La boda de Javi y Ana en El Molar, Madrid
En el campo Verano Fucsia 4 profesionales
El 18/09/2021 177 2 0
J&A
18 Sep, 2021
El día de nuestra boda
Nuestro gran día fue la segunda celebración de nuestra boda, ya que Javi y yo nos casamos en diciembre del 2020 en Cancún, pero esta vez lo quisimos celebrar en España junto a amigos y familiares.
Javi es mexicano y yo soy española, de modo que aunque no siempre se puede reunir a todo el mundo en el mismo lugar, tenemos el lujo de disfrutar de muchos amigos en ambos continentes.
Esta vez hicimos una celebración íntima en los jardines de La Dehesilla en el Molar, con solo 45 invitados. La mayoría de los invitados venían de distintos lugares de Europa, así que tuvimos una mezcla de nacionalidades, lo cual enriqueció muchísimo el ambiente. Varios estadounidenses, belgas, alemanes, dos austriacos, muchos holandeses, ingleses, un sudafricano, y por supuesto los más raros, españoles y mexicanos.
Lo organicé de modo que pudiesen quedarse en la finca La Dehesilla el fin de semana, ¡así que la celebración duró 2 días!
Todo empezó con una mañana caótica de peinado, maquillaje, cava por doquier y mis damas de honor haciéndome el honor de pasar esos momentos conmigo. No lo olvidaré nunca porque cada una de ellas son mis personas especiales en la vida y lograron hacerme sentir tan especial como ellas lo son para mí. Gracias Ari, Deb, Mónica, Beita, Beichu y Olga.
Seguir leyendo »La ceremonia simbólica fue oficiada por mi mejor amiga Olga, que es una maravilla dando discursos y lo hizo en 2 idiomas para que nadie se sintiese excluido. Siguió el cocktail lleno de emociones y al ser tan poquitos invitados, fue todo un lujo porque pudimos pasar mucho tiempo con cada uno de ellos
Contraté unos mariachis para traerle algo a Javi de su tierra, esto puso la guinda al pastel al comenzar el banquete porque nos levantamos todos a bailar y a cantar con ellos, y se formó la fiesta antes de la fiesta.
Al anochecer, se abrió la pista de baile y mi hermana nos presentó su sorpresa, un vídeo preparado no solo fotos, sino también con vídeos de amigos felicitándonos desde la distancia, fue lo más emotivo, además de divertido, ya que algún amigo holandés se atrevió a cantar rumbas.
Ahí comenzó la fiesta, el fotocall, la gente riendo, cantando, bailando y yo me volví loca de felicidad de estar rodeada de tanta gente querida. ¡Algunas amigas hacía 12 años que no veía!
Al día siguiente más. Así estaba previsto, desayuno para los tempraneros y paella para los 25 que nos alojamos en La Dehesilla, seguido de un día fabuloso en la piscina.
Puedo decir que los elementos se alinearon para que tuviéramos un fin de semana de celebración por todo lo alto, donde disfrutamos muchísimo de nuestros amigos y familiares ¡y hubo amor y cariño a raudales!
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