La boda de Jaime y María en Ligüerre De Cinca, Huesca

Una vez que cogimos fuerzas, a ponernos todos muy guapos. Las chicas de Peluquería Nieves nos dejaron estupendas a todas, algunos invitados iban llegando durante la mañana y a las 12:30 horas era la ceremonia. Todo el mundo estaba en el mirador muy puntual.

Primero vestí al peque que tiene dos añitos y se fue con papá, luego me vestí yo con ayuda de mi madre, que estaba radiante. Luego pasó mi padre y nos hicimos las fotos en la habitación con María y Marina de Muerde la Espina, muy profesionales.

Una vez listos y todo preparado salimos a la plaza. Mi sobrino llevaba un cartel que ponía: " Aquí viene el amor de tu vida", otra sobrina las arras y detrás mi padre y yo. El novio esperaba muy guapo y sonriente, a la entrada nos sorprendieron unos primos tocando la canción de John Legend, en directo, con Santi al saxofón y Ana al piano; una pasada, la verdad que me emocioné mucho porque nos encanta esa canción. Un primo de mi marido, Miguel, con 13 años también nos quiso sorprender tocando una canción con la guitarra.

La ceremonia la hicieron 2 muy buenos amigos y otro amigo de mi marido leyó y emocionó a todos. Nosotros también hicimos unos votos muy personales, mirábamos a los invitados y muchos emocionados, la verdad que fue muy bonita, entrañable y cortita que también se agradece. Al acabar, unas cañas y fotos de familia, seguidamente el cóctel. Nosotros fuimos a hacernos unas fotos y volvimos con nuestros invitados, una vez todos sentados entramos al salón con la canción de Marron 5: "Sugar", brindamos y degustamos un espectacular menú, todo muy fluido, sin esperas y todo en su punto.

Y regalé el ramo a una buena amiga. Después el baile con mi recién estrenado marido, los invitados se acercaron a la pista y al finalizar el baile me encantó que una amiga vino muy emocionada y me abrazó diciéndome al oído: “Que bonito, tia.

Un 10 para mi chico, y ya empezamos con la barra libre y photocall. Un consejo, no digáis que sí a todos los chupitos que los invitados quieran tomarse con la novia.

El domingo, todos a desayunar en la terracita para reponer fuerzas. Algunos invitados aprovecharon para hacer turismo por la zona, otros de vuelta a sus ciudades, un fin de semana para repetir. Todos encantados con todo: el servicio, la comida, el sitio... ¡Un acierto celebrar nuestra boda allí!