La boda de Grego y Alejandra en Llagostera, Girona
Al aire libre Otoño Morado 8 profesionales
El 29/09/2018 407 2 0
G&A
29 Sep, 2018
El día de nuestra boda
Cada vez que alguien me pregunta sobre cómo fue el día de mi boda le respondo:" Mejor imposible".
Aunque suene a tópico, fue un día mágico y muy feliz, todo salió perfectamente.
Celebramos una boda íntima, mis invitados eran pocos, familiares y amigos unos 40 en total. No queríamos un bodorrio ya que no va con nosotros, pero sí que fuese al aire libre. De hecho los preparativos y los nervios son los mismos.
Más emocionante fue enterarme de que mis primos, que viven en la otra punta del mundo, ¡venían a la boda! Hacía unos 15 años que no los veía y la emoción al verlos en mi boda fue indescriptible.
Sorprendentemente ese día no estaba tan nerviosa como esperaba, nos fuimos juntos al hotel rural donde celebrábamos la ceremonia y el banquete. Cada uno en una habitación, nos arreglamos para el momento tan esperado. Yo contraté a Begoña, una maquilladora profesional como la copa de un pino, que me dejó espectacular. Pasamos unos momentos muy divertidos en la habitación junto con María, la fotógrafa. Las dos se habían casado recientemente y me contaron detalles de sus bodas. La verdad que se me pasó volando y los nervios iban desapareciendo, como ellas me decían: "una vez has entrado en la ceremonia, todos los nervios se esfuman de golpe".
Seguir leyendo »Y así fue, una ceremonia bonita y emotiva en los jardines del hotel rural con un tiempo que por suerte nos acompañó. Al ser al aire libre siempre hay el temible temor de que llueva y pasar al plan B, debajo de unas carpas no hubiese sido lo mismo.
Yo había preparado para los más pequeños unos juegos con pompas de jabón que fueron todo un éxito, ya que se lo pasaron pipa en el aperitivo. Para la cena les preparé una cajita con su nombre con varias cosas dentro: una cámara desechable (otro éxito), muy divertido ver a los niños preguntando por dónde se podían ver las fotos, unos colores con dibujos para pintar, unas chuches y unos regalitos personalizados. Todo un acierto prepararles este kit, ya que todos lo pasamos genial y los papás pudieron cenar relajadamente. Para los adultos, queríamos algo distinto a lo que se suele dar y compramos unos jabones caseros.
Los regalos que hicimos fueron: a mi madre le di el ramo y a mi mejor amiga le mandé hacer una rosa eterna tipo Bella y Bestia que quedó preciosa. Mi hermana estaba de cumpleaños así que también tuvo su pedazo de ramo y pastelito.
Mi marido no baila, eso os sonará a muchas... Pero como me quiere mucho, nos apuntamos a unas clases de baile para sorprender un poco ya que dijimos que no haríamos baile nupcial. Todos los invitados no lo podían creer, cuando sonó la canción -Perfect de Ed Sheeran- y aunque no somos muy bailones, ¡el baile salió mejor que nunca!
Algo que está muy de moda y también nos apuntamos fue contratar un fotomatón para después del banquete. La máquina hace tiras de fotos y con los disfraces es un punto extra. Lo más original es que te dan un álbum con pegatinas y rotuladores donde poder pegar las tiras y es un recuerdo muy chulo de la fiesta.
Bailamos hasta el fin de fiesta y lo mejor de quedarte en un hotel es que tienes la cama al lado y no es necesario coger vehículo, algo que si tenéis la opción lo recomiendo sin lugar a dudas. Además al día siguiente desayunas con tus invitados y es otra experiencia que nos encantó a todos.
Una boda cuesta de organizar, y si eres perfeccionista, estresa más, pero como se hace con amor y con cariño el resultado siempre es gratificante.
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