La boda de Javier y Carolina en Santibañez El Bajo, Cáceres
Rústicas Verano Rojo 4 profesionales
J&C
23 Ago, 2014El día de nuestra boda
Espero que con mi experiencia puedan aprender otras novias de mis errores y anécdotas en el día señalado. Fueron muchas cosas las que pasaron, imperceptibles para los demás, pero que nos costaron muchísimos nervios a todos. ¿Por dónde empezar?
Intentando resumir, os diré que la noche anterior no dormí apenas, los nervios me jugaron una mala pasada, y a las 8 de la mañana ya desesperada le pedí una pastilla a mi cuñada, con lo que pude dormir de 8 a 10. Me levante pues ya no podía dormir más y estaba disgustada. ¿Cómo iba a casarme así? La cabeza me daba vueltas y mi cara era un poema. Intentando centrarme en lo bueno, me puse en marcha. Desayuné y hable con mi pareja, quien intentó tranquilizarme. Hicimos tiempo charlando hasta la hora de irnos a la peluquería e intente dormir un poco más, sin éxito.
A las 12 me llevo a la peluquería, a 30 km de mi domicilio. Las peluqueras no daban con lo que quería y me querían hacer otro peinado, a lo cual yo me mantuve en mis 13 y después de algún que otro rifirrafe, en el que tengo que decir que no fueron muy profesionales del todo, me dejaron como yo quería. Chicas, no os vayáis de la peluquería hasta que estéis exactamente como queréis, las que os casáis sois vosotras, no dejéis que nadie os diga como tenéis que ir. Después tocaba maquillaje, gracias a Dios la maquilladora una profesional como la copa de un pino, me dejo perfecta.
Seguir leyendo »Total, llegue a mi casa sobre las 5 de la tarde, peinada y maquillada, y la boda era a las 6 y media. En mi casa todos estaban muy tranquilos viendo la tele, con lo cual me relajé. Me dispuse a comer algo, pues había leído en otros debates que había que comer, que con los nervios y el calor te puedes marear, pero en esto que llego el fotógrafo. ¡¡¡Ya estaba aquí!!! Mis nervios ya empezaron a aflorar, dejé de comer, pues tampoco me entraba nada y me metí en la ducha, sin pensar que las ondas se podían deshacer. "No pasa nada", pensé, las aparto un poco y no se mojaran. Con todo esto me duché con sumo cuidado, pero está claro que la tragedia se mascaba. Al salir de la ducha mi pelo era un show. Las ondas habían desaparecido, se habían mojado y mi pelo era un desastre. Me quede pálida, enchufe mi plancha dispuesta a arreglar aquel desastre, pero con toda la laca que llevaba y mi poca maña con la plancha, el resultado fue aun peor.
Rápidamente cogí mi móvil (en mi pueblo apenas hay cobertura) y me subí a la última planta a llamar por teléfono. Eran las 6 menos 5. Llame a mi amiga que estaba alojada en una casa del pueblo pero la llamada se cortaba. Fueron momentos de mucha angustia en los que hice lo posible por no llorar, pero realmente estaba desesperada. Después de tres intentos le dije que por favor viniera a casa. En 5 min estaba en casa con un bote de laca extra fuerte y me dejo el pelo mejor que lo que me habían hecho las peluqueras, todo sea dicho.
A todo esto, ¿dónde estaba mi familia? No les veía. Llamé a mi madre para que me ayudara a vestirme. Eran las 18:10 ya. Me encontré a mi madre con la cara desencajada y a mi padre sentado en la cama con cara de pánico, algo pasaba. Les pregunte y la contestación fue: “nada, nada, tranquila". La respuesta no me dejó nada tranquila obviamente, y después de mucho insistir me contaron lo que pasaba: en la funda del traje de mi padre, es decir el padrino, no estaba el pantalón. Eche sapos y culebras por la boca, a 20 min de mi boda mi padre no podía vestirse y nadie me estaba ayudando a mí porque estaban en shock.
Apareció como un milagro mi hermana, le dije que corriera a donde los vecinos a buscar un pantalón donde fuera. Tardaron en reaccionar pero afortunadamente a los 5 minutos apareció mi cuñado con un pantalón negro que daba el pego y que milagrosamente le quedaba como un pincel a mi padre. Eran las 6 y 20. Me vestí literalmente en 2 minutos con la ayuda de mi hermana y se me olvido ponerme la liga (regalo de una íntima amiga) y el cancán. ¡Me case sin el cancán! De esto me di cuenta al día siguiente por el estado de nervios que tenía.
El fotógrafo nos llamó porque el primo de mi novio ya estaba en la puerta para entregarme el ramo, es una tradición catalana que hicimos ya que, aunque nos casamos en Extremadura, mi marido es catalán. Me puse la red del tocado, que casi se me olvida también, y sin tiempo de mirarme al espejo, de retocarme el maquillaje ni de disfrutar ese momento, salí a la puerta de casa cual Mihura sale de toriles.
Mi primo leyó el discurso, y quise hacerme una foto con mi Nela, mi perrita del alma, una mastina de casi 40 kilos, que al sacarla a la calle se asustó un poco y asusto al fotógrafo. Pobrecita mía, si supiera que es un cachito de pan.
Al salir Nela se escaparon los otros 2 perros de la familia, más pequeños, pero que empezaron a corretear y mi pobre madre se tuvo que quedar a recogerlos mientras la comitiva ya íbamos camino de la iglesia. De todo esto por supuesto yo no me enteré, ya iba andando con mi padre de camino a la iglesia. Con todo el acelere, se olvidaron los anillos y arras en casa y mi hermana otra vez corre que te corre se dio la vuelta a por ellos. Al final corrimos tanto, que cuando avisaron a mi novio que la novia ya estaba llegando a la iglesia, el aun no había salido de casa. Con lo que su comitiva sí que tuvo que prácticamente correr hacia la iglesia.
El resto salió fenomenal, la gente salió encantada y el clima acompañó totalmente. Hicimos muchos detalles personales a los invitados que les encantaron y emocionaron y mucha gente me ha dicho que ha sido la mejor de su vida.
Son pequeñas anécdotas que aunque fastidia que hayan sucedido, no dejaron que el día se empañara y, aunque me da mucha rabia cuando veo las fotos y me doy cuenta que después de tanta preparación el tocado no iba bien puesto y los pendientes con lo que me costó conseguirlos, ni siquiera se veían, hay que aceptar las cosas como vienen y fue el día más feliz de mi vida.
Mi consejo: pensar en vosotras el día de la boda, dedicaros tiempo, arreglaros y contad con gente que os ayude. Ese día con los nervios toda ayuda es poca. Yo pequé de no querer mucha gente pues pensé que me pondría nerviosa y fue un error, me hubieran ayudado a ver lo que no vi yo. Disfrutad, comed, bailad, sed vosotras mismas y aunque no salga como deseáis, vividlo a tope. Es un día que no se repetirá. Un beso a todas y enhorabuena chicas. ¡Vivan las novias!
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