La boda de Iker y Carla en Izarza, Vizcaya

El día de nuestra boda

Sin palabras... Mejor imposible. Fue un día de 10. El viernes por la noche vinieron las damas de honor a dormir a casa y los mejores amigos de Iker, cenamos y nos fuimos pronto a la cama.

Por la mañana estaba cardíaca. Nos levantamos y empezamos con los preparativos. Empezaron a llegar los proveedores. La maquilladora a tope. Yo con la mía y las invitadas con otra. Llegaron las fotógrafas y el del vídeo y, cómo no, no podía faltar Begoña, de la tienda de mi vestido de novia, una mujer fabulosa que me ayudó hasta el día de la boda a vestirme.

Ya estábamos todos. Salieron los chicos y el novio, que se prepararon en una parte de la casa lejos de mí. Después todas las damas de honor y, por último, mi ama y mi cuñado, que nos llevó el en el coche. Madre mía, qué nervios, no os lo podéis imaginar... No me lo podía creer, por fin había llegado el día...

Llegamos al restaurante, que fue toda una locura llegar porque nadie habíamos llevado el móvil y no sabíamos llegar muy bien, pero al final llegamos perfectamente. Salimos del coche mi ama y yo, y ya estaban las fotógrafas y todos esperando, y el novio tan guapo allí a lo lejos. Qué nervios, agarré fuerte a mi ama y le dije: tú tira para adelante. Una vergüenza me daba, todas las caras mirando...