La boda de Inma y Jose Carlos en Huelva, Huelva
De noche Otoño Granate 1 profesionales
I&J
21 Sep, 2013El día de nuestra boda
Mi día empezó temprano. Sobre las 08:00 de la mañana ya estaba despierta y no era capaz de dormir más. Mi madre y mi padre ya se habían levantado, y mi madre me preparó el desayuno para mí, mi amiga Almu y su chico. Yo no tenía mucha hambre, pero algo tendría que comer, fueron sus palabras.
Tras desayunar, tocaba ir al salón a llevar las cosas, regalos, flores, ramos, juguetes de los niños, barra libre de chuches y la bebida de la barra libre.
Allí me reuní con el que horas después sería mi marido. Colocamos todas las cosas, venían también mis padres, mi madrina, mis amigos, mi chico y su hermano. Hablamos con calma con el dueño del salón y nos dijo que estuviéramos tranquilos que todo iría genial.
Vuelta a casa, mi amiga y mi madre se fueron a la peluquería y yo regresé a casa y me quedé tranquila en mi habitación, pensando y saboreando esos últimos momentos de calma y me empecé a estresar un poco. Las flores de la iglesia aún no están listas, ni los coches adornados, me tuve que bajar a la iglesia y esperar allí, hasta casi las 15:00 que ya por fin vino mi prima por mí y me dijo que venga a casa que tenía que estar maquillándome y peinándome.
Seguir leyendo »Así fue, llegamos a casa y empezó a peinarme. Los nervios me entraron cuando llegó la maquilladora y el fotógrafo, ahí si me empecé a dar cuenta que todo iba en serio.
Fotos y fotos y más fotos y yo, hasta el momento tranquila. Llegó la hora de ponerme el vestido, y no sentía ni calor ni frío, estaba como ausente, pensando para mis adentros que todo estaba pasando y era real y ¡¡me casaba con el amor de vida en una hora!!
Entre mi madre y mi amiga me ayudaron a vestirme y al ratito llego mi prima a colocarme el velo. Al verme se echó a llorar y como consecuencia yo también, primer llanto de la tarde.
Cuando empecé a bajar las escaleras de mi casa, allí estaban esperándome todos, mi cuñado, mi prima, mis padres, mi hermano y su chica, mi amiga Almu y su chico Javi, mis vecinas, ¡¡todos!! Intenté contenerme las lágrimas y salí del brazo de mi padre para dirigirme al coche y estaban mis vecinas en la puerta para verme salir de casa.
El trayecto a la iglesia se me hizo corto y eso que mi cuñado fue súper despacio. Al girar la esquina vi un montón de gente, aun siento nervios de recordar esa imagen. Fue ahí en ese preciso momento cuando los nervios afloraron y no era capaz de articular palabra alguna. Aparcó el coche y estaba todo el mundo esperando que saliera para verme. Mi padre me ayudó a bajar y me colocaron la cola, el único fallo fue que estaban todos fuera, y yo les dije que se metieran en la iglesia pero nadie me echó cuenca, jaja. Así que empecé a andar y a subir las escaleras y al final del pasillo allí estaba él, mi futuro marido, esperándome, guapísimo, fijando sus ojos en los míos y mirándome como si no hubiera nadie más.
Me senté a su lado y comenzó la misa. Se me pasó volando, cuando nos dimos cuenta estábamos ya poniéndonos los anillos. La misa fue muy bonita y emotiva. Habíamos contratado a un trío de violín y violonchelo y quedó precioso.
A la salida, imaginaos cuanto arroz nos cayó por encima y todos felicitándonos y dándonos la enhorabuena.
Nos fuimos a hacer las fotos ¡y nos lo pasamos genial! Entre risas y poses se pasó la tarde y teníamos que ir a la Hacienda ya que todo tenía aproximadamente un horario estipulado y no queríamos retrasar las cosas.
A la llegada todo el mundo esperaba, mientras escribo esto me emociono, no puedo evitar hacerlo. Todos querían felicitarnos de nuevo y darnos mil besos. Brindamos, nos hicimos las fotos y poco a poco todos los invitados se metieron para dentro. Cuando solo quedábamos él y yo nos vino Emilio, dueño del salón, a decirnos que el pondría la canción y que la dejáramos sonar un pequeño ratito y luego entráramos, saludáramos y diéramos un paseíllo.
Cuando la canción sonó, me puse nerviosa, pero él me agarró de la mano y entramos. Me emocioné muchísimo y todos nos aplaudían y nos gritaban "vivan los novios". Cuando llegamos a la mesa nupcial me encontré a mi madre, desecha en lágrimas de emoción y nos dimos un gran abrazo.
Comenzamos la cena, mi padre súper acalorado ya se quitó la chaqueta y saltándose el protocolo le pidió permiso al novio, jaja.
La cena concurrió muy bien. Todos súper contentos, cada dos por tres nos pedían "beso beso", así que bueno, jeje.
A media cena, veo a mis amigas haciendo como un tren y que vienen a la nuestra mesa: me traían un regalo. Era un álbum de fotos de la despedida de soltera, que emoción, me encantó.
Cuando miramos el reloj, vimos que era muy pronto y le dijimos al dueño que si todo iba muy deprisa pero no, es que nos tenían un regalo. Nos prepararon dos sillas y nos sentamos, luces apagadas y empezó un vídeo donde salía mi chico desde pequeño y empezamos a llorar. Luego mi infancia y luego siguió con la frase "y un día sus caminos se cruzaron" y empezaron a salir fotos de nosotros. Qué llorera, pero que emoción tan bonita y que agradecidos a esas personas que en ese vídeo cuidaron hasta el último detalle.
Seguidamente empezamos a repartir los detallitos, empezando por los niños y terminando por los adultos y todo genial. Conmigo venían mi prima y mi amiga Nerea y con mi chico su hermano mellizo.
La barra libre llegó hasta las 06:00 de la mañana. Entre unas cosas y otras la boda alcanzó las 07:00 y cuando por fin quisimos acostarnos eran casi las 08:00.
Para mí fue un día inolvidable, lleno de emociones y de alegrías. Todo salió a pedir de boca y estoy súper contenta. Creo que tengo que tener algo así como depresión post-boda o algo porque cada dos por tres estoy recodando cosas y me emociono un montón. De hecho, aún tengo sueños relacionados con los preparativos de la boda.
Para finalizar, me volvería a casar de nuevo una y mil veces más.
Otros Proveedores
Otras bodas en Huelva
Ver todas

Hacienda Valdeflores

Hotel Valsequillo

Salón de celebraciones El Bosque
Inspírate con estas bodas
2 comentarios
Deja tu comentario