La boda de Jose y Ana en Santander, Cantabria
Elegantes Otoño Blanco 3 profesionales
J&A
12 Oct, 2013El día de nuestra boda
Hace casi un mes de ese día, pero aun lo recuerdo como si fuera ayer. La noche anterior no pegué ojo y me dedique a “wasapear” con mi futuro marido hasta cerca de las 3 de la mañana. Estábamos de los nervios.
Llegó el día y no sé cómo, pero todos los nervios desaparecieron, con lo que soy yo de nerviosa... pero lo agradecí, porque me enteré de todo, lo disfruté a tope y me lo pasé como una enana.
En el único momento que lo pasé un poco mal fue mientras hacía el paseíllo hacia el altar, no sabía dónde mirar, porque mirara donde mirase me daban una ganas de llorar. Así que, como los toros de Miura, tiré para adelante agarrada al brazo de mi padre como si me fuera la vida en ello. ¡Qué miedo tenía de caerme! Mi padre me dijo al llegar al altar: “¿me devuelves el brazo?
La ceremonia fue preciosa, contratamos un grupo de piano, violines y soprano, pero lo mejor de todo es que mi abuela y mi tía me cantaron el Ave María y fue un momento súper emotivo. No podía parar de llorar, hasta el cura se acercó a mí y me dijo: “llora todo lo que tengas que llorar que si no lo vas a pasar peor”. Me dio por darme la vuelta al final de la canción y toda la iglesia estaba llorando a moco tendido. Luego mi cuñado y mi hermano nos dedicaron unas palabras muy emotivas a los dos y fue una sorpresa porque no sabíamos nada, así que como no, otra vez me dio la llantina.
Seguir leyendo »Al salir nos esperaba otra sorpresa, ya que yo he tocado muchos años en una charanga y son como mi segunda familia, y allí estaban todos esperándonos y nos tocaron el pasodoble de guapa, guapa y guapa. Los amigos nos prepararon una traca de aúpa y luego no sé ni los kilos de cosas que nos pudieron tirar: arroz de colores, pétalos, confeti, alubias, garbanzos...
Nos fuimos a hacer las fotos y luego lo mas rápido posible para el restaurante para poder estar en el cóctel con los invitados. Entramos al restaurante y se nos ocurrió justo en ese momento, que podíamos entrar haciendo un poco el gamba y ahí que nos arrancamos. La gente se quedó flipada y súper animados, todos bailando y riendo, la canción que escogimos era de Queen, “Don’t stop me now”.
Luego en el restaurante, genial, no comimos casi nada ni mi marido ni yo, queríamos estar con todo el mundo y nos levantamos cada momento para pasar entre las mesas, porque eran tantos invitados que queríamos dedicarles un momentito a cada uno. ¡Eran 217 invitados!
Luego cortamos la tarta y dimos los regalitos a la familia. El mejor momento sin duda fue cuando le di a mi hermano el suyo y se puso a llorar como un enano, y eso que yo nunca le he visto llorar. Así que otra vez que me dio la llantina.
Llegó el momento del baile y quedó precioso, la canción era de Axel, "Te voy a amar", que para nosotros significa muchísimo. Como mi familia y la suya son tan bailongas casi nos tuvieron que echar con agua caliente a eso de las 9:30 de la noche, pero como somos previsores, cogimos un local para seguir la marcha. Casi fuimos 150 personas allí, todo el mundo se lo pasó de lujo y nos felicitaron por los detalles tan bonitos que hubo en cada momento. A eso de las 4 de la madrugada nos fuimos; los invitados no podían con el alma.
Y hasta aquí el pequeño pedacito de mi gran día, que se pasó muy rápido y que me encantaría repetir cada semana. Ah, por cierto, las fotos no son muy buenas, pero no son las del fotógrafo, que con este tiempo tan malo que está haciendo y por temas laborales aun no pudimos ni hacer el postboda.
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