La boda de Francisco Javier y Azahara en Bienvenida, Badajoz

A las 16.30h es cuando empezó la casa a llenarse de gente, entre peluqueros y maquilladora, pero como estábamos en confianza me hicieron sentir muy cómoda y muy tranquila, los nervios llegaron cuando se presentaron los fotógrafos y videógrafos, uf, qué nervios ahí es cuando empezaba todo, tengo que decir que nos hicieron sentir muy cómodos y disfrutar con ellos,

Nos empezamos a vestir, por fin me ponía mi vestido que tanto me gustaba, estuve rodeada de mi madre, mi hermano, los peques que me iban acompañar y les veía emocionarse, yo aún no me había mirado al espejo pero cuando lo hice me veía tan guapa, tan yo, tan natural que eso es lo que yo pretendía, uno de mis sobris la mayor, me decía que estaba muy guapa y que el titi y todos en casa se habían emocionado mucho con la carta que le había escrito, quise tener ese detalle con mi chico para que la leyera mientras se vestía, sabía que le iba a hacer mucha ilusión y que se iba a emocionar.

Fuimos muy puntuales, y nos dirigíamos hacía la ermita, que por cierto estaba a unos pasos de mi casa, y ahí los nervios si se hicieron notar, agarrada del brazo de mi padre y rodeada de mi familia íbamos camino del altar, al entrar en la ermita me puse muy muy nerviosa y estaba muy emocionada, además me acompañaba de fondo a thousand years (canción de C. Perri tocaba el violín y piano) ufff algo superbonito y entonces lo vi a él iba guapísimo, me miraba y me decía lo guapa que iba y eso a pesar de las mariposas que tenía en el estómago me hacía estar más tranquila.

La ceremonia fue preciosa, el sacerdote nos lo hizo muy fácil, fue muy cómplice, y todo estuvo acompañado del dueto de violín y piano que lo hizo aún más bonito, subimos al altar y comenzamos con el rito del matrimonio dándonos delante de toda nuestra gente nuestro primer beso como marido y mujer que emocionante,

Al salir de la ermita, como es tradición, la lluvia de arroz y todas las felicitaciones, ahí estaba ya relajada y disfrutando del momento, recuerdo que nos recogió un coche precioso un hurtan en color beige, que maravilla nos subimos y todo el mundo se despedía de nosotros jeje, parecíamos unos príncipes saludando a todos jeje, de ahí nos fuimos a hacernos las fotos que por cierto han salido preciosas, elegimos la plaza del pueblo que es súper bonito con la torre al fondo y nosotros con el coche y la estación de tren.

De ahí llegamos a los salones donde lo celebramos y solo recuerdo risas, besos, bailes, y pasarlo genial. La cena no pudo estar mejor, el ambiente estuvo muy chulo, lleno de risas, sorpresa de familiares con monólogo y carta incluida jeje, y como colofón la barra libre que fue un desmadre hay cada fotos, el dj estuvo genial y nos hizo pasar una noche fantástica, llena de bailes, fotos, risas... Buah, solo puedo decir de ese día que fue mágico, emocionante, que estuvimos rodeados de los mejores y que solo recordarlo me saca una sonrisa y se escapa alguna lagrimilla.