La boda de Fran y Laura en Ponferrada, León

El día de nuestra boda

Los nervios llegaron justo antes de llegar a la ceremonia. Ver a toda la familia y amigos allí hicieron que estallara en un mar de lágrimas por toda la tensión acumulada. Mi padre, mi padrino, el mejor del mundo, según me ayudaba a colocar el vestido, le llenó de lágrimas, lágrimas de felicidad que hizo que yo volviera a caer en ese estallido de emociones. ¡Mis hijos junto con mis sobrinas fueron lo más bonito de la llegada! Una ceremonia con discursos improvisados y llenos de mensajes positivos. El regalo más inesperado y emotivo llegó de la mano de mi hermana y mi cuñado. Una bolita de pelo, Milú, al que llenaremos de amor. Todo lo demás pasó rapidísimo. Detalles. Lloros. Risas. Emociones... Contenidas durante más de un año porque la pandemia nos obligó a aplazar este día tan maravilloso, que tras lograr juntan amigos y familia (nos faltó gente muy importante) lo convirtió es el día más bonito de nuestras vidas. Volvería a repetirlo tal cual. Paso por paso, lágrima tras lágrima y baile tras baile. Se puede hacer, con esta época que nos ha tocado vivir. Con responsabilidad y respeto todo saldrá a las mil maravillas.