La boda de Guerra y Estefanía en Dos Hermanas, Sevilla

Unas fotos y salimos mi padre y yo. Me tocó esperar a mí chófer (mi prima, ya que que me hacía ilusión que fuera mujer). Llegó y salimos, tenía que esperar a que mi hermana llegase, ya que ella quería verme salir de mi casa y entró allí. Se perdió con los nervios y tuve que esperar un poco. ¡Ahora sí, llega el momento de entrar, el corazón me bombardea un poco más rápido de la cuenta al entrar, pero me digo, vamos! Resoplo y para adentro.

Allí estaba mi marido, tan guapo, llorando, no quería mirarlo para no llorar yo. Entré sonriendo, mirando a todos hasta que nuestras miradas se cruzaron. Unos segundos, se me borró todo lo de alrededor, solo vi a mi marido totalmente emocionado. Magia pura. Llegué, me dio un beso en la cara y nos abrazamos. La ceremonia fue preciosa, preciosa, muy emotiva y muy nuestra. La mayoría de los invitados lloraron. Yo di la sorpresa siendo la 3 lectura, leí una carta de agradecimiento a mis padres, hermana, cuñado y marido. ¡La lectura una fue una amiga, me encantó y la segunda, la de mi hermana, qué emoción!

Hicimos la ceremonia de la arena y quedó... Me pasé la ceremonia diciéndole a mi marido ‘tranquilo, todo irá bien, sonríe’. Y lo guapísimo que estaba. Tras esto, unas cervecitas mientras nos felicitaban y a comer. Como expliqué en un post, fue comida tipo buffet. Acierto total. Los invitados fliparon.

¡Hubo una nueva sorpresa, una pedida! La de mi hermana, fui cómplice de mi cuñado. Primero se sentaban los invitados, luego el resto de miembros de la mesa nupcial (mi madre, padre, hermana y cuñado), por último, los novios. Sonaba música ambiente y de pronto la música sonó como estropeada (adrede), así captamos la atención de todos y tras esto, una canción que es muy importante para la pareja.

Sacó su anillo y todos atónitos y emocionados aplaudimos sin parar. Yo no tenía hambre, seguía tranquila, pero sin hambre, comí poco. Me dediqué a ir por las mesas charlando y eso. Todo eran felicitaciones. Cortamos la tarta que solo era para la foto y dimos los regalitos. Gustaron muchísimo. ¡El postre sí me lo comí, que rico!

Tras la comida, venía la barra libre, el dj y el fotomatón. Nos hicimos la primera foto y todo el mundo se animó. Nos hicimos miles de fotos con los invitados, tanto en el fotomatón como fuera. Luego barra libre y hasta las 4 que llegamos a casa disfrutando como enanos. ¿Qué sentí? Felicidad, magia, amor. Fue perfecto, todo salió mejor de lo que podría haber soñado.

Mi marido no es nada sensible y se emocionó en mil ocasiones. Llevamos desde el sábado con la lágrima fácil los dos, viendo vídeos fotos, dedicándonos palabras bonitas, es estar en una nube aún… ¿El viaje? Nuestra idea era irnos a Menorca una semana, pero por trabajo no podremos irnos tantos días. Nos iremos de jueves a domingo a la playa y cuando acabemos ese trabajo ya haremos el viaje. ¿Lo vemos como un problema? Pues no, al revés, pues dos viajes que hacemos. No hay que buscar problemas donde no los hay y a los problemas de verdad, soluciones.

Como os contaba en aquel post, para mí además de algún problema de salud a nosotros o a alguien de la familia, el agua era lo peor que podía pasarme y me pasó. Buscamos solución y dimos con un sitio precioso y mucho más grande. ¿Qué pasó? Pues que salió una boda perfecta. Mi vestido está como veis para llevar a la tintorería, me puse mis zapatillas rosas y a disfrutar. Se lava y listo.