La boda de Juan y Amanda en Alcalá De Henares, Madrid

El día de nuestra boda

Bueno, ¿por dónde empiezo? Tenía tanto miedo de que algo saliera mal el día de mi boda, es más, estaba bastante nerviosa. Ese día fue mágico, de ensueño. Nos dirijimos al hotel donde nos íbamos a preparar, la maquilladora y la peluquera comenzaron a prepararme, acto seguido me trajeron el ramo y finalmente llegaron los fotógrafos. Todo ese momento fue bastante estresante porque llegaba la hora del enlace, tan estresante que me dejé el ramo en la habitación. Estaba a punto de montarme en el coche cuando un trabajador del hotel se debió de dar cuenta que no lo tenía y subió corriendo a por él. Increíble. ¡Qué gente más maravillosa!

Llegué a la ermita, estaba hecha un flan, había mucha gente. Lo pasé bastante mal, temblaba y no veía a nadie de lo nerviosa que estaba. Una vez terminó la ceremonia de repente desaparecieron todos esos nervios y empecé a disfrutar mejor de mi día. La salida fue espectacular con el pasillo de sables, llegaron los besos de los invitados y las fotos. Acto seguido fuimos al complejo a hacernos más fotos. Una vez terminado, nos recogió una sorprendente calesa que nos llevó hasta el cóctel y cuando entramos por la puerta nos esperaban los invitados junto a un coro rociero. He de admitir que ese tipo de música a mí no me gusta pero fue bonito, me puso los pelos de punta y me emocionaron tanto que lloré.