La boda de Jorge y Rocío en Aldea Del Fresno, Madrid
De noche Otoño Morado 9 profesionales
J&R
29 Sep, 2018El día de nuestra boda
Ahora que han pasado casi 5 meses de nuestro día, aunque para mí parece que ha pasado una eternidad, me voy a dignar a contaros mi día. Os pongo en antecedentes, justo el día antes tuvimos que hacerle una endoscopia a nuestro gato, porque mientras que envolvía el regalo de padres con cinta de raso, me pareció verle como se comía un cacho. A día de hoy, sigo pensando que se la comió, y la cinta nunca apareció. Nosotros nos casamos el 29/09/2018 a las 18:30 de la tarde en Los Jardines del Alberche, y vivimos en Madrid. Y yo, junto con mi familia, nos vestíamos en una casa rural que alquilamos en Aldea del Fresno, para no ir desde Madrid hasta la finca con el vestido y demás. Ahora, sabiendo esto os cuento mi día... El sábado nos levantamos sobre las 9 de la mañana aproximadamente, para empezar a hacer las cosas y llevarlas a la casa y demás. Lo primero que hice fue mirar a mi gato, y ver cómo estaba, si os digo que parecía que estaba más muerto que vivo, creedme que no lo exagero. Empecé a llorar y, mí ahora marido, tranquilizándome diciendo que era normal por el paso por quirófano, la anestesia y demás. Con las mismas nos fuimos al veterinario, en el veterinario nos dijeron que no nos preocupáramos y que le observáramos durante el día, problema, nos casábamos y no teníamos con quien dejarle porque todo el mundo venía a la boda... Un drama vamos. Salimos del veterinario, la solución fue dejarle en el veterinario para que le observaran y así no estuviera solo, y recogerle el domingo siguiente. Si os digo que salimos del veterinario sobre las 12:30-13:00 del mediodía, creedme.
Seguir leyendo »Imaginaos una novia llorando en un veterinario a falta de 5 horas de su boda. Ahora, dejando todo el drama, dejamos al gato y yo deprisa y corriendo recogí a mis amigas, que fueron las que me maquillaron y me peinaron y nos fuimos a la casa que habíamos cogido junto con mi familia y aquí vino la locura 2.0. Gente para arriba y para abajo locos perdidos y de los nervios, y yo, después de tener solo a mi gato en la cabeza intenté relajarme, fue uno de los momentos más tranquilos del día, y sin nervios, por irónico que parezca, me peinaron, me pintaron y súper tranquilas. Estábamos las 3 solas en una planta de la casa sin que nadie nos pegara sus nervios. Llegaron los fotógrafos, empezaron a hacernos las fotos y yo solo estaba feliz y tranquila, con los míos, en uno de los momentos más especiales de mi vida. Me vistieron, me prepararon, todo perfecto. Vinieron varios amigos para verme salir de la casa y cuando estuve preparada y me dijeron que teníamos que ir hacia la finca, al bajar, y para mi sorpresa, un grupo flamenco nos cantaron varias canciones, momento precioso y divertido porque empezamos a bailar.
Hasta aquí todo tranquilo y bien, cero nervios. Pero eso duró poco, en el camino de la casa hasta la finca, que serían unos 2 kilómetros, empezaron a venirme los nervios hasta que justo el coche paró en el pasillo del altar, muchas miradas curiosas mirando y ya fue cuando me vino todo el pánico. Bajar del coche y ver a todo el mundo mirándonos. Nervios a flor de piel, tanto mi padre como yo. De camino al altar me reía y lloraba a la vez, de hecho, creo que ni vi a mi marido.
La ceremonia fue muy amena, divertida y emotiva, leyeron una amiga y el primo de mi marido, y sus discursos fueron perfectos. Dimos el sí quiero, y después fuimos a celebrarlo. No sin antes darles una sorpresa a nuestros invitados, vinieron varios amigos moteros y la gente flipó con ellos y el rugir de las motos.
El cóctel, la cena, todo salió perfecto, aunque también os digo, que no probé bocado, me tomé el entrante de la cena, y no comí nada más, los nervios no me dejaron... La gente comió y bebió muchísimo, y hoy me siguen diciendo que nunca han estado en otra boda igual.
Bueno, sigo, llegamos al momento baile, no he hecho mayor ridículo en mi vida. Fuimos a clases para que nos hicieran una coreografía, los ensayos en clase y en casa eran perfectos, hasta en el momento que nos tocó bailar delante de todo el mundo, me quedé en blanco. Totalmente en blanco, no me acordaba de nada, lo poco que hice fue dejarme guiar por mi marido y reírme, la gente se reía y se divirtió muchísimo de vernos a nosotros reír y del desastre que fue.
Después del baile, tocó disfrutar con la gente y que ellos siguieran disfrutando. Sin duda, uno de los días más felices de mi vida, en los que tuve muy presente a mi gato, que cada vez que podíamos llamábamos al veterinario para preguntar por él. Como recomendación a todas esas futuras novias, disfrutad de los preparativos, disfrutad los momentos de antes de la boda con vuestra familia, son muy especiales. Siento deciros que no comeréis prácticamente nada, y que habrá cosas que se os olviden, porque yo tengo muchísimas lagunas, pero de lo que estoy segura es que la gente lo disfrutó tanto como nosotros, y que repetiría ese día mil y una veces más.
Un abrazo a todas y ¡sed felices!
Servicios y Profesionales de la Boda de Jorge y Rocío






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