La boda de Ivan y Paqui en Rioja, Almería

La alcaldesa de La Rioja, genial, la mujer era muy expresiva y la ceremonia fue preciosa, ella me animaba para que respirase profundo y siguiera leyendo los votos. Fue muy emotivo para los dos.

La nena de unos amigos nos trajo el baulito con los anillos (mi niña es muy peque aún).

Para la ceremonia de la arena, Iván sujetó a nuestra preciosa bebé y entre los dos pusieron sus granitos, fue precioso.

Hubo tres lecturas, comenzó el hermano de Iván, Darío, él es muy natural y habla muy bien, luego fue Borja, un amigo de Iván y ahora nuestro, llevaba una carta con unas palabras muy bonitas, finalmente Virginia, una amiga de ambos, también quiso decirnos unas palabras.

Firmaron los testigos, y llegó la hora de firmar nosotros, que bonito, me sentí muy especial en ese preciso instante, estábamos convirtiéndonos en marido y mujer.

Nos pusieron la canción que elegimos, de Enya, Now we are Free y nos bañaron de arroz, pétalos de rosa y confeti, momentazo precioso.

Un familiar tuvo un detalle muy bonito y nos regaló una columna de los deseos, os explico: es una columna hecha a base de globos, lleva un globo gigante sujeto, lleno de globitos más peques. Contamos y a la de tres lo pinchamos, un montón de globitos de color blanco y malva salieron volando, me encantó.

Llegó el momento de las enhorabuenas, Dios mío, no he dado más besos en mi vida, me he dado cuenta de que las felicitaciones a la novia pueden ser acosadoras. Casi no veía quien me besaba ya, yo agradecí a todos por venir y compartir con nosotros este momento.

Comenzó el estrés de las fotos con familiares y amigos, formando grupos y esperando gente, mientras todos comían en el coctel, a penas me comí tres tapas, Iván igual que yo. Terminó esto y se marcharon los invitados al salón, más estrés, pocos minutos para hacernos las fotos de exterior solos, aprovechamos los jardines y nos hicimos algunas, en la decoración teníamos una zona con un sillón y unos globos gigantes, que veréis en foto, que me hubiera gustado aprovechar más.

En todo este tiempo, Iván y yo estábamos hablando de lo bonito que estaba todo y de lo felices que estábamos.

Fuimos al salón, entramos con la canción de Edith Piaf, Je ne Regrette Nien, preciosa, brindamos y nos besamos, me encantó pasar y sentarme al lado de mi reciente marido y mi bebé en la mesa presidencial.

Me tomé un par de copas de yllera, el entrante y un par de pinchadas del pescado, me empecé a sentir floja y por lo visto me estaba poniendo blanca como el papel, me tuvieron que desabrochar el vestido lo máximo que se pudo, afortunadamente era de lazos en la espalda y no se notó mucho, aunque ya empecé a estar desmontada.

Me trajeron una cola, me tomé un espidifen para la migraña y fui al aseo a tomar aire para ver si me encontraba mejor. Sólo quería quitarme el vestido para poder seguir disfrutando de mi día. Me convencieron, y porque tampoco encontré mi kit de ropa de emergencia, si no me habría puesto mis vaqueritos y mi camiseta cómoda. Al fin y al cabo, era mi día, pero bueno, seguí con el vestido medio desabrochado, tuve que ir varias veces al aseo por malestar de estómago.

El momentazo para mí fue cuando cortamos la tarta, con la canción Robarle Tiempo al Tiempo de Café Quijano, las bengalas encendidas en la tartera y el discurso de Iván hacia los invitados, me hubiera gustado estar al 100% y poder decir algo por mi parte también, pero me fue imposible.

Teníamos un baile precioso ensayado, estuvimos dando clases 2 días en la escuela de música de Almería, con María, un encanto de chica. La canción era Un paseo por las Nubes, de Mariachi Veracruz. Me disculpé mil veces con mi marido, aunque él me dijo que no me preocupara, que me recuperase y ya está, era nuestro día. Como pude le dimos los regalos a mi madre, la madre de Iván y su abuela. Un marco de fotos con una foto nuestra de la preboda y una rosa blanca para su abuela y mi madre, y unas rosas rojas para su madre. Pusimos la canción de Dani Martin, Que Bonita la Vida.

Bajó todo el mundo a la discoteca para la barra libre, yo parecía que estaba un poco mejor, pero no me atrevía a hacer el baile y que me diera un dolor de barriga en el momento, Carmen, la dueña de Jardines de Azahar me hizo una manzanilla, me la tomé y me animó a que bailara, aunque fuera sin coreografía, insistió y a dia de hoy estoy muy agradecida, porque Iván el pobre no quería insistirme para que no me sintiera peor. Ella nos puso Hasta mi Final, de Il Divo, no era mi canción, pero me vino muy bien, algo tranquilo para poder disfrutar de un momento de abrazos, besos y algo de baile con mi amor.

Al final acabamos unos 15 o 20 en la discoteca, bailando de todo, riéndonos, disfrutando lo que no había podido el resto del día.

Cosas a destacar:

La lista de sugerencias que le dimos al DJ la escuchamos y bailamos entera. Encantados todos.

Pude darle el ramo a mi amiga de toda la vida, aunque tarde y sólo delante de esas 20 personas, fue bonito y le gustó mucho el detalle.

Hubo petición de matrimonio de otro amigo. A ver cuando tenemos boda.

La decoración era preciosa, me encantó como quedó, estilo vintage pero sencillo y elegante.

El detalle de los globos fue espectacular, los globitos volando preciosos.

La música que elegimos fue ideal, dudas fuera chicas, que seguro que acertáis.

El video que nos organizaron los amigos y familiares, super divertido, nos encantó, fue un momentazo, nos reímos y nos sorprendió muchísimo gratamente.

Acierto total las bailarinas, por lo menos me hizo más ameno el malestar.

Os recomiendo hacer una cápsula del tiempo, no os arrepentiréis.

Si podéis llevar un vestido blanco básico, aunque sea de Mango o Hym, para los casos como el mío, que no os tengáis que poner los vaqueros.

Cosas mejorables o que no volvería a repetir:

El vestido era tipo princesa, no me metieron bien el bajo y tuve que arrastrar con el todo el tiempo, lo más incómodo del mundo, pisándome. Horror.

Los nervios no se pueden controlar, pero no hay por qué estar tan nerviosa, todo sale al final.

Kit de emergencia, que no desaparezca u os lo dejéis en la puerta de la casa.

Caos, hacer que cada uno se lleve una cosa para el evento. Mejor que uno se lleve todo y sabrás donde encontrar las cosas.

Mi niña, apenas la disfruté, entre que estaba mala y que tenía unas pautas muy marcadas a seguir.

Si os veis en la necesidad de pagar en el momento, aseguraos de que los invitados que lleváis es lo que pagáis, que no haya que volver para arreglarlo.

Asegurarse de que lo que contratáis con el fotógrafo es lo que necesitáis realmente, que no os veáis como yo, teniendo que pagar unos extras por no hacer las suficientes preguntas o no haberme enterado de la respuesta. Y que haga fotos para que sobren y tengáis donde elegir.

Las flores de los coches me hicieron lo que les dio la gana y me dieron los lilum con pétalos partidos incluso (cáñamo). Los arreglos de las damas de honor me hicieron una piltrafa a 20€ cada uno, no se parecía en nada a lo que habíamos hablado, el ramo tenía algunos filos de las rosas pochos, demasiadas cosas en las que pensar ese día, así me puse (carmona).

Si dejáis que un familiar os haga los videos y le dejáis vuestra cámara, aseguraos de que sabe usarla, lo básico para que salgan los momentos importantes, os evitaréis disgustos de encontrar el 70% de los momentos importantes borrosos o demasiado oscuros, qué depre.

Bueno y después del fiestón, para irnos me puse la ropa que Iván llevaba en el coche, unos vaqueros y una camiseta suyos, preciosa para terminar la noche. Hambrientos nos fuimos a la Beethoven, en el centro de Almería, los que somos de aquí sabemos lo que venden, nos compramos una salchicha para compartir, deliciosa. Me sentó de fábula después de lo malita que estuve con el estómago todo el día. Sobre las 1.30 llegamos a casa a terminar de preparar las maletas, a las 7.30 salía el tren para Madrid.

Darío nos tenía que llevar a la estación, pero nosotros debíamos levantarnos e ir a recogerlo en coche, nos despertamos a las 7.00, porque él nos estaba llamando, Dios mío, no llegábamos. Le dijimos que pillábamos un taxi, lo llamamos, cogimos las maletas tal cual y nos fuimos. Llegamos a las 7.15 a la estación, no sé ni cómo. Me extraña aún que no se nos olvidara el cargador del móvil o la cámara de video. Misterios.