La boda de Jonatan y Eva en Sant Boi De Llobregat, Barcelona

El día de nuestra boda

Ya ha pasado un mes, y aún recuerdo ciertas cosas como si fuera ayer. A pesar de los nervios, el estrés y la preocupación por que todo saliera bien, disfruté como nunca. Siempre te dicen que el día pasa con mucha rapidez, y que cuando quieres darte cuenta ya ha pasado todo. Y así es, pero valió la pena.

No sé muy bien cómo hacer esto, así que os cuento un poco como fue el día. El día empezó prontito. A las 9 de la mañana había quedado con la peluquera y maquilladora en mi casa (Estefanía Makeup), a las 11:00h llegó el padrino con el ramo y ¡yo seguía sin vestir, le abrí la puerta con el vestido sin abrochar!

Era hora de salir, y en ese momento afloraron todos los nervios, y me eché a llorar. Mi madre y yo llorando en casa abrazadas respirando hondo para poder centrarnos e irnos. Llegamos a la iglesia puntuales, y todos, incluso el novio, estaban fuera de la iglesia, así que el coche retrocedió. Dije: ¿qué pasa? y me dice el padrino: ¡que están todos fuera! No puedes ver al novio. Así que nos quedamos en el coche hasta que todo el mundo entró (nuestra fotógrafa, Cristina Illán, le dijo al novio que era la primera vez que la novia llegaba puntual, ¡esa soy yo!)