La boda de Fran y Silvia en Montcada I Reixac, Barcelona

El día de nuestra boda

Hacía como dos semanas que ya no podía dormir, pero dos días antes empecé a relajarme, y a disfrutar. Eran las 5 y pico de la mañana y mis niños se despertaron solos, supernerviosos, "ya toca la boda". Empezamos a recoger un poco, a hacer las camas, y poco más, y esperamos a la chica de la peluquería, que era la primera que tenía que venir. Mi ya marido cogió a los niños, y se fueron a la peluquería. Llegó la peluquera, y empezó con mis hermanas y mi madre, como siempre, hay una persona que no se conforma con nada (mi hermana), estaban supernerviosas, la única relajada era yo. Iba preparando las cosas con una sonrisa de lado a lado. Al final, después de varios berrinches de mi hermana, me tocó a mí. La chica ya supernerviosa, que tenía que llegar ya a las 10 el fotógrafo, menos mal que tardó un poco más en casa de mi ya marido, así me pudo casi acabar cuando él llegó.

Cuando lo vi entrar por la puerta, el estómago empezó a hacer de las suyas, creo que fue cuando me entraron los nervios. Toda la sesión fotográfica superbonita, muy profesional el chico, me hacía sentir muy bien y muy relajada. ¡No me costó nada acostumbrarme a que me traten como una princesa! El segundo en llegar fue mi hermano, que era mi padrino. Me trajo el ramo de rosas, y me leyó el pergamino. Porque soy una persona que no llora fácilmente, pero se me pusieron los pelos de punta, me emocionó y mucho con la frase "hoy voy a ejercer de papá". Salimos de casa, un caos total, mira que lo preparamos con tiempo, quién tenía que ir con quién. Fue un auténtico desastre, jaja. Mi coche no llegaba, quedaron personas sin coches, ya que a alguno por los nervios se olvidó que tenía que llevar más gente. Alguna persona se tuvo que ir con el fotógrafo, y mi madre y mi hermana en mi coche.