La boda de Jose y Vanessa en Hoyuelos, Segovia
Rústicas Otoño Naranja 2 profesionales
J&V
12 Oct, 2013El día de nuestra boda
¡Me parece mentira! Estar delante de mi ordenador escribiendo mi crónica de boda... Cuantas horas he invertido yo mirando la crónica de otras chicas, me encantaba ver bodas reales, novias de verdad... Y aquí estoy yo con mi alianza en mi mano derecha y recordando un día que, sin duda, será difícil de olvidar.
Tras trabajar mucho, pero mucho, las dos semanas previas y el día anterior aún más ya que decoramos nosotros el lugar, a las 11 de la noche decidí darme un baño relajante, tomarme unas valerianas y no hacer y pensar nada más. Es más, tenía que hacerme a la idea de que el día B era en unas pocas horas... Tenía la sensación después de haber trabajado ese día tan duro que aún me faltaba un día más en medio y descansar y saborear... Pero no, en horas llegaba el día B.
Ya dormí en el lugar en el que me casaba, en el fantástico Palacio de Hoyuelos, en una habitación de cuento... Esa noche dormí con mi madre y aunque creí que no conseguiría dormir, el cansancio y la valeriana hicieron su efecto y sí, dormí de un tirón...
Seguir leyendo »Cuando abrí los ojos... Ya era el día B, no sabía si estaba soñando, si estaba despierta, no quería moverme mucho y despertar a mi madre... Me quedé pensando, no podía ser, ¡ya era nuestro día! El día del Pilar, qué bonita fecha me parecía casarme ese día, siempre sería fiesta para poder recordarlo y celebrarlo con mi marido, solo me preocupaba el tiempo, quería que hiciera sol y durante el año largo de preparativos tenía pesadillas con que llovería. Ese día me moría de ganas por abrir las ventanas y saber si brillaba el sol, pero esperé un poco más, pensativa diciéndome a mí misma mil veces que ya era el día imaginándome como sería... Como sería cuando el palacio se llenase de nuestros amigos y familiares, no lo podía creer... Finalmente miré la hora y ya era casi las 8 de la mañana, hora a la que nos habíamos puesto el despertador... Mi madre y yo nos fundimos en un abrazo y en un beso y tras darnos los buenos días nos pusimos manos a la obra... Abrimos las ventanas y sí, hacía sol, ese día fantástico el sol sería testigo de nuestra unión, no llovería... ¡Qué felicidad! Abrí la puerta de la habitación y grité para todos nuestros invitados alojados en el palacio ¡hoy es el gran día, arriba todo el mundo! Alguien desde el otro lado del pasillo gritó: ¡Viva!
Llegó la peluquera y maquilladora, con un “buen rollo” increíble... Llenaron mi habitación de buen rollo, de sonrisas, de tranquilidad y de paz. Montaron una especie de camerino con espejos de bombillas, pusieron música y se pusieron con mi madre mientras yo me duchaba y desayunaba algo, aún seguía sin podérmelo creer.
No tardaron mucho en ponerse conmigo y mientras tanto llegó Lua, nuestra fantástica fotógrafa que nos ha dejado un recuerdo impresionante del día... Maquillaje, peluquería, fotos y más fotos... Y entré tanto apareció mi ramo y mi tocado... ¡Qué bonito! Qué emoción tan inmensa te inunda cuando le ves aparecer, tu ramo, el que te acompañará todo el día… El elegido.
Cuando aún me faltaba más de media cabeza por hacer sentía música abajo y jaleo... Ya estaba llegando la gente o ¿el novio ya estaba en el alatar? No podía ser… ¿Cuánto retraso llevamos? Mi madre vestida, mi hermana detrás de mí vestida... Algo me ocultaban pero jamás pensé que fuera tan tarde... Afortunadamente, me enteré cuando ya iba hacia el altar.
Qué momento tan mágico y tan bonito... Cuando, por fin, tus cositas empiezan a cobrar sentido, tus pendientes, tu cancán, tu vestido, tus zapatos, todo empieza a ser uno para resultar una auténtica princesa ¡para ser una novia bellísima! Mi madre y mi hermana se encargaron de vestirme un poco a matacaballo... Claro, ellas sabían el motivo y yo simplemente me dejé llevar. Cuando ya estaba vestida, mi hermana me hizo entrega de una pulsera preciosa, la primera sorpresa del día... Qué fue muy emotiva y especial, nos fundimos en un abrazo, ahora sí, estaba lista para desvelar todos los secretos guardados durante tanto tiempo... Cuando me disponía a salir del dormitorio vi a los niños... Siempre fue una sorpresa, nunca supe cómo iban a ir vestidos y ¡estaban guapísimos! Iban con pajarita y fajín naranja como mi ramo, tocado y zapatos... Toda la boda tenía una temática naranja... y el novio no tardaría en desvelarme su detalle naranja...
Cuando bajé las escaleras, lista, preparada para disfrutar del día más esperado de mi vida me di cuenta de que bajaba 40 minutos tarde... ¡No podía ser! Casi me quedo sin respiración... Me colocaron todo bien en un patio que había pero aún no estaba a la vista de los invitados, ¡qué emoción! Tan cerca y tan lejos... ¡Ahora sí! Arrancan los niños y seguidos de ellos salgo yo... Me lleva del brazo la mujer más impresionante que jamás haya conocido, mi madre, no quería dejarla fuera de ese momento tan especial solo por protocolo así que decidí que mi madre haría la mitad del camino y ella me entregaría a mi padre en la otra mitad. Sonando con música en directo mi canción favorita, el lago de los cisnes y ahora sí... Todo sería desvelado... Por ese pasillo iba con mi madre del brazo flotando, como si nada fuera real hasta que me entregó a mi padre ya estaba medio a la vista de todo el mundo... Y cuando me dispuse a pisar el jardín donde todos me esperaban sentí una emoción difícil de explicar... La gente se puso en pie y se fundió en un largo aplauso mientras gritaban que estaba guapísima... No sabéis qué momento tan bonito... Y allí estaba él, al final de un pasillo muy pequeño que a mí se me hizo eterno... Y al llegar a él los dos nos abrazamos como dos niños pequeños deseando de llegar al refugio donde uno se siente en calma y en paz... Pero con tanta emoción no me había dado cuenta, ¡Qué guapo estaba! Con su pajarita naranja y radiante de felicidad... Para mí, mi marido estaba desconocido, tremendamente emocionado los papeles se habían invertido, el suele ser tranquilo y estaba nervioso y el no suele ser muy llorón... Ese día tuvo de todo lo que él no es y para mi estaba desconocido pero me encantaba lo que veía.
La ceremonia civil fue preciosa, habló un amigo de Jose y lo hizo muy bien y después otra gran sorpresa para mí. Cantó mi padre la canción de manolo escobar “Vanessa”, fue tremendamente bonito... Nos casaron y ya casados hicimos una suelta de globos en la que cada uno de los invitados pedía un deseo y todos juntos soltamos globos... Fue precioso.
El pasillo ahora lo recorría con el brazo de mí ya marido mientras nos lanzaban arroz y pétalos de flores… ¡Qué momento tan bonito! Y de ahí nos fuimos a hacernos la sesión de fotos.
La sesión de fotos con Luana fue fantástica, ella busca fotos que no sean posadas en su mayoría y el resultado es increíble. Estoy emocionada con su trabajo y ese momento fue muy especial para nosotros también porque por primera vez estamos solos pero ya convertidos en marido y mujer, cuando puedes decirte más cosas y fijarte en todos los detalles... ¡Pero qué guapo que estaba!
Al llegar al palacio, los invitados estaban tomando el cóctel y seguimos con más sesiones de fotos esta vez con familiares mientras sonaba la música en directo.
Llegó la hora de comer. Comer, lo que se dice comer no comimos mucho, pero sé que la gente quedó encantada con la comida y con el catering. La gente se la veía contenta, feliz, entregada. Y el día iba avanzado... A la hora del postre nos pusieron un proyector con fotos de los dos de nuestra vida, la pedida, etc... Fue muy emocionante pero también divertido.
¡El baile! Nuestro vals de las mariposas y otro más que bailamos del lago de los cisnes. He de decir que para no haberlo ensayado ni un solo día por falta de tiempo no quedó nada mal. Mientras bailábamos, los invitados tenían bengalas y pompas de jabón… ¡Qué bonito efecto! Y tras nuestro baile, fiesta. Ahora sí, a divertirse... El photocall en marcha, bebida y cada cual a hacer lo que quiera.
Hice un parón de música y quisimos hacer una entrega de regalos. A nuestros padres y abuelos unas botellas de vino por su fantástico apoyo y saber estar, a mi suegra, hermana y abuelas unos rosales por su apoyo y maravilla de tener abuelas tan mayores y que aún hayan podido presenciar nuestra boda y nosotros disfrutar de su bonita presencia. A mi cuñado una botella de champagne y los dos regalos más emotivos para mí... Le regalé a una tía mía el centro de la mesa para mi tío que ya no está ente nosotros y quería que fuera para él y el ramo de novia para mi madre, tenía que ser para ella, no podía ser de otra manera. ¡Ah! Hice entrega de 3 ligas para que las bodas no paren en el círculo familiar.
Y chico/as fiesta y más fiesta hasta altas horas de la madrugada... Me casé a la 13:00. ¡Ah, no! A las 13:40 por mi tardanza y aguantamos casi hasta las 5 de la madrugada. Lo cierto es que se me pasó volando pero lo saboreé bien.
Quiero dar las gracias a familiares y amigos por hacer de este día un sueño y una realidad.
A Luana Fischer por sus estupendas fotografías.
A el Palacio de Hoyuelos por todo, por lo sencillo que es el proceso con Jimena y por lo especial que es el sitio en sí.
A el portón de Javier por esa ¡maravillosa comida!
A flores en el columpio, por mi fantástico ramo y tocado –al final no me puse ni el velo-
Sobre todo, quiero dar las gracias a mi marido, por hacer realidad un sueño. ¡Sabes que te quiero!
¡Y a todo/as vosotros por leerme!
Disfrutar de vuestra boda si aún no la habéis tenido, del proceso y de cada segundo. Y si ya la has tenido solo te queda recordar ¡que no es poco!
Un beso para todo/as.
Vanessa.
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