La boda de Juan Carlos y Samantha en Torrijos, Toledo
Al aire libre Verano Amarillo 4 profesionales
J&S
07 Jul, 2018El día de nuestra boda
Nos acostamos y nos levantamos tranquilos. Cada uno se fue a su peluquería a peinarse antes de irnos para Torrijos. Juan Carlos fue a Cesar estilistas a peinarse y arreglarse la barba y yo junto con mi madre, abuela y hermana, fui a Extensionmanía (todo en Getafe y cerquita de casa). Volvimos a casa a recoger todo lo que nos teníamos que llevar y partimos juntos a la maquilladora y diseñadora, ambas amigas nuestras, hacia la finca. Llegamos a las 13:00h y muchos de los invitados ya estaban allí, poco más y llegamos los últimos. La verdad que el haber escogido una finca con hotel para que la gente se pudiera quedar a dormir fue la mejor opción que tomamos. Nuestra suite maravillosa... Cama gigante y un baño casi más grande que mi casa. Lo mejor el jacuzzi con techo de cristal.
Como no empezábamos el reportaje hasta las 15:00h empezó la fiesta. Cervezas por todos lados, bañitos en la piscina y comimos en el jardín. A las 15:00h mi marido empezó con las fotos y yo a maquillarme, para estar lista a las 16:00h que era mi turno. Nos pusimos guapos, nos hicimos las fotos y a las 17:15h salíamos para estar en La colegiata a las 17:30h que empezaba la ceremonia. Llegué tarde pero no fue adrede... Justo cuando íbamos a salir por la puerta del hotel a mi padre se le rompió un zapato, por suerte solventamos el problema rápido.
Seguir leyendo »Mi conductor fue mi tío y fuimos junto a mi padre y mi prima que era la damita de honor. Uno de nuestros mejores amigos, que es de la familia prácticamente, alquiló un descapotable para llevar a mi marido, pero... Al final quiso conducir él. Fue con otro amigo más y mi suegra. La ceremonia fue muy bonita, mi madre no paraba de llorar y mi padre se emocionó mucho y me cogió la mano, ahí estaba, en el altar cogiendo la mano a mi padre y a mi marido... Al terminar abracé a mis abuelos que los quiero con toda mi alma y fuimos a firmar. A la salida mi tío tenía preparada una traca, pero como no avisó al ayuntamiento apareció la policía. Llegó cuando nos íbamos por lo que nos libramos por poquito...
Volvimos al restaurante para hacernos las fotos allí y disfrutar el cóctel. Uno de los tíos de mi marido nos regaló un jamón con el cortador. Ni qué decir queda que todo fue un éxito. Nos olvidamos los pai pai para la iglesia en la habitación por lo que los repartimos durante el cóctel. Al ser poquitos invitados pudimos estar y hacernos fotos con todos, fue genial. Un detalle importante es que el hotel estaba decorado con mis fotografías, me casé y me hice las fotos dentro de mi propia exposición. Fue muy importante para mí.
El brindis nos lo sirvió el tío de mi marido por lo que fue otro momento especial. Todos los novios dicen que no cenan el día de la boda, nosotros cenamos tan tranquilamente. Además, que teníamos hambre porque sí es cierto que el cóctel apenas le tocamos. Los regalos los dejamos sobre las mesas, como eran jarras de cerveza nos pareció la mejor opción. Los niños también tenían sus detalles. Nos volvimos a olvidar otra cosa en la suite... Las cámaras desechables que íbamos a poner en las mesas. No pasa nada, paseo a por ellas y a repartirlas entre los invitados. Cuando cortamos la tarta... ¡Otra vez mi tío! Nos preparó unos fuegos artificiales preciosos... Cuando terminó nos levantamos y mi marido cogió la espada y le nombró caballero de los cohetes. Justo después nos llamaron unos amigos a su mesa, cuando vi que llevaban una maleta rompí a llorar, sabía lo que contenía. No teníamos presupuesto para irnos de viaje de novios y nos lo regalaron. Jamás me he sentido más afortunada, por nuestra familia y amigos. Hicieron que ese día fuese lo mejor que nos ha pasado.
No abrimos el baile, somos muy patos y ya bastante estábamos llamando la atención sin gustarnos. Comenzó la fiesta y aquí hubo el único fallo importante: los dj. Les habíamos pasado una lista de lo que queríamos y lo que no. Abrieron la fiesta justo con lo que no queríamos y al rato tuvo que subir mi marido a llamarles la atención. Aun así el resto de la noche hicieron lo que les dio la gana y llegaron a negarle una canción a mi padre. Pese a todo disfrutamos muchísimo.
¡Al día siguiente continuó la fiesta! Desayunamos como reyes y volvimos al jardín con nuestra piscina y cervezas. A las tres pasamos al salón a comer y estuvimos disfrutando la tarde. No me voy a cansar de recomendar La Salve jamás, muchas gracias.
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