La boda de Javi y Sonia en Ciudad Real, Ciudad Real
Rústicas Invierno Granate 8 profesionales
J&S
15 Dic, 2018El día de nuestra boda
Mi día de cuento comenzaba a las 7 de la mañana, junto a mi hermana, cuando nos levantábamos para ir a la peluquería. Entre nervios y ojeras, llegamos a Peinarte Estilistas, y Juan comenzó a ponernos guapas para la ocasión. Desparecieron las ojeras y mi trenza estaba preciosa con el tocado que Sandra de Flores Silvestres me había hecho.
Los nervios se fueron calmando. Más tarde, llegarían a casa el fotógrafo Manu Alcolado y las videógrafas TTF Films para captar todos los detalles. Entre mi amiga Prado y mi hermana, me ayudaron a ponerme el vestido de Pronovias que, junto a la capa que me hicieron especialmente para mí, no podía ser más bonito. Recuerdo que se me olvidó ponerme el cancán y tuve que volver a quitarme y ponerme el vestido, cosas de los nervios.
Cuando por fin estuve lista, hicimos algunas fotografías con mis padres, mientras le ayudaba a mi padre a ponerse los gemelos o a mi madre a abrochar el vestido. También tuvo su papel importante mi querida Nala, mi gata, que es familia, y que me dio la paz que siempre sabe darme con su mirada, mientras tomaba el sol en el poyete de la ventana, ajena a tanto trajín.
Seguir leyendo »Tuve un momento de los de nudo en el estómago cuando abrí el camafeo de mi ramo precioso de Flores silvestres y vi la foto de mi abuela, que decidió marcharse al cielo solo 4 meses antes... y la de mi mejor amigo, que nos dejó hace casi 6 años tras una larga enfermedad. Era una forma de llevarlos conmigo en mi gran día. También mi abuela irá presente siempre en nuestras alianzas, pues decimos hacerlas con piezas de oro suyas (algún anillo que me regaló de niña y me quedaba pequeño ya, algún pendiente...) que la joyería Inmur fundió perfectamente para hacernos unas alianzas preciosas.
Llegó la hora de partir hacia la iglesia de San Pedro y nuestro amigo Antonio era el encargado de recogerme en su clásico Ford color burdeos, a juego con toda la boda.
Cuando bajé del coche y vi los rayos de sol dando directamente en la puerta de San Pedro y tan bien decorada por Floristería Santi... creo que no podía estar más bonita.
Con mis Salo Madrid en terciopelo granate encaminé mis pasos hacia el altar, mientras sonaba con violines y piano La música no se toca y como a cámara lenta, iba cruzándome con las miradas de todos los invitados, quedando todas grabadas en mi corazón y al fondo, a mi querido Javi, emocionado como un niño desde que me vio aparecer al fondo del pasillo. Cuando llegué a su lado, nos fundimos en un abrazo en el que se paró el tiempo. No sé cuánto duró, pero os juro, que fue el momento más bonito de mi boda... y de mi vida.
La sorpresa de la música fue algo que no esperaba y que, junto a Rosa, la soprano, hicieron el deleite de todos los invitados, que nos aseguran que no han asistido a una ceremonia más bonita en su vida. Recuerdo escucharles con un nudo en la garganta, cuando interpretaban piezas como Cerca de Ti, Hasta mi Final o el Ave María, entre otras, para acabar, cuando ya estábamos los justos en la iglesia, con un tamborilero emocionante a la vez que nos poníamos frente a los titulares de nuestras hermandades, en una capilla que tantos secretos guarda, y rodeados de nuestros amigos más íntimos.
A la salida, Prado me colocó la capucha para sorpresa de todos y salí con ella puesta entre una lluvia de estrellas doradas y hojas de olivo que todos recuerdan como espectacular. Fue otro de los momentos más bonitos que recuerdo.
De allí poníamos rumbo, de nuevo en el Ford de 1928, a un Palacio de la Serna que durante toda la semana decoramos nosotros mismos para la ocasión. Cada decoración de cada mesa, cada detalle, fue pensado y realizado por nosotros.
En la entrada al cóctel, había unas cajas rústicas con unos kits de supervivencia a juego con todo el diseño de la boda. Desaparecieron rápido, pues en ellos, encontrabas: vaselina, tiritas, imperdibles, horquillas, imperdibles, alguna pastilla, chicles... Al lado de ellos, un cuadro de firmas que eran estrellitas de madera saliendo de una cámara, también de madera, en honor a nuestra profesión.
Frente a esto, se encontraba el biombo que meses antes habíamos restaurado Rubén y nosotros y que era el soporte para el seating plan. Este tenía la temática de la luz, también por nuestra profesión y cada mesa era una acuarela pintada por el propio Rubén. En la nuestra, estaba el arcoíris junto a la iglesia de San Pedro, en otra, una puesta de sol, en otra algún cirio (nos encanta la semana santa) la estrella que guio a los Reyes de Oriente, o un faro de mar... Además, bajo ellas, había una leyenda que eran títulos de canciones de mi querido Alejandro Sanz, que también tenía que estar presente en un día tan especial.
Junto al biombo, había una escalera decorativa con varios objetos navideños que también habíamos realizado nosotros mismos unos meses antes.
Nada más entrar al salón, nuestros invitados se encontraron con el belén que durante unas semanas habían estado realizando entre Javi y Jorge, y que era precioso y estaba magistralmente presentado. Además, junto a él, había unos saquitos de incienso para que los invitados cogiesen y unas bolsas de kraft diseñadas para la ocasión, para que los invitados guardasen sus regalitos.
Cuando llegaron a las mesas, estas estaban decoradas en el centro con una flor de pascua que iba en un macetero precioso de corcho, una bombilla con leds preciosa, una vela roja, una piña que iba sobre una rodaja de madera y "coronada" con una estrellita a modo de arbolito, que también habíamos pintado nosotros mismos de dorado, y el mesero con la temática de la luz que comentamos antes.
Además, en su silla encontrarían una cajita kraft con una pegatina del diseño de la boda y la frase "Tu letra podré acariciar" al abrirla, encontrarían la inicial de su nombre pintada a mano sobre un cuadrado de madera que habíamos cortado, lijado y pintado uno a uno durante meses. No fueron de esos regalos que luego "se olvidan" encima de las mesas ¡no quedó ni uno! Además, en la servilleta, iba anudado con cinta roja, un arbolito de madera con el nombre de cada invitado y también unos gemelos o pulsera que hizo la madre del novio, sobre una tarjetita diseñada por nosotros ¡un montón de detalles como merecían los invitados más top del mundo!
Estoy deseando ver sus caras en el vídeo de TTF Films o las fotos de Manu Alcolado, cuando entraron al salón. Nosotros entramos unos minutos después, bailando como locos y disfrutando a tope cada segundo.
Nuestra mesa no era la típica de madres, padres, hermanos... Fue una mesa grande con los amigos cercanos, aunque la verdad es que paramos poco sentados en ella. Recuerdo que me comí el pescado y poco más. Estuvimos todo el rato recorriendo unas y otras, repartiendo regalos a las parejas (playmobiles personalizados) o a los padres, madres y hermanos. También a los bebés, les dejamos un detalle en las sillas de sus padres, que consistía en unos bodys con un dibujo infantil de un portal de belén y con una frase que decía "en esta boda armo la marimorena... y monto el belén".
En nuestra mesa habíamos colocado una cortina de luces y estrellas detrás que, según iba cayendo la tarde, iba estando más bonita. Hay quien dice que parecía que estábamos dentro de un belén.
Y así, sin apenas darnos cuenta, llegó la barra libre y con ella, otra de las sorpresas más especiales y que más gustaría. Habíamos preparado un árbol de navidad sobre el que, además de los clásicos adornos de bolas y guirnaldas, colgaban unas bolas de madera con cinta roja sobre las que iban fotos de cada invitado de nuestra boda. La pena es que no duraron puestas ni la primera hora de barra libre, pero para eso estaban. Nuestro árbol de los momentos fue todo un éxito.
Además, a los pies del árbol había varias cestas y cajas con zapatillas playeras para que a nuestras invitadas no les doliesen los pies y pudieran disfrutar hasta el final. Rubén realizó el cartel pintado en madera, que decía "Déjala que baile, con otros zapatos"
El candy bar también iba acorde a la fecha, con turrones, polvorones, y unas galletas preciosas realizadas por Inigual, con motivos navideños. Encima de él estaba el muérdago para que no faltasen los besos dulces...
La banda sonora la ponía el grupo Despacito y al Compás, que animó a tope a todo el mundo, con sus versiones de canciones actuales y rumbitas. Además, son muy enrollados y se adaptan a todo. ¡De las mejores decisiones de la boda!
Frente a ellos, volvía a estar el biombo del seating, esta vez, con chapas de frases de animales, pues fue nuestra colaboración solidaria de la boda, ya que donamos una parte a la protectora de animales La Bienvenida de Ciudad Real. El diseño de todas las chapas, también fue cosa nuestra ¡como disfrutamos con cada preparativo!
Para rematar todo, el photocall lo hicimos con unas cortinas de luces, de las que colgaban unos marcos vacíos, y en el centro uno con letras de madera, en el que se leía el hastack "NuestraLuzSeráLeyenda". Los chicos de Foto Festiva captaron momentos muy divertidos durante más de dos horas.
Recuerdo que todo pasaba tan rápido que sentía que flotaba en una nube y que no se nos borró la sonrisa de la cara en todo el día.
Puedo decir orgullosa que fue un día de cuento, precioso de principio a fin y que tuve la boda más bonita del mundo junto al amor de mi vida.
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