La boda de Jorge de Arriba Cubelos y Cristina López García en Ponferrada, León
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J&C
24 Jun, 2017El día de nuestra boda
La verdad que fue un gran día, empezaremos por el principio... Nos casamos en el Ayuntamiento de nuestra ciudad, fue una boda de mañana rodeados de padres, hermanos, abuelos y algún que otro familiar y amigo. Queríamos que la ceremonia fuese algo familiar y la fiesta más de amigos. Comimos con los padres y los hermanos en un restaurante que se llama Umam donde Noel y Sofía nos dieron el banquete de boda más especial que se puede tener. Aún se me cae la baba al recordarlo. Una vez que acabamos nos fuimos a casa para prepararnos para la noche.
La fiesta de la noche la celebramos con familiares y amigos en la finca familiar, donde para la ocasión pusimos unas carpas, mesas, sillas, luces colgadas como si fuese una fiesta de pueblo y alpacas de paja donde los invitados pudieron sentarse a comer y disfrutar de la noche. La decoración era muy sencilla, hecha por nosotros mismos, estilo rústico, y donde destacaba un photocall que yo misma hice y decoré, donde nos hicimos la mayoría de las fotos con los invitados y donde éstos hicieron fotos con las cámaras polaroid que luego pusieron en nuestro álbum con un sinfín de buenas palabras.
Seguir leyendo »Para comer decidimos contratar a personal para que nos hiciera una gran paella y churrasco, y de aperitivo había un cortador de jamón. El regalo que quisimos hacer a nuestros invitados fue el postre, ya que no era una boda al uso nuestro postre tampoco... Les regalamos un postre individual que constaba de un tarro de cristal con una cuchara de madera y dentro diferentes tipos de tarta para todos los gustos. Y hubo una tarta principal, pequeña, de brownie con frosting de queso y adornada de frutas donde colocamos las figuritas de los novios, unos novios que eran unos muñecos de la infancia con los que los dos pasamos buenos momentos.
La bebida era totalmente self service, como la comida, bebida con hielo en barreños de zinc, una cámara de bebidas donde se podía encontrar de todo, y un grifo de cerveza donde ponerse una buena caña con espuma bien fresquita.
Comimos, bebimos, bailamos, pasamos una gran noche y terminamos como se terminan las buenas fiestas de pueblo, con unos chorizos al vino que hicieron entrar en caños a todos los invitados. No podemos estar más felices de que todo saliese perfecto.
Y colorín colorado, el año que viene celebramos el aniversario, tengo a todo el mundo esperando otra fiesta igual para el próximo año.
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