La boda de José Enrique y Sandra en Potries, Valencia

Mi hermana me dio una grata sorpresa contratando a una cantante y un guitarrista para que nos cantaran la canción que elegí para mi entrada a la ceremonia. Salimos de la ceremonia bailando, cosa que nadie esperaba y eso le dio un toque de humor y soltura a la boda. Yo quería una boda alegre y sin protocolos, una boda donde la gente fuera tal y como es y se sintiera cómoda. Tuvimos cóctel bajo una moreras preciosas que tiene el restaurante Molí Canyar fuera de la Sala Jaima, que es donde decidimos casarnos. Al finalizar el cóctel echamos un castillo de fuegos artificiales y ya pasaron todos a la sala. Al entrar teníamos otra sorpresa para los invitados, era nuestro vídeo preboda en el que yo dedicaba unas palabras a todos dándoles las gracias por acompañarnos ese día y deseándoles que lo pasaran bien.

Todos tenían una copa de champan que se sirvió en ese momento porque yo quería brindar con todos, ya que me parecía muy triste que solo brindáramos mi marido y yo. Al acabar el vídeo entramos y lo hicimos con otro baile, esta vez más romántico, pero lo que no esperaba nadie, ni siquiera nosotros, es que de la misma emoción empezáramos a cantarnos mi marido y yo la canción que tanto habíamos bailado esos día. La gente estaba contenta y muy feliz, ya que según ellos desprendíamos mucha felicidad y yo estaba todo el rato riendo. Tuvimos una cena estupenda en la que sobraba comida por todos lados, pero yo quería que todo el mundo quedara contento y que tuviesen platos de todo tipo para elegir. Dimos sorpresas como en muchas bodas y nuestros amigos nos hicieron una broma muy simpática y currada. Hicieron el juego de Mario Bross en version real, a mi marido lo vistieron de Mario Bross, a mí me pusieron la corona, teníamos hasta las plantas carnívoras y habian muchas clases de pruebas para conseguir los numeros que abrían el cofre del tesoro en donde había monedas, fotos con nuestros amigos y dedicatorias de nuestros amigos.

Tenía una mesa dulce preciosa con colores rosa pastel en donde había mariposas, pues ese era el tema de la boda y una noria que parecía que daba vueltas por las luces, además de una bicicleta y dos corazones en los que mi marido había ordenado a la florista poner "para la novia más guapa" y "te quiero, Sandra". Bailamos un vals para iniciar el baile y luego vinieron los demás a bailar. Me lo pasé en grande y estuve muy a gusto y feliz ese día. Lo mejor fue que todos quedaron encantados por lo sencilla y divertida que había sido la boda y tuvimos unas fotos y vídeo precioso.