La boda de Ivan y Lidia en Mutxamel, Alicante

El día de nuestra boda

El día comenzó siendo nuestro trece aniversario de novios, junto a nuestras hijas.

Yo las bajé a la peluquería con mi tía, y de ahí nos fuimos mi madre, mi hermana, mi suegra y mi cuñada a peinarnos. Ellas ya venían maquilladas y estaban increíbles.

Doy gracias de haber estado con ellas en los momentos antes del enlace porque aunque yo me estaba poniendo nerviosa cada vez que avanzaba el día, ellas me hicieron reír más que ningún día. Ese día solo comí un sándwich mixto, no me entraba nada y me bebí dos tilas.

La ceremonia era a las 20:30 en la finca donde nos íbamos a casar. Sobre las 17:00 llegó la maquilladora y mi jefa (sí, sí, mi jefa), y entre ella, mi hermana y mis amigas hicieron que ese momento de nervios desapareciera. Me relajé tanto que cuando me di cuenta eran las 18:00 y ya había venido el fotógrafo.

Mis amigas y hermana me ayudaron a vestirme. Se hizo la hora y junto con mi padre baje las escaleras de casa de mis padres donde yo me había criado. Mi sorpresa fue que me esperaba mi tío y mi abuela al lado de mi hermana llorando como una niña (ella tiene demencia senil y, por ella también fue que me casé). Cuando la vi llorar pensé que saliera como saliera, el verla así había merecido la pena porque ella se estaba dando cuenta. Cuando miré detrás de mi abuela vi una súper limusina antigua preciosa, la cual no me esperaba, y fue regalo de alguien muy especial.