La boda de Jordi y Rosa en Sitges, Barcelona
Vintage Verano Rosa 10 profesionales
J&R
25 Jul, 2015El día de nuestra boda
Hola chicas, gracias por entrar a mi Crónica de Boda. ¿Un resumen? Fue el mejor día de nuestras vidas, es una palabra...¡espectacular!
Os explico el día tal y cómo fue: Empezó el día lloviendo, en pleno 25 de Julio en la costa catalana, dónde normalmente no llueve y hace un calor insoportable, el día de nuestra boda amaneció lluvioso y fresquito.
Me levanté tranquila, sin nervios, para ir a la peluquería a peinarme, sobre las 12h, ya que en unas horas vendrían los fotógrafos a hacernos las fotos.
En la peluquería, que es de mi prima y ella misma me hizo el precioso recogido, todo iba de perlas, a tiempo, hasta que al terminal y salir, vimos que llovía fuertísimo, ahí mis nervios ya empezaron a crecer, ¡no podía creerlo!¡No quería que lloviera! Por suerte, después de comer amainó y salió el sol, un problema menos.
La maquilladora, Sara Rigola, súper profesional y con un resultado genial, llegó después de comer, y un poco más tarde llegaron los fotógrafos de Nou Enfoc y el videografo de Metrocurt.
Seguir leyendo »Jordi, mi ahora ya marido, su madre y familia estuvieron en un hotel precioso dónde sacaron unas fotos muy bonitas, con un look urbano aunque un poco retro. El traje del novio era de la tienda Señor, hecho a medida y con un toque retro, ya que habíamos inspirado nuestro enlace en los maravillosos años 20.
Cuando su sesión de fotos finalizó, empezó la mía, en casa de mis padres, y ya sin nervios, sólo sin saber muy bien qué hacer o cómo ponerme, si no haces un pre-boda antes es complicado ser natural al principio, pero creo que lo conseguimos.
Mi vestido era el modelo Ubela de Rosa Clará, un vestido de tul de seda en dos partes, una de forro y una capa de tul con pedrería finísima y muy bonita encima, con escote V que favorecía la forma de mi cuerpo, fue un amor a primera vista, comprado con más de un año de antelación para que no lo descatalogaran, sabía que quería ése, y que además, me sentaba muy bien, así que no dudé, y los zapatos también con aire retro/vintage de Rachel Simpson, comprados en Egovolo.com, ¡enamoradísima me tienen aún! ¡Y los compré antes del vestido!
El padrino, un amigo íntimo del novio, me trajo un gran ramo de flores con tonos rosados empolvados para completar el look, y finalmente, llegó el coche alquilado, un Cadillac Fleetwood de Grup Limousines para ir hacia la Ermita del Vinyet, en Sitges, dónde nos casábamos al atardecer.
La ceremonia fue cortita pero muy intensa, muy emocionante, la iglesia era pequeña pero con un interior espectacular, con mucho encanto, ahí se casaron mis padres, mis tíos, mis primos y muchas de mis amigas, así que sin duda, un lugar muy especial para nosotros.
Para recibir los invitados colocamos unos abanicos a la entrada de la iglesia, por suerte, había refrescado un poco, pero aun así, fueron muy útiles en pleno Julio, y al finalizar la ceremonia también colocamos las bolsitas hechas por nosotros, con el arroz y pétalos.
Una vez acabada la ceremonia y el lanzamiento (o apedreo) de arroz, fuimos a hacernos algunas fotos en la playa de Sitges, mi pueblo natal, no queríamos irnos al restaurante sin tener esas fotos.
Y nos fuimos ya para Masía La Torre del Gall, en Vilafranca del Penedès, envuelta de preciosas viñas, donde aprovechamos también la luz que quedaba y el paisaje idílico para una sesión de fotos.
Paralelamente el aperitivo se estaba sirviendo, los invitados encontraron una mesa con dispensadores de bebidas (limonadas y zumos) con los tarros personalizados para cada uno de ellos, además indicándoles la mesa dónde se sentaban, también patatas fritas en conos dispuestas como si fueran botellas de vino, decoraciones hechas por nosotros, y muchos detallitos que fuimos poniendo de decoración con ayuda de Anna, de la Masía.
En la entrada del banquete había un seating plan ya decorado tipo años 20, una “barra Libre de Besos" con bálsamos que hicimos mano nosotros mismos, y una mesa de "Bienvenidos a los maravillosos años 20" como anticipo de lo que iban a ver en la sala de banquete, decorada con jarrones y tarros de vidrio, minutas y meseros con gráfica tipo Gran Gatsby, y una ambientación y música acorde.
Recordamos nuestra entrada con la música animada de "A little party never killed nobody" de Fergie, banda sonora de la película Gran Gatsby con mucha alegría, y todos animándonos. Teníamos miedo o preocupación que la gente no se involucrase o se aburriera, ¡pero que va! Aun a día de hoy nos felicitan y comentan que fue una boda especial y muy divertida.
No hicimos muchos regalos, ya que no queríamos aburrir a la gente con esperas largas, sólo a mi hermana, a unos amigos que se casaban después y a los padres/tíos/abuelos nuestros.
Además, la entrada del pastel fue una sorpresa de la Masía, no nos dijeron nada y nos hicieron un espectáculo de música y fuego impresionante, ¡quedamos boquiabiertos!
Después si que, uno a uno, hicimos entrega de una cajita de picnic de cartón kraft con los detalles que escogimos: un neceser (hecho por mi), un espejito para las mujeres y para los hombres un vaciabolsillo con nuestro logo de la boda y un enfriador de latas también con nuestro logo. Como podéis ver, cosillas útiles y personalizadas.
El baile fue especial, nerviosos, ya que nos habíamos preparado una coreografía de baile Swing, que lpracticamos, y la verdad es que quedó genial, por suerte ni nos caímos ni nos equivocamos, ¡ese era nuestro mayor temor!
También pusimos una Candy bar, hecha por Sibarum Sitges, por supuesto ambientada en los años 20, y se superaron, además de buenos, ¡espectacular!
Y un photocall para hacerse fotos y álbum donde pegar las fotos hechas con polaroid y cada uno dejó su mensaje en el libro. Es una experiencia genial, la mañana siguiente de la boda, leer éste libro y recordar las fotos, aun se me pone la piel de gallina al recordar esa sensación emocionante.
Mi padre nos hizo las iniciales gigantes (de metro y medio) con luces, es todo un manitas y un santo. ¡causaron furor! Y nosotros lo complementamos con un palet pintado por nosotros y todos los elementos del photocall, incluso nuestra perrita, Arwen, una carlina, que la dejamos en casa, estuvo presente a modo de estatuilla de yeso que encontramos y la pusimos en el photocall.
En fin, fue el mejor día, y el más divertido, especial sin duda ¡y que repetiríamos siempre!
e!!
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