La boda de Javier y Xiomara en Teror, Las Palmas

Volví a casa para ducharme y esperar al fotógrafo, nuestros grandes y buenos amigos, que nos ayudaron en todo momento y nos regalaron unas fotos espectaculares (a falta del postboda que también nos las hacen ellos) y al poquito después llegaron la maquilladora y peluquera, que por supuesto fueron mis compañeras, en las que confío plenamente y las culpables de haberme dejado tan guapa y sobre todo cómoda con mi aspecto.

Eran la 15:45h y ahí estaba mi madre, guapísima, ayudándome a vestir y diciéndome ¿cómo no? Que era la novia más guapa del mundo y por supuesto, también me lo creí.

Obviamente las emociones estaban a flor de piel. Una de las cosas que no voy a olvidar es la cara de mi padre, el padrino, cuando salí de la habitación y me vio, vi su lagrimita salir y tuve que contenerme para no llorar, aunque tengo que confesar que no lo conseguí del todo. Nos sacamos las últimas fotos y...

Ahí estaba mi cuñado, tocando la pista con su Lexus vestido, discreto pero muy elegante, gracias a las maravillosas manos de mi prima que también me hizo el precioso ramo de flores. Y sin más, emprendimos el camino al pueblo de Teror, ese pueblo que sin lugar a dudas es uno de los más bonitos de Canarias y donde está la patrona de las islas, La Virgen del Pino, por la cual siento una grandísima devoción.

He de reconocer que, en mitad de camino y a pesar de la maravillosa compañía de mi padre y mi cuñado, sentí un miedo inexplicable y nervios inevitables. Aun así ellos supieron calmarme y hacerme reír.

16:50h, entramos en la calle peatonal que da a la plaza de la iglesia y, en lo primero que me fijo es, que ahí está, mi futuro marido, justo aparcado en la puerta de la iglesia ¡que ganas de verlo tenía!

Llegó el momento de entrar y, aunque no quería mirar, me era imposible reprimir las ganas, ¡que guapo estaba! Eso sí… por la espalda porque es lo único que vi.

Me tocaba, llegó mi momento, no sé cuántas veces me había imaginado esta parte, y ya estaba ahí, mi amiga me colocó el vestido y el velo y me agarré muy fuerte a mi padre, en ese momento pensé,¡uff, bien de gente! Y acto seguido miré a mi virgencita del Pino que por fin estaban ahí, en su casa, vestida de blanco, y le di las gracias infinitas, empezamos a caminar y escuché justo en ese momento la canción con la que siempre, desde niña, quise y soñé para el día de mi boda “nube de hielo” de Benito Cabrera interpretada por el gran músico Antonio Brito, con el piano y su hija Carla Brito, con el violín, sin duda un momento mágico, me acordé mucho de mi abuelo, de algún modo sabía que él no se estaba perdiendo esto tan especial que estaba viviendo.

Estaba feliz. Me acercaba al altar y ahí estaba él, con su madre guapísima también, tenía una mirada especial, intensa, en la que me decía todo sin que sonara ni una sola palabra, me cogió de la mano y me ayudó a acomodarme y me dijo que estaba guapísima.

La ceremonia transcurrió amena, el cura fue bastante simpático, leímos los botos, nos intercambiamos los anillos y las arras que nos traían nuestros sobrinos y sin esperárnoslo dio paso al músico, esta vez acompañado de mi hermana, que con su voz tan dulce nos quiso sorprender con el ave maría y, puedo jurar que fue super emocionante, era imposible no llorar de emoción y felicidad. Su hermana y mi hermano nos leyeron unas palabras maravillosas y después de firmar, subimos al camarín a ver de cerca a la virgen y sin más, salimos de la iglesia en la que nos esperaba una lluvia intensa de arroz, besos y felicitaciones.

De la finca destacar una d elas dos entradas, en la que un amigo nos tocó una bonita melodía con su trompeta y el flashmob que organizamos con nuestros padres y hermanos y que fue una sorpresa divertida para todos los invitados.

Fue la celebración que mi marido y yo quisimos desde el primer momento y por la que hemos recibido muchas felicitaciones y mensajes maravillosos.

En la preparación para el gran día y con tantos nervios hay momentos tensos y momentos divertidos, por supuesto nosotros nos quedamos con los divertidos y con toda la implicación de nuestros más allegados y obviamente la nuestra, ya que casi todo fue gracias a nuestro trabajo. ¿Invitación? Un vídeo hecho por nosotros, en el que destaca la palabra original según nuestros invitados, la página web que hicimos (más bien la hizo él) con la que los invitados confirmaban asistencia, rellenaban un pequeño formulario y les explicábamos y orientábamos de cómo sería todo, y el video de proyección para la celebración que, nos quedó muy gracioso y no se hizo nada pesado.

Termino dando las gracias a bodas.net, ya que estuvo presente el día de nuestra boda con la gran aplicación (que aconsejo a todo el mundo) Wedshoots, le dimos mucha utilidad, sobre todo nuestros invitados, que no pararon en toda la noche de subir fotos y es una grandísima ventaja ya que sin esta, no tendríamos acceso a todas estas foto y también agradecer por hacer que recordara el día más importante de mi vida con tanta precisión, de una forma u otra me han hecho trasladarme a dicho día.

Gracias.

Inmensamente feliz.

Xiomara y Javier.