La boda de Joaquín y Nelly en Villarrobledo, Albacete

Llegó el esperado 13 de julio y amaneció nublado, conforme pasaban las horas cielo se puso negro y cuando estábamos desayunando comenzó a llover con relámpagos. Pensé en el jardín, va a quedar todo lleno de barro, va a ser un desastre. Le escribí a María José, estoy preocupada aquí está lloviendo (Socuéllamos) va a quedar feo el jardín, y me dijo tranquila que aquí (Villarrobledo) no ha llovido.

Me fui a peinar y al salir comenzó a chispear, seguía nublado, cuando estábamos comiendo comenzó a brillar el sol y a subir la temperatura, llegó a 36°. A las 6:30 pm llegó mi cuñado que fue mi chófer, tuvo que poner el aire acondicionado a tope porque me estaba derritiendo, venía también mi papá (el padrino) y mi pequeña bendición Andrea (8 meses), venía jugando con ella para que no se durmiera, el camino se me hizo super rápido.

Cuando llegamos estaba lleno de gente y todas las miradas eran hacia nosotros, tuve que esperar un rato en el coche mientras los invitados se acomodaban, mientras yo hice vídeo conferencia con mi hermana que no pudo venir (Monterrey, México).

Ahora sí, llegó la hora, en cuanto bajé del coche sentí el calor y comencé sudar la gota gorda, pero al ver lo hermoso que había quedado todo con el papel picado mi corazón saltaba de felicidad. De repente de fondo se escucha la marcha nupcial con mariachi, sentí ganas de llorar, pero si lo hacía mi papá se iba a poner peor que yo, así que aguante, tenía un nudo en la garganta. Cerca de la carpa me estaba esperando mi abuelito Don Chuy de 94 añitos, para entregarme junto con mi papá, en cuanto me vio puso una gran sonrisa y sus ojitos brillaban como unas hermosas estrellas, fue un momento mágico, yo seguí teniendo el nudo en la garganta. Cuando llegó con Joaquín, me dijo “estás hermosa” y estaba punto de la lágrima, tenía sus ojitos rojos, ambos con el nudo en la garganta enorme. Comenzó la ceremonia y nos acercaron 2 copas de agua (fue la gloria), Andrea fue la que entregó los anillos (le hice una pulsera de encaje, donde colgaban 2 lazos y en cada uno de ellos estaba el anillo (alianza), hubo 2 lecturas ambas muy bonitas, nosotros las elegimos, pero cuando llegó el turno de Amy, mi sobrina, vi que traía en la mano un papel, leyó unos versículos de la Biblia Corintios 13 que habla del amor, pero después dijo “escribí unas palabras para los novios con mucho cariño”. Comenzó y fue tan bonito que no pudimos resistir, comenzaron a brotar las lágrimas, no sólo a mí, sino a Joaquín, mi papá, María José, de reojo vi a mi suegro... Seguro muchos más. Comenzó Joaquín con lectura de los votos y las lágrimas brotaban por si solas, pero más cuando se comprometió con Andrea a ser el mejor papá del mundo. Pude constatar que no era yo la única que lloraba, éramos muchos. Llegó mi turno, con lágrimas en los ojos y sin poder hablar intenté iniciar, la voz me temblaba, pero tuve que hacer una pausa para poder continuar, pero cuando brotaron más fue cuando vi a Joaquín llorando sin pena, otra gran pausa para poder decir mi compromiso con nuestra princesa Andrea. Andrea se portó increíble, entregó los anillos y escucho los votos y quedó perdida, dormida como un hermoso angelito.

Comenzaron los abrazos, las felicitaciones, las fotos familiares y con amigos, el delicioso cóctel mientras nos hacían las fotos de pareja, después la cena, Gema, la concejala, fue magnífica, que por cierto nos la recomendó Maria José, la wedding planner. Recibimos muchos comentarios sobre lo bonita y emotiva ceremonia.

¡La cena estuvo estupenda, la partida de pastel (muy divertida), comenzó la barra libre junto con el bailongo, el tiempo pasó volando! En la web puse el siguiente texto: para celebrarlo necesitamos invitados, con o sin experiencia, con ganas de disfrutar de un día inolvidable. Imprescindible tener muchas ganas de pasarla bien, grandes dotes de bailarines y, sobre todo, ilusión desbordante para compartir el día más importante para nosotros. Alisten el vestido y limpien los zapatos porque el gran día se acerca. Y así fue, bailé toda la noche, no solo yo, sino casi todos los invitados, me hicieron falta un par de horas más, para seguir bailando como chapulin con mi familia y amigos mexicanos. Gracias a Dios, todo salió perfecto, fue un día inolvidable que vamos a recordar toda la vida. “Sí al amor, sí a la vida juntos y sí al amor de mi vida”.