La boda de Joel y Cristina en Roquetes, Tarragona

El día de nuestra boda

Después de aplazarla por Covid en 2020, llegaba el día de la boda y finalmente nos casamos con las mismas restricciones que si lo hubiéramos hecho en 2020. Eso implicó cambiar boda de noche a boda de día, pero por suerte escogimos a los mejores proveedores y eso nos facilitó mucho las cosas. Aquella mañana nos despertamos en el hotel los dos y después él se fue a la habitación de su hermano para vestirse y recibir a sus amigos y familiares allí. Y me quedé en la nuestra porque era más grande y necesitaba más espacio. Llegó la maquilladora, Rebeca Torres, y me peinó y maquilló. Cuándo estaba terminando, llegó Noelia Robles y Eli, las fotógrafas, y allí empezaron mis nervios al ver que esto empezaba a acercarse después de tanto tiempo. Hicieron fotos de detalles, de mi peinado, maquillaje, etc. y entonces llegaron mis amigas y empezó a llenarse la habitación. Hicimos las fotos con ellas, con mis padres, mi perrita, etc. Y finalmente llegó el momento de irme hacia la ceremonia. Llegué allí y estaba deseando verle. Al verle a él allí esperando pensé: por fin ha llegado el momento. Celebramos la ceremonia, que lo dejó todo precioso Toni y su equipo de Boix Verd, hicimos fotos y nos fuimos al aperitivo de Plat a Taula, que estaba todo buenísimo. Hablamos con los invitados y picamos lo que quedaba. Después entramos a la sala y comimos, bebimos, dimos regalos, nos reímos, bailamos y estas cosas que suelen pasar en una boda. Al terminar la comida, hicimos un rasca y gana y después, Albino Tena nos hizo un concierto en exterior mientras nos tomábamos unas copas y nos hacíamos fotos en el photocall. Cuándo terminó Albino, siguió la fiesta hasta las 00:30h, ya que con la normativa nos obligaban a cerrar a esa hora, pero vale la pena decir que estábamos todos ya cansadísimos. Fue un día increíble para recordar toda la vida. Gracias a proveedores, familia y amigos por formar parte de este día inolvidable para nosotros.