La boda de Javi y Maria en Pueblo Sant Andreu Salou, Girona

Pero como todo, al final llegó el gran fin de semana. El viernes 28 cargamos los coches, sufriendo de la cantidad de cajas que había que transportar, y nos dirigimos a Can Dansa, una casa rural situada en Sant Andreu de Salou (Girona). Comida con los respectivos padres y por la tarde ya empezaron a llegar invitados para lo que sería la cena de preboda; una cena informal a base de pizzas, embutidos y cerveza, ¡mucha cerveza! Ya la cosa empezó bien, una primera toma de contacto entre los invitados que no se conocían, conversaciones distendidas y expectantes sobre lo que se encontrarían al día siguiente, ¡el gran día!

Si tenéis la oportunidad, la preboda es una de las mejores cosas que hicimos. Sábado 29, el esperado y ansiado día. Nada más abrir los ojos, me levanté y fui a mirar el cielo; toda la semana pronosticaban lluvia para nuestro gran día, pero me encontré con un cielo azul despejado al máximo y eso hizo que mi cara se iluminara completamente y empezara el día con muchas ganas.

Ceremonia. ¿Qué puedo decir? Increíble. Mi hermano fue el encargado de oficiar lo que sería nuestra ceremonia. Gracias infinitas le daremos; nos emocionó, nos hizo reír y nos trajo grandes recuerdos de todo lo que ha sido nuestro camino hasta el día de hoy.

Banquete, genial. No faltó nada de lo que habíamos pedido, todo al nivel de lo que habíamos probado en la prueba. La atención, magnifica. Gracias a ellos, creo que comí, ya que estuvieron pendientes todo el rato de nosotros para que probáramos de todo y comiéramos. Se notaba la experiencia en saber que los novios van de un lado a otro y hasta nos olvidamos de comer. ¡Gracias, Idillium, por formar parte de este día! Todo fue perfecto, disfrutamos, reímos, lloramos, bailamos (algo que pensábamos que no iba a suceder), gracias a nuestros DJ de Costa Brava DJ, que lo hicieron de 10.

Para garantizar un poco más la seguridad de los invitados, decidimos realizar test de antígenos antes de entrar al recinto, eso hizo que los invitados estuviesen más tranquilos y disfrutasen. Tuvimos la acertada decisión de contratar a unas wedding planners que nos facilitaron todo y más a nivel de ideas y tranquilidad del día B, pero el trabajo fue siempre nuestro. Como consejo os diría que los fotógrafos y el catering para nosotros era lo más importante.

En febrero, cuando la situación estaba tan complicada, nos planteamos suspender, pero ahora no me arrepiento de nada, porque lo disfruté lo más grande y no solo nosotros, los invitados también. Como detalles dimos paipáis y gorros para la ceremonia. En el rincón de bienvenida teníamos aguas y palomitas, todo ligado con nuestra temática, pero sin perder de vista el toque romántico y rosa que queríamos. En la mesa había una cerveza artesana y personalizada para cada invitado; para los hombres, un abrebotellas artesanal hecho por el hermano de la novia, neceser personalizado con una mascarilla y cacao para las mujeres.

Los invitados que tenían perros se encontraron con un collar personalizado y los que tenían gatos, con dos juguetes. Los niños, tres juegos magnéticos y los bebés, una caja con diferentes cosas: cuento, juguete de playa y su inicial personalizada por mí. Luego en la barra libre pusimos el kit anti-resaca e hicimos un rasca y gana con diferentes premios. Tuvimos algunos fallos, como por ejemplo: intentamos hacer un juego en el que los invitados se tenían que matar, que no tuvo mucha participación, pero realmente fue lo de menos. En un principio, al no poder hacer baile como tal, queríamos hacer un furor, pero al final, la gente estaba tan animada con la música que no quisimos romper el momento.

Nosotros teníamos mucho miedo con el tema de los dramas, ya que durante el proceso tuvimos algunos con algunos familiares, pero ese día, ¡nada! Comunidad, solo os digo: disfrutad, sonreíd, reíd y amaos muchos. Puedo decir que fue uno de los días más felices de mi vida. Me extendería mucho más, pero no hay palabras para describir todo lo que se siente ese día. Eso sí, ¡doy fe que pasa volando y que estamos locos por volver a repetir!