La boda de Ignacio y Cristina en Sabadell, Barcelona
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I&C
13 Jun, 2015El día de nuestra boda
¡Hola chicos!
Os voy a contar un poquito que tal nuestra boda.
Esa semana fue un poquito locura, ya que a tan solo tres días de la boda, me montaron unos andamios en la iglesia, que era hasta peligroso caminar por ahí, y a un día de la boda, conseguí que me cambiaran a otra iglesia, por suerte la mayoría de los invitados venían en autocar, por lo que me fue muy fácil hacer las gestiones del cambio.
Los preparativos durante ese día, fueron pasarme a la floristería a recoger los ramos de las entregas y de las madres para llevarlos al restaurante (si, esto generalmente no lo hacen las novias, pero yo me quería asegurar de que saliera todo perfecto). Y me fui a montar al restaurante todos los detallitos, con la ayuda de mi padre y mi mejor amiga, nuestra boda era por la tarde noche, por lo que como tampoco me podía dormir, a las 7 de la mañana ya estaba en pie, y a montarlo casi todo.
En ningún momento pasé nervios, después del montaje en el restaurante, me fui a la peluquería, tan tranquila, y al llegar a casa, y ya ver a algunos familiares, invitados, amigos... en ese momento fue cuando me entraron los nervios.
Seguir leyendo »Yo me quería hacer fotos vistiéndome, pero fue picar los fotógrafos y era como: ¡Oh ya están aquí y yo sin vestir! y al final me empecé a vestir, provocado todo por los nervios.
Por fin llegó el coche, y camino a la iglesia, un coche descapotable, que en su momento no me daba ningún apuro, pero ese día, con el vestido, el velo... me entró una vergüenza... Llegas a la iglesia, y gente de la calle, mirándote, gritándote "viva la novia" y yo más roja todavía.
Original entrada del novio con una jota (es maño) y yo con la de por ti volaré, momento de nervios, toda la gente de pie, mirándote, comenzamos a caminar, yo agarrada de mi padre, y de golpe mi velo se enganchó con un banco, por mi cabeza en ese momento pensé: ¡qué más me puede pasar? Cambio de iglesia, voy camino al altar y se me engancha el velo y no puedo continuar... Pero vamos, todo tiene solución, pegué un estirón al velo, y hacia delante, con una sonrisa de oreja a oreja.
La ceremonia, más preciosa no pudo ser.
Al salir, nuestros amigos nos tiraron una traca, y de ahí salimos pitando hacia el helipuerto, si helipuerto, llegábamos en helicóptero al banquete, e íbamos con bastante retraso, y se nos iba el sol, y no íbamos a poder despegar, así que corriendo.
Las fotos que nos hicimos en el hangar junto con el helicóptero preciosas (gracias a Pere Hierro, el fotógrafo) ya que yo había visto fotos de los fotógrafos que te aconsejan en la masía de novios que habían llegado también en helicóptero, y nada que ver con las que nos hicieron a nosotros.
La llegada al restaurante, Mas de Sant Llei, espectacular, sinceramente, es una pasada, poder llegar vestidos de novios en helicóptero, ver la masía iluminada la zona del aperitivo, vistas desde arriba, los invitados alucinando... Increíble.
El restaurante, mejor elección imposible, desde que lo vimos, yo no quería otro sitio más que ese. Son auténticos profesionales, excelente comida, te van guiando en todo momento, personal muy atento, vamos, quedamos todos encantados.
Del restaurante, salimos tres, ¡nos regalaron un perrito!
Sin duda alguna, volvería a repetir cada momento de ese día, lleno de emociones, alegrías, risas, algún que otro lloro... Hasta la hora, fue el día más feliz de mi vida.
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