La boda de Irati y Paula en Azkoitia, Guipúzcoa

El día de nuestra boda

Después de un año lleno de incertidumbre y mucho trabajo, la mañana de la boda, nos despertamos con ganas de disfrutar al máximo de nuestro día (el trabajo ya estaba hecho, solo quedaba disfrutar con la gente que más queremos en el mundo).

Desayunamos, nos dimos un beso, y cada una fue a su peluquería/centro de estética correspondiente. Los nervios ya iban subiendo, pero nos miramos, sonreímos, y fuimos juntas a vestirnos al caserío. Fue un momento muy bonito, porque nos pudimos animar y apoyar mutuamente, mientras los invitados iban llegando al castañar de la familia.

Cuando nos avisaron de que había llegado el último autobús, subimos a donde iba a ser el evento. Al bajar del coche es cuando más nerviosa estuve, pero no me duró mucho, agarré a mi padre del brazo, y recorrí la alfombra felicísima de ver a toda la gente reunida allí y orgullosa de lo que habíamos conseguido juntas durante ese año.

Me he casado con la mujer más espectacular que he conocido, y estoy feliz de comenzar esta nueva etapa junto a ella.