La boda de Fran y Eva en Madrid, Madrid

Después del cóctel, para entrar a la cena pusimos la canción de "Happy" y entramos bailando a saludar de nuevo a todos los invitados. No se lo esperaban. Desde el primer momento fuimos conscientes del "esfuerzo" que hacían muchos de nuestros invitados por acompañarnos y quisimos recompensárselo. ¿Cómo lo hicimos? Ahí van algunas ideas que gustaron mucho. Por supuesto, hubo detalles especiales para las madres (nada del típico ramo de flores que a los pocos días se estropea y da mucha pena tirar), hubo un momento especial para ellas acompañado de la canción "Por ti" del Canto del Loco donde les entregamos dos colgantes para que nunca olvidasen lo importantes que son para nosotras.

Por la mañana, antes de la boda, fuimos a colocar el "Regalo Azul" de UNICEF, en el que destinamos una cantidad de dinero en nombre de nuestros invitados a niños desfavorecidos. A cambio nos dieron una felicitación con información para cada uno de los invitados y espacio para poder escribirles. Escribimos unas palabras a mano para cada uno de los invitados. Fue un trabajo duro previo, pero muy emotivo y conseguimos que cada uno de ellos se sintiera especial en nuestro día.

A parte, a dos amigas que nos ayudaron mucho con la boda, les dejamos otro pequeño detallito en su sitio a modo de agradecimiento. Para madres, abuelas y personas muy cercanas que nos habían tratado como ellas, les dimos personalmente una rosa eterna roja. Mis abuelos son jóvenes y tuve la gran suerte de poder disfrutar con ellos ese gran día. También hicimos un vídeo que se proyectó durante el postre, en el que intentamos meter fotos con muchos de los invitados y que logró emocionar y sacar una sonrisa a más de uno.

El baile de los novios, no fue el típico vals, ¡no nos pegaba nada! Mis hermanas son bailarinas profesionales y nos prepararon una bachata que después mezclamos con otra canción en la que entraron varios familiares y amigos a bailar con nosotros. Fueron muy divertidos los ensayos previos y quedó muy original a la vista del resto de invitados. En este momento decidí quitarme la sobrefalda de mi vestido y quedarme en minifalda. Ya os he dicho que mi boda era muy original y mi vestido no iba a ser la excepción (Modelo Carbono de Jordi Dalmau). Conseguí dejar a todos los invitados con la boda abierta al quitármelo. En ese momento ya dejaron de pisarme la cola, me puse zapatos bajos y me dispuse a bailar, disfrutar de la compañía y la barra libre de la manera más cómoda.

Por último, y pensando también en los invitados, pusimos un Fotomatón, que imprimía fotos dos copias de cada foto que hacía, una para los invitados y la otra se encargaba el fotógrafo de pegarlas en un álbum de firmas súper divertido que tengo de recuerdo. El fotomatón según muchos de los invitados fue uno de los platos fuertes de la noche.

Las 5 horas de barra libre pasaron en un abrir y cerrar de ojos: bailamos, reímos, nos hicimos fotos (de esas que no se ponen en el álbum de boda) y nos lo pasamos en grande y hubo muchas personas que se quedaron hasta el final. En fin, un bonito día para recordar siempre. Con mi marido estuve muy poquito, porque si en la cena pudimos estar sentados, estábamos emocionados al tener cerca a tantas personas queridas. No todo salió a pedir de boca, siempre hay algún imprevisto. A nosotros se nos desmayaron dos invitados durante el cóctel, y nos dio un buen susto, pero todo quedó ahí, en un susto pasajero. La perfección no existe, por lo que os aconsejo a las futuras novias que os dejéis de dar vueltas a todo y disfrutéis de cada momento, porque son únicos e irrepetibles.