La boda de Jose y Sara en Santa Coloma De Gramenet, Barcelona
Rústicas Otoño Dorado 5 profesionales
J&S
22 Oct, 2016El día de nuestra boda
Aún tengo el día latente y me dispongo a redactar esta crónica antes de que el tiempo borre esos detalles de ese día único e inigualable. Me desperté antes de las 8 am. Amaneció lloviendo, la previsión era de lluvia durante todo el día, por lo que desde primera hora de la mañana estuve pendiente del meteocat y aemet, obsesionada para ver si había cambios en el pronóstico inicial.
Sobre las 10 de la mañana empezaron a ponerme rulos, María, una amiga peluquera que no podría haber hecho un trabajo mejor. Ya con los rulos puestos me dispuse a hacer las tareas de casa. Llevaba sin ver al novio desde las 7 de la tarde del viernes, él trabajaba hasta tarde y dormiría en casa de mi madre, mientras que yo dormía en casa (vivimos juntos desde hace unos 2 años) con las niñas y María. Le llamé, me molestó ver lo tranquilo que estaba porque yo estaba de los nervios, había quedado con su madre, había recogido su prendido y con todos los bártulos iba al hotel en el que se iba a vestir porque sobre las 14:00h que llegaba el fotógrafo.
Seguir leyendo »Entre unas cosas y otras era la 13:00h me quitaron los rulos y me hicieron un semirecogido, María peinó a mis hijas y tenía que peinarse ella también... ¡Mucho estrés! Dejó de llover incluso salió durante un rato el sol por lo que me sentí afortunada, me alegré muchísimo de que el señor del tiempo se hubiese equivocado. Tenía que maquillarme, el fotógrafo vendría a casa sobre las 15:30 y la locura se desató cuando recibí un WhatsApp en el que me informaba el novio que David Pla había salido del hotel y en un rato llegaría para el reportaje. La boda estaba programada a las 17:00h en la Iglesia Mayor, siempre había querido casarme en esa iglesia porque es grande, muy bonita y tiene en la entrada unas escaleras que me emocionaba subir con mi vestido de novia arrastrando la cola y el velo... Mi abuela insistió en que me vistiese porque el fotógrafo estaba al llegar, ya estaba peinada y maquillada, mis hijas preciosas peinadas y vestidas, solo faltaba yo. María, me ayudó en todo momento y fue al acabar de vestirme cuando efectivamente a la hora indicada David Pla fotógrafo llegaba con el cámara para el reportaje. Nada más verme, se echaron las manos a la cabeza ¿qué haces vestida? Ahí sentí más nervios que nunca porque la hora estaba cerca me quedaba poco más de hora y media de soltera y había metido la pata al vestirme antes de que llegase el fotógrafo. "No pasa nada" me dijo "te haremos las fotos igual, queda por ponerte el ajuar, los zapatos...Y aún falta por llegar el ramo".
No soy delgada, no sé posar y no tengo una sonrisa bonita, pero a pesar de eso, David me hizo sentir cómoda e hice lo que me dijo lo mejor que supe. Me hice fotos con mi madre, mi abuela mis hijas y mi perro, cuando llegó mi padre me entregó el ramo que tenía un camafeo que había hecho con la foto de mi abuelo y cuando mi abuela lo vio se puso a llorar y tuve que reprimir las lágrimas.
Se marcharon a las 16:15, unos minutos después se fueron todos, me quedé sola y respiré hondo para intentar calmar los nervios. No aguantaba más, el chófer y mi padre estaban en la puerta, les llamé subieron y me ayudaron a bajar las escaleras sujetándome la cola y el velo. Arrancamos el coche camino a la iglesia eran las 16:45 quería llegar puntual, cuando estamos llegando veo que el coche de novio está aparcado en la puerta de la iglesia, mi suegra bajaba del coche por lo que el conductor siguió adelante pasando de largo para que tuviera tiempo de entrar, me agaché para que no me vieran vestida de novia.
A las 17:10 llegué a la iglesia, esta vez sí, para casarme, salí del coche dispuesta a todo y prácticamente sin ayuda, me ayudaron con el velo y la cola, mi hermana y una amiga. Subí las escaleras a paso ligero sujeté el brazo de mi padre y empezó a sonar el Canon de Pachelbel, caminé lentamente hacia el altar viendo al que iba a ser mi marido. Todos expectantes me miraban emocionados, cuando llegué al otro lado besé a mi suegra en la mejilla y saludé con "hola" a José, mi ya esposo. Estaba guapísimo, con su traje negro y esa sonrisa que hace que se le formen hoyuelos en las mejillas...
El párroco que nos casó, es el mejor del mundo, hizo la boda amena y entretenida. Incluso los fotógrafos nos felicitaron porque permitió en todo momento hacer su trabajos sin problemas, en el momento de la lectura José se equivocó diciendo "Yo, Sara te tomo..." Todos rompieron a reír. El beso, salió perfecto, nos sonreímos los dos cómplices de que lo habíamos ensayado días antes. Disfruté en todo momento, había un aura mágica n el ambiente y eso se respiraba. Tras la ceremonia nos fuimos al Mirador de Can Toy, allí nos esperaba la fiesta que habíamos preparado para nuestros invitados, y estamos muy orgullosos y felices de la elección. Todos nos felicitaron, todos comieron bebieron y bailaron. Nos pusieron facilidades para todo y eso es de agradecer. Si volviera a casarme, lo volvería a hacer allí. Nos hicimos las fotos en la masía que ellos disponen y a pesar de que había llovido, confío que han quedado unas fotos preciosas. Si tuviera que escoger un momento único fue el de la entrada al salón y el momento de la tarta.
Mi consejo es que disfrutéis, el día pasa rapidísimo y por supuesto que todos los nervios finalmente se disipan, dando paso a la fiesta con vuestros amigos y familiares. Yo, si tuviera que repetir, lo haría igual, con la misma gente, en el mismo sitio y por supuesto sin dudar el mismo hombre.
Os dejo algunas fotos, pero no es ni un ápice de lo que viví hace 48 horas. ¡Mucha suerte a todas!
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