La boda de Jose Luis y Ángela en Somo, Cantabria

El día de nuestra boda

Nuestro día fue maravilloso, donde disfrutamos en grande de muchas sorpresas junto con nuestros invitados.

Yo, la novia, llegué en carruaje de caballos a la iglesia de Nuestra Señora de Latas, en Somo con la que nos fuimos una vez casados a hacer unas fotos mientras los invitados se iban al cóctel en Santoña, Juan de la Cosa (zona ajardinada junto al mar y el restaurante-hotel), allí llegamos los novios, subimos en nuestra moto al rugir del motor.

Después del cóctel y la comida (exquisita) hicimos el corte de la tarta y dimos un detalle a nuestras mamás. Preparamos el baile de los novios y el juego para el ramo, donde todas las chicas cogían una cinta que se unía al ramo y yo en el centro las iba cortando hasta solo quedar una, qué casualidad (juré que tenía los ojos cerrados) le tocó a mi hermano que se puso por mi cuñada, cosa que me hizo mucha mucha ilusión, ya que tienen idea de ser los próximos en casarse.

Comenzó la fiesta y con ella el fotomatón (fotos que se llevaron de recuerdo y otras nos dejaron con unas palabras en el libro) y el toro mecánico, que fue un acierto para la animación de la fiesta. Una sorpresa para nosotros fue el vídeo de fotos nuestras de mi cuñada y a continuación unos fuegos artificiales preciosos. Seguimos la fiesta en la discoteca y se acabó el día en un abrir y cerrar de ojos. Mil gracias a Felipe, nos ayudó en todo e hizo de nuestro día algo fácil y especial, y un 10 supergrande a todo el personal del hotel que nos atendieron super superbién, camareros siempre pendientes y muy agradables y profesionales, sin duda, os volveríamos a elegir. ¡Mi suegra dice que no tiene casi fotos con nosotros y yo le digo que si ella paga nos volvemos a casar el mes que viene! Fecha para recordar toda la vida por nuestro enlace, pero también por las cosas tan bonitas que vivimos con nuestros familiares y amigos después de una temporada dura de pandemia.