La boda de José Ángel y Graciela en Mieres, Asturias

Mientras tanto mi futuro marido y mis suegros también estaban en la peluquería, ellos en Llongueras Oviedo, ¡quedaron encantados! De la peluquería, se fueron a lavar coches y decorarles, y a mi cuñado, le dejaron en el hotel donde era el banquete montando candy bar, libro de firmas y demás y el pobre mandándome fotos para ver si lo aprobaba.

Para cuando llegué a casa de la peluquería eran las tres y media de la tarde, la ceremonia era a las 18:00h y mi ramo de novia y los prendidos para mi padre y mi hermano estaban encima de mi cama, el ramo me dejó sin palabras, precioso, justo lo que había pedido, cuidado al más mínimo detalle (Floristeria EntreManzanos, Mieres). Llegué a casa, terminé de comprobar que todo estuviese listo, si poder dejar de mirar por la ventana, las previsiones del tiempo decían que a partir de las cinco comenzaban las tormentas. ¡Cuando me escribió mi novio que el fotógrafo ya estaba en su habitación haciendo fotos no me podía creer lo rápido que iba todo! Un poquito antes de las 5 llegó mi prima con su hija a vestirse a casa, era una de las niñas de arras, ¡me vino de perlas! Me distraje un ratito hablando con ellas y ya mis padres se empezaron a vestir y de repente, ¡el fotógrafo ¡No pude evitar soltar un gritito! ¡Ya sí que era real del todo!

El momento vestirse, ¡menudos nervios! Hacía un calor tremendo en mi casa al lado de la ventana y entrando el sol. No os lo podéis imaginar, me pongo el vestido y mi madre comienza con la ristra de botone, todo iba bien hasta la zona de la cintura donde empezaba el corsé, solo os digo que hasta el fotógrafo ayudó a abrochar botones. Ahí sí que me puse nerviosa, y no de los buenos, me veía yendo con el vestido desabrochado. Después de la odisea, fotos en casa y vídeo (por cierto, mi fotógrafo fue ArteNalón, a los que recomiendo un millón de veces). Al poco de irse el fotógrafo, ya tenía a mi suegro en la puerta de casa para ir a la Iglesia, fui puntual 18:02 en la puerta de la iglesia, no sin haber tenido algún problema para entrar al coche, mi vestido era el modelo Carmina de Rosa Clará, tenía tul para mí y para toda mi familia, no os podéis imaginar cómo iba en el coche.

Llegué a la iglesia y como había pedido, ya estaba todo el mundo dentro de la iglesia salvo las niñas de arras y sus padres, al llegar, comenzaron a tocar los gaiteros, al fondo del pasillo veía a Jose, y ese fue el momento de más nervios de toda la ceremonia. El estar allí, en el coche, a un pasillo de mi futuro marido, ¡menudo momenyo! Entré del brazo de mi padre con las niñas, y las gaitas de fondo. La ceremonia fue corta pero muy bonita, ¡yo no puedo parar de ver fotos!

El banquete, fue en el Castillo Bosque de la Zoreda, Oviedo, la verdad que no sé por dónde empezar, ¡impresionante! Tanto el lugar como todo lo demás. El cóctel duró una hora y medía la gente no paraba de decir que la comida estaba riquísima, que muy abundante y que el tiempo pasó volando, teníamos cortador de jamón, rincón de quesos, escanciador de sidra y luego pinchos calientes y fríos. Sí que es cierto que el cóctel es de lo que menos disfrutas, entre que llegas, las fotos con el fotógrafo y con toda la familia de la que llegas apenas tocas la comida. Para entrar al salón, entramos con Stupid Thing Called Love, de Queen, la cena riquísima, a buen ritmo sin tener la sensación de que nos metían prisa ni mucho menos ni todo lo contrario, entre plato y plato yo aprovechaba para ir a cotillear qué tal iba la gente por las mesas de más cerquita.

Tras el postre, nuestra familia nos puso un vídeo recopilatorio de fotos, de nuestra infancia, de nuestros amigos y un montón de vídeos de los invitados. ¡Se lo curraron muchísimo! Menuda llorera nos pillamos. El baile fue tradicional. El vals de las mariposas, tras el vals regalo a nuestros padres, unos relojes y a unas primas de mi ya marido que había sido el cumple.

Una vez que comenzó la barra libre, empezó la fiesta de verdad no paramos de saltar, bailar, reír, la verdad que se veía disfrutar a todo el mundo que no paraba de saltar y cantar. En medio del baile le hice entrega del ramo a mi madre con su canción favorita, Whatever you want de Satus quo, y a un par de amigos que se casan el próximo año también les dimos un detallito.

¡Y ya no os mareo más! La verdad que fue un día mágico, super divertido y emotivo, no puedo para de ver fotos vídeos o de hablar del día.

¡Os dejo fotos de los invitados! Un beso bonitas. ¡Y no nos cayó ni una gota! Hizo un día de 10.