La boda de Gabriel y María Pilar en Domingo Garcia, Segovia
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G&M
04 Oct, 2014El día de nuestra boda
Todo empezó como un día normal, nos levantamos mi hermana y yo, mi madre ya estaba levantada como siempre y nos pusimos a desayunar, entonces llegaron mis primas (con las que íbamos a la peluquería a Segovia) gritando "Viva la novia!" y ahí empezaron las risas, increíble, en unas horas me casaba, aún no me lo creía. Nos fuimos para Segovia y en el coche risas y algo de nervios por mi parte ya que no paraba de dar vueltas a los últimos detalles que había dejado en manos de mi futuro marido porque se quedaba en el pueblo, flores, adornar el coche, recibir a los músicos... En la peluquería la gente no se creía que me fuera a casar, me decían que parecía muy tranquila pero la procesión iba por dentro... Al volver a casa empezaron a llegar algunos invitados que venían de fuera, me puse tan contenta de verles, se habían dado un palizón de kilómetros por estar con nosotros en este día y me hacía tan feliz... había estado muy agobiada porque mucha gente nos dijo que no venía casi esa última semana y estaba triste de pensar que no querían estar conmigo en ese día tan especial, pero ese día te das cuenta de que lo que cuenta son los que sí que están y han hecho el esfuerzo de ir. Mi hermana y mi prima comieron rápidamente y a vestirse que la fotógrafa llegaba y tenían que echarme una mano para vestirme... Cuando llegó la fotógrafa todas estaban ya de punta en blanco, mis padres incluidos y la sesión de fotos fue muy divertida, lo más laborioso lo de vestirme que con la espalda del vestido tuvieron que pelearse mi prima y mi hermana un buen rato! Error que no debéis cometer, poneos el vestido por la cabeza, yo al ponérmelo me aplasté todo el peinado, pero de eso he sido consciente después, porque ese día me daba todo igual, estaba como en una nube, estaba feliz. Salimos de casa... ¿nerviosa? no, os prometo que no me sentía nerviosa, si no feliz de ver a toda la gente, invitados, vecinos... haciéndote fotos y diciéndote lo guapa que estás. Llegamos a la Iglesia, nos encontramos en la puerta y mi novio se queda parado no sé por qué y tarda un poco en acercarse y me dice "No sabía que te ibas a alisar el pelo" (no es muy romántico, lo sé)" ni yo" le digo y luego me dice (menos mal) "estás preciosa" y ya nos colocamos para entrar en la Iglesia. La ceremonia todo el mundo me dice que preciosa y muy emotiva, el sacerdote nos conoce e hizo el sermón muy ameno y divertido y la música encantó a los invitados, yo no me enteré mucho la verdad, se me pasó como un suspiro, lo único que recuerdo con más claridad es cuando al decir el consentimiento se me quebró un poco la voz de la emoción y de mi hermana llorando toda la ceremonia. Después las enhorabuenas, todos saludándonos yo cada vez que veía a alguien que no había visto me ponía más contenta. Al salir de la Iglesia el arroz y la traca (mi padre es valenciano y le hacía ilusión). Nos envolvieron el coche con film los amigos de mi ya marido... y se rieron un montón mientras lo desenvolvíamos. A estas alturas me enteré que un tío de Gabriel que había venido desde Alemania a la boda estaba en el hospital, le había visto yo esa mañana en Segovia, le dio como un mareo después de comer y le habían llevado al hospital, por suerte el hermano de Gabriel que fue quien nos llevó en el coche a las fotos estaba todo el rato en contacto y nos dijo que estaba mejor, pero qué susto. Hicimos fotos en el Alcázar, un puente cercano, el Monasterio del Parral y el acueducto, ya se hacía de noche en el acueducto así que fuimos hacia el restaurante, aún no tengo las fotos de la fotógrafa así que las que adjunto son de las cámaras de familia y amigos. Llegamos y nos recogió un coche antiguo que nos llevó al cóctel, ahí brindamos y empezamos a charlar con la gente, fue un momento precioso porque al llegar al principio del cóctel pudimos saludar, agradecer su asistencia y hacernos fotos con todos los invitados. La cena fenomenal, todo riquísimo y hasta nosotros cenamos muy bien, los invitados nos dijeron luego que habían acabado llenísimos. Hicimos el ritual del cochinillo aunque a mí me costó tres intentos romper el plato (nadie me dijo que tenía truco) pero hasta eso en vez de darme vergüenza, me hizo reír. Tras cortar la tarta le dije a mi hermana y mis primas que se quedaran sentadas que "iba a pasar algo" así que empezó a sonar Huecco y me levanté para darle a mi hermana el ramo y vuelta a llorar... después les di unas camisetas hechas por mí para agradecerles su ayuda en la organización de la boda y organizarme la despedida de soltera que se curraron un montón.
Seguir leyendo »Y para acabar... el baile, fue en la discoteca ya que mi chico prefería poca luz, sonó Something Stupid y fue un momento precioso, y después... me quité los tacones y fiesta! nos lo pasamos genial. Fue uno de los mejores días de mi vida, aunque suene a tópico.
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