La boda de Israel y Isabel en Toledo, Toledo
Al aire libre Verano Dorado 8 profesionales
I&I
16 Jul, 2016El día de nuestra boda
Me llamo Isabel, y me casé el 16 de julio de 2016 con Israel, ¡bienvenidos a todos los que caigáis en esta historia...!
Isra y yo llevamos 10 años juntos, así que hemos tenido tiempo de hablar e imaginar cómo sería la boda de nuestros sueños. Teníamos claro que no queríamos el típico salón de boda, nos apasionaba la idea de una finca, hacer una ceremonia personalizada, al aire libre y el banquete también. Para no jugárnosla con el tiempo, tenía que ser en verano y para no asar a los invitados en una comida al sol, tuvo que ser cena.
Yo siendo como soy de maniática y detallista no podía quedarme al margen y me impliqué en cuerpo y alma en los preparativos, y como el dinero no nos sobra, tiramos de DIY en todo lo que pudimos.
Empezamos con las invitaciones de boda, acudimos a una empresa a verlas, y aunque las tenían muy bonitas, yo buscaba algo original, así que decidimos hacerlas nosotros, un día Isra buscando ideas en internet encontró una invitación inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, y como sabe que me vuelve loca esa historia (tanto que en unos carnavales nos disfrazamos de Alicia y Sombrerero) me la mandó, yo aluciné y una bombillita se encendió en mi cabeza: "Y si inspiramos la boda en el cuento?".
Seguir leyendo »Internet y páginas como Pinterest son una mina de ideas e inspiración para bodas, así que nos encantó la idea y nos pusimos manos a la obra. Quedaron preciosas, handmade 100%, me llevaron como 2 meses hacerlas todas, pero la gente alucinó cuando las vio.
Día 16 de julio de 2016- El día de la boda:
Como nuestra boda era civil, para que fuera un matrimonio válido fuimos por la mañana al ayuntamiento de mi pueblo a "casarnos legalmente", a las 11 de la mañana. Me había comprado un pequeño vestido blanco de encaje en Forever21, totalmente informal, porque me hacía ilusión ir de blanco a esta boda también. Quedé con una de mis mejores amigas y su chico, que vinieron porque ella era una de mis testigos y mi chico eligió a su mejor amigo para que fuera el otro testigo, que acudió con su novia, otra buena amiga mía y una de mis primas. Fue una ceremonia cortísima, muy divertida, elegimos a la concejala que queríamos que la oficiase y en menos de 5 minutos ya estábamos casados, así que nos fuimos al bar a celebrarlo, nos tomamos una cañita para amainar nervios y nos despedimos porque lo bueno iba a ser por la tarde.
La finca elegida fueron Los lavaderos de Rojas, nos enamoramos nada más verla y supimos que era el sitio de nuestros sueños. Tiene una casa tipo palacio que perteneció a la Condesa de Bornos, la decoración por dentro está genial, y nos ofrecieron las habitaciones para vestirnos allí, eso sí, estábamos el uno del otro en un ala diferente de la casa, para que no nos viéramos.
Yo acudí peinada (por Damaris Makeup, la encontráis en este portal) del Hotel Beatriz, que estaba al lado y teníamos una suite para pasar la noche de bodas, fueron los encargados del catering y nos la regalaron. En la finca me maquilló Damaris y me vestí. Estaba sorprendentemente tranquila, teniendo en cuenta lo nerviosa que soy, supongo que el Lexatin que me tomé nada más levantarme hizo su efecto. Se nos hecho el tiempo encima y no le dio mucho tiempo al fotógrafo y videógrafo a sacar todas las tomas que les hubiera gustado, la organizadora nos dijo que no se podía hacer esperar más a los invitados y que tenía que salir ya.
Bajé las escaleras con las piernas medio temblando, abajo estaba mi padre esperándome, guapísimo, y yo estaba tan nerviosa que ni pude darme cuenta del momento en el que me vio aparecer ni su reacción, para haberla guardado en mi retina. Es una pena lo rápido que se pasa el día y cómo algunos momentos se te escapan enseguida, sin que te dé tiempo a saborearlos. Me agarré fuerte a su brazo y emprendimos el camino, al llegar al pasillo nupcial vi a todo el mundo mirándome a lo lejos, suspiré, y di el paso mientras sonaba Halo de Beyoncé, la canción que elegí para hacer mi entrada, y como si alguien me hubiera pisado... ¡El velo al suelo! miré para atrás y tenía el velo en el suelo. Y es que mi velo tenía como una puntillita que se enganchaba en la moqueta, con lo cual no podía arrastrarlo, así que tuve que llevarlo colgando del brazo, una auténtica pena, porque era precioso. Delante de nosotros iban 3 de nuestros sobrinos llevando los anillos y las arras. En el último tercio del pasillo no pude contener más la emoción y me eché a llorar, entre aplausos de la gente, ¡y gritos de viva y guapa! No me di cuenta de la gente, la verdad, sólo podía mirarle a él, y cómo estaba de emocionado al igual que yo.
El oficiante fue mi cuñado, hermano de Isra, y no lo pudo hacer mejor, tiene un don comunicativo que engancha, e hizo una ceremonia perfecta. Comenzó dándonos la bienvenida, dedicándonos unas palabras, haciendo la lectura de un pequeño capítulo del Principito. Después, la concejala que nos había casado por la mañana en el Ayuntamiento, nos hizo el enorme favor de desplazarse hasta allí para volver a recrear la lectura del Código Civil. Después nosotros introdujimos en rito de la arena, haciéndolo con un reloj de arena precioso que nos hicieron en Antiquus. Para finalizar tuvimos 5 lecturas de nuestros hermanos, primos y amigos, que fueron lo más emotivo de la ceremonia. Me encantó saber que todos nuestros invitados se emocionaron y vivieron la boda casi tanto como nosotros. Acabamos al final dedicándonos unas palabras el uno a otro, fue una ceremonia preciosa la verdad. Estaba decorado todo más bonito de lo que yo me habría imaginado nunca, el arco de flores era más perfecto, qué ilusión me hizo.
Finalizada la ceremonia recibimos la enhorabuena de los invitados ¡y nos tiraron el arroz 2 veces! Después a los invitados los pasaron a la zona del cóctel, que estaba amenizado con nuestro amigo Diego, que tocaba el saxo (le podéis encontrar aquí en la web) mientras que nosotros nos quedamos haciéndonos las fotos por allí.
¡Estaba transcurriendo todo muy deprisa! cuando menos cuenta nos dimos ya era de noche, las horas parecían segundos, y ya estábamos en la cena.
La decoración de las mesas, el contraste del blanco de la mantelería con el verde del césped, todo el jardín iluminado con farolillos, parecía un cuento de verdad. Y como era nuestro cuento inspirado en Alicia... los centros de mesa fueron una taza de té llena de llores, sobre unos libros antiguos y un reloj al lado, todo ello sobre un espejo con velas. ¡Precioso! Las minutas del menú también las personalicé yo con imágenes originales del libro de Lewis Carroll y una frase preciosa.
La cena transcurrió entre constantes gritos de ¡"viva los novios" y "que se besen! que se besen" y es que una boda es una boda. No un funeral, nuestros amigos muy a la altura, dándolo todo.
El ambiente perfecto, la temperatura perfecta para una noche de verano, el menú exquisito, aunque sólo pude comer el pescado porque no me entraba más (yo que presumía de que iba a comer de todo y q los nervios no me afectarían, hay pocos novios que realmente coman en sus bodas). Estaba exquisito, "bacalao confitado a baja temperatura con alioli de lima" ¡Brutal! Se me hace todavía la boca agua recordándolo...
Pusimos una mesa grande de niños, con unos centros de mesa que estuvimos haciendo la ¡noche antes! muy divertidos, os los enseño en las fotos. Y contratamos 2 cuidadoras muy majas que se disfrazaron de Alicia y el Sombrerero y les tuvieron entretenidos durante el coctel y la cena. Los niños estaban alucinados, los camareros soltaron unas zanahorias en algún rincón y estuvieron buscando al conejo blanco por toda la finca, era increíble ver el brillo de sus ojos mientras venían a nuestra mesa a decirnos ¡estamos en una misión secreta! ¡estamos buscando al conejo blanco! ¡es real! ¡hemos visto las zanahorias!
¡Llegó el momento de la tarta nupcial! Elegimos que sonara la BSO de la peli de Tim Burton de Alicia, y la tarta también estaba inspirada en la historia, ¿cómo no? Hicimos en diseño junto con la creadora (Dulcinela, también la podéis encontrar aquí) y para qué os voy a engañar, siempre tienes duda porque tú estás pagando algo que no sabes cómo va a quedar y que no verás hasta la boda. ¡El resultado fue flipante! Preciosa, elegante, bonita y ¡riquísima! El bizcocho estaba relleno de crema irlandesa Mmmm.... qué bueno. Cortamos la tarta con nuestra espada "Excalibur" que ya teníamos, ¡menuda pedazo de espada! Como el menú tenía otro postre, optamos por que pusieran la tarta en el centro del candy bar para que en la barra libre la gente se sirviera si le apetecía.
Llegó el momento de los regalos. Con megáfono en mano, para que se me oyera, le di mi ramo a mi hermana, la segunda mujer que más quiero en esta vida, y que su ayuda durante todos los preparativos fue incondicional. Fue un momento muy emotivo. Acto seguido, a ella y a nuestras madres les hicimos unos regalos de Viceroy muy bonitos que les acompañarán siempre, ya que los ramos de flores se marchitan y se acaban tirando.
Cuando llegó el momento del baile nupcial, estaba super nerviosa, puesto que no sabía cómo recogerme la gran cola del vestido para no pisármela durante el baile y porque no sabíamos si recordaríamos los pasos de la coreografía que habíamos preparado. Elegimos bailar la canción de la película de Dirty Dancing, Time of my life. Y sí, fuimos capaces de hacerla bien, no bailamos la canción entera, sólo la mitad o así y metimos a la gente a bailar con nosotros (sé lo que estáis pensando, no, ¡no llegamos al salto del ángel!).
El photocall, la mesa de firmas y la mesa dulce fueron ideas mías, compré algunas cosas, hice las otras, las llevé y expliqué una idea de cómo lo quería, aunque la que lo acabó montando fue Carmen, la chica de la finca, y he de decir que el photocall quedó más bonito de lo que yo había imaginado. No queríamos la típica lona impresa, así que hicimos una torre con cajas de madera antiguas, llena de libros, tazas, relojes, velas... el cartel lo hicimos con un trozo de madera y una estaca, nos pusieron un banquito para sentarnos, el cojín lo compré en Primark y lo llevé a bordar a Xanadú con nuestros nombres. Al lado llevamos una mesita de mi suegra, un juego de té antiguo que nos dio otro familiar y el sombrero del Sombrerero Loco que hizo Isra en los carnavales de hace varios años cuando nos disfrazamos. Al lado había una cesta de mimbre llena de complementos para disfrazarse: gorros, gafas, diademas, antifaces, boas de plumas... que compramos en un bazar.
Las chuches de la mesa dulce las compré en Medina3 en Móstoles, y unas galletas y pastas artesanas en una pastelería del pueblo de mis suegros.
Para la mesa de firmas, imprimí unas fotos de la boda de nuestros padres y una del momento de mi pedida de mano, llevé una máquina de escribir antigua de mi suegra, decoración de Primark, y el libro de firmas de Mr. Wonderlful. Quedó muy bonita.
El baile fue genial, nuestros amigos nos hicieron un vídeo sorpresa que grabaron todos, tipo flashmob con la canción de Amigos para Siempre, muy muy chulo. También nos sorprendieron con un vídeo en el que nos felicitaban por la boda los del grupo Mägo de Oz, que me encantan, me hizo mucha ilusión.
La noche transcurrió rápido, muy rápido, es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Casi se me olvida lanzar el ramo, compré en La nave de las bodas un ramo de mentira, para poder lanzarlo a las solteras, ¡fue un momento muy divertido también!
Allí estuvimos hasta las 5-6 de la mañana. Cuando nos dijeron que acababa la fiesta estábamos en lo mejor y fue un cubo de agua fría, si por nosotros hubiera sido nos habríamos quedado celebrando hasta que saliera el sol y habríamos acabado haciendo una paella allí mismo…
Al día siguiente quedamos con nuestros padres, hermanos y sobrinos para comer en el Hotel Beatriz, donde dormimos nosotros y nuestros padres, que nos regalaron las 3 habitaciones para pasar la noche. Y nos fuimos corriendo a casa a hacer las maletas que al día siguiente nos íbamos de luna de miel a Tailandia.
Mi boda de cuento fue todo un sueño hecho realidad... echo la vista atrás y creo que aún no he despertado...
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