La boda de Javier y Laura en Casas De Fernando Alonso, Cuenca

¿Nervios por la boda? No tuvimos, estábamos tranquilos. En realidad, estaban todos más nerviosos que nosotros, estábamos tranquilos, de verdad. Sabíamos que todo iba a salir así, confiábamos en que cada uno iba a hacer lo que habíamos pedido. Si algo fallaba era inevitable.

Yo, mientras me ponía el vestido, no pensaba nada, estaba en una nube... Bueno, en realidad, creo que sigo... Estaba tranquila, sabía que todo nuestro trabajo tendría su recompensa. Como dice mi padre, todo lo que siembras, recoges.

Un factor importante, nuestros familiares y amigos, ¡se portaron! Cada uno puso su granito de arena y surgió un día que no olvidaremos nunca. Nuestros niños y niñas de arras, ¡llevábamos ocho! Sí, sí, ocho, ya sabemos que bodas.net ponía en un post que no se recomendaban tantos, pero teníamos que llevarlos a todos, porque los queremos muchísimo y, además, ¡lo hicieron muy bien! Iban muy bonitos. Recibimos regalos que no esperábamos para nada, regalos que habíamos pedido y no llegaron, pero ese día llegaron. Regalos que no esperábamos, recuerdos que teníamos pero no sabíamos que estaban plasmados. Regalos con alguna bromita, en la cual todavía estamos trabajando para descubrir.

Emociones encontradas, con todos. Pero sobre todo, con una persona especial para nosotros, Roberto, que cumplía años el día de nuestra boda. Roberto, primo de Laura (la novia) con síndrome de Down, tiene una sensibilidad especial para las bodas, tiene todas las fotos, videos y recuerdos de todas las bodas cercanas. Cuando le dijimos que nos casábamos el mismo día de su cumpleaños pensó que no iba a celebrar su cumpleaños ese día, y que solo iba de boda, pero, para él, ir sólo de boda significaba todo, estuvo preparando su traje con mucho cariño, se lo probaba todos los días por si engordaba y no le venía, nos dio la tabarra hasta que llegó el gran día. Cuando se pensaba que no nos íbamos a acordar de él, cuando no se lo imaginaba, en mitad de la comida, le llevamos una tarta, le pedimos al encargado del salón que apagara las luces, el fotógrafo preparado con su foco alumbraba a Roberto, que cuando se dio cuenta de que todos le cantaban cumpleaños feliz y que en mitad de la boda, él tenía su momento, surgió su sonrisa y emoción. Sin duda, fue el momento de la boda más emocionante y que nunca olvidaremos. Y ahora está deseando tener las fotos y el vídeo de la boda.

Un acierto el photocall y el fotomatón que nos organizó Fran. La gente se lo pasó en grande, las fotos resultaron muy bien y nos divertimos mucho. Tantas emociones juntas, toda la gente que queremos junta. Así recordamos nuestra boda: Emocionante, bonita, divertida... Con eso nos quedamos.