La boda de Josué y Carla en Sant Fost De Campsentelles, Barcelona
Rústicas Otoño Azul 6 profesionales
J&C
29 Oct, 2022El día de nuestra boda
Uno de los días más bonitos que he vivido. Disfruté mucho y creo que puedo decir que fue un día inolvidable no solo para nosotros sino también para nuestros invitados. El ambiente que se respiraba era perfecto.
En el Celler donde nos casamos no faltaba detalle, los tiempos, la comida, las sorpresas, todo fue rodado, todo a su tiempo. Decidí vestirme allí, rodeada de naturaleza, en la suite que tienen. Piedra, naturaleza, sol y mi familia. Cuando ya estaba lista mi padrino me trajo el ramo y me leyó un texto precioso. Ahí solté mi primera y única lágrima, ya que lo único que supe hacer después era sonreír, estaba tan feliz que ni lloré de emoción, solo sonreía.
Nada más llegar los invitados tenían disponible una bañera de cervezas, agua de sabores y unas cestas con cubre-tacones y pañuelos de papel donde se podía leer "solo para lágrimas de felicidad" y ¡qué de lágrimas hubo! Recuerdo estar algo nerviosa, después de quedarme sola con mis damas de honor y con mi padre. Escuché de fondo como mi marido encendía su Harley y me dio un vuelco el corazón: "Vale, esto empieza". Sonó su canción para entrar, dieron la señal, sonó la canción de mis damas de honor, una versión acústica de "shine right like a diamonds" de Rihanna preciosa, y ahí empezó a sonar la mía. Recuerdo agarrar fuerte el brazo de mi padre, escuchar los aplausos y los gritos de mis invitados cuando me vieron llegar, mirar las caras y ver lágrimas acompañadas de sonrisas y de un "qué preciosa estás".
Seguir leyendo »La ceremonia fue super emotiva a la par que divertida, nuestro maestro de ceremonias, que fue un amigo, no lo pudo hacer mejor. Me encantaría volver a vivirlo una y otra vez. Los invitados lloraban, reían, aplaudían. Y yo solo miraba a todo el mundo y miraba a mi lado y no podía sentirme más afortunada por todo lo que me rodeaba.
La diversión y el amor se podía palpar en cada estancia, en cada momento del día, llenaba todo el espacio. Me encantó ver como todo el mundo se relacionaba, no había grupos, solo gente que nos quiere a los dos pasándoselo en grande, tanto con los que se conocían de toda la vida como los que se acababan de conocer el día de la boda. No paré de sonreír, de bailar, cantar, beber, comer...
Han pasado 4 meses y aún tengo a invitados diciéndonos que ha sido a la mejor boda que han ido en su vida. Me llena el pecho porque son muchos meses preparando un solo día para que todo salga perfecto y yo, dejé los nervios a un lado, me dejé fluir y todo fue perfecto.
Fueron muchos meses de caer en cada detalle:
Los cubretacones
Kleenex de lágrimas de felicidad
Bailarinas y totebags para guardas los tacones
Maquilladora durante todo el aperitivo
En lugar de dar detallitos hicimos frases personalizadas para cada uno de los invitados
Regalos para los siguientes
El baile de novios
Y un largo etcétera. He dedicado muchos años de mi vida laboral a organizar eventos, con lo que por ese lado ya tenía algo ganado, aun así, la semana de antes los nervios son inevitables, así como los nervios pre, por suerte logramos disfrutarlo y los nervios no se pusieron por encima del día. Voy a permitirme darte un consejo si lees esto: no dejes que eso te haga estar mal, es un día para ti y para tu marido/mujer, se trata de disfrutar, pasa una vez en la vida (si todo va bien) y pasa muy rápido. Así que, nervios permítete tenerlos, disfruta las mariposas en el estómago, pero sin que sean las protagonistas, ese día los protagonistas sois vosotros, vuestros seres queridos y sobre todo y por encima de todo, vuestro a amor.
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