado en un aperitivo (y no lo digo porque fuera el nuestro, si hubiera algo que no nos gustara lo hubiéramos dicho, pero todo lo que probamos era maravilloso)
El cóctel fue perfecto para relajarnos un poco después de la emoción de la ceremonia. Nos tomamos un par de fotos con los fotógrafos, pero fue algo muy rápido porque lo que nos importaba era estar con nuestra gente y con la comida jaja.
Después de un rato saludandolos a todos, nos dirigimos al banquete, donde todo el mundo pudo disfrutar de una deliciosa cena, dos platos, postres y pastel. No pudieron faltar momentos épicos como las palabras de amigos y de mi padre, la entrega de algunos regalos, los vítores y sobre todo la comida deliciosa.
Uno de los momentos más memorables fue cuando bailamos nuestro primer baile como esposos, no habíamos practicado nada especial, pero fue perfecto, un instante mágico, rodeado de aplausos y sonrisas de todos nuestros seres queridos. Después, la pista de baile se abrió y la fiesta comenzó. Todos disfrutaron, bailaron y celebraron, era nuestro momento más esperado, habíamos pasado horas eligiendo canciones de nuestros países, que representaran buenos recuerdos y personas queridas. Y como no, después de un tiempo un buen resopón con crepes y hotdogs. La pasamos muy bien y bailamos cada canción.
Un día para recordar siempre
El 12 de octubre de 2024 será un día que nunca olvidaremos. Cada instante, cada detalle, y cada emoción estarán grabados en nuestros corazones para siempre. Fue un día lleno de amor, de alegría y de la promesa de un futuro juntos. Compartirlo con todos nuestros seres queridos lo hizo aún más especial.
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