La boda de Javi y Sandra en Palma De Mallorca, Islas Baleares

El día de nuestra boda

Va a hacer casi un mes de nuestro día, la luna de miel ya pasó y hemos vuelto a la rutina, pero ese día quedará en el recuerdo para nosotros como algo mágico y corto, muy corto se nos hizo...

Bueno, en primer lugar la noche anterior dormimos separados, él en casa de sus padres y yo en la nuestra... Así que los nervios estaban a flor de piel más aún con las ganas de vernos encontrándonos en el altar... Ese día me levanté, desayuné y cuando no me quise dar cuenta ya estaba mi peluquera, terminé de peinarme y maquillarme y ya estaban los fotógrafos... La mañana pasó volando, ¡ya eran las 16h y nos casábamos a las 17h! Tenía mucha hambre y me dieron de comer un plato de macarrones, ¡jaja! Llegó mi coche a recogerme (contratamos un coche para cada uno) y estaba muy nerviosa y ansiosa por encontrarme con mi futuro esposo en el altar esperándome...

Llegamos a la iglesia y estaban todos los invitados dentro esperando y mi futuro esposo al final en el altar mirándome con esa carita de emoción, sonó la música (elegí la marcha nupcial tradicional) y paso a paso lentamente me iba acercando del brazo de mi padrino por ese pasillo lleno de piropos y lágrimas a mí futuro esposo, estaba tan guapo en el altar esperándome, con su carita tan bella llena de emoción, yo tenía una sonrisa enorme en mi cara, no me lo podía creer, ¡había llegado nuestro día! Después de tantos meses de preparación, de estrés, de llantos, de emoción, etc., allí estábamos, mirándonos a los ojos como si no existiera nada más, como si el tiempo se hubiese parado en ese instante... Nos saludamos con un beso en la mejilla y tomamos nuestras manos, qué sensación sentir su mano con la mía y estrujarlo de emoción...